jueves, 30 de octubre de 2008

Lo que uno sabe de “Falsos Positivos”.

No escribo para decir que la fuerza pública ha pensado siempre que triunfar por encima de todo, es lo que importa. No.


Desde que nací, en los ochentas, ya el ejército y la policía habían hecho cagadas grandes, por eso la gente del campo estaba, en buena parte, del lado de los “muchachos”, hoy llamados terroristas= Farc, EPL, ELN, y el que estaba por los lados de mi casa: Los Guevaristas.


Y claro, también la cagaron. Le robaban al rico, y repartían al pobre, a veces. También tuvieron hijos con las niñas más lindas, y se llevaron a los más fuertes. También violaron, también hicieron limpieza social.


Por eso, y porque el mundo estaba girando su eje hacia la derecha, apareció una fuerza depredadora como fue la Paramilitar.


Y todos sabemos que hicieron. Y todavía hacen, por eso callo boca. Así es nuestro país, que le hacemos.



Ahora desde la política de la seguridad democrática del gobierno reelecto, llamado por todos, Uribismo, la fuerza pública ha vuelto a recuperar el control del país. Eso es bueno, pero desde su inicio se denuncio, y como en los casos de los que vivíamos en el campo, lo vivimos. Todavía abusaba, todavía se tragan a nuestras hijas, y matan a nuestros hijos, todavía hacen lo que sea para ganarse unos días libres, o una plata extra.

¡¿Todavía?!


Yo no hablo de esos casos, porque podemos caer en una discusión de nuestras mentes adoloridas y violadas. Puede ser sesgado. El número de muertos nos obliga a pensar dos veces para discutir el pasado.



Pero hoy es otro momento, otras injusticias.

Uno solo puede poner ejemplos que sabe.



Por ejemplo, un familiar lo requisó la policía y lo encontró con drogas. Al rehusarse de dejarlos quedar con el dinero que le encontraron, le metieron más droga. Y por ese “falso positivo” alguien que no es malo siquiera, pago 8 días de “cana” y estuvo con los más peligrosos de San Quintín.


Por ejemplo, a un amigo, que hizo parte como camarógrafo de un grupo operativo de asalto de una institución de la fuerza pública, le toco grabar allanamientos, pesquisas, decomisos. Mi amigo tuvo que hacer curso y todo eso, era uno de ellos. Mientras grababa tenía un escolta que lo cuidaba, que eran sus ojos. Me confesó que empezó a darle miedo, cuando le pidieron que no grabara aquí, ni allá, ni mucho menos esto. O que esperara un momento que limpiaran. Y por ganarse harta plata para poder darle buena vida a su bebe, este hombre alejado de la guerra la tuvo que vivir, y grabar “positivamente”.


O por ejemplo, en mi pueblo, como en Soacha, los jóvenes no tienen nada que hacer, entonces se los están llevando a cuidar un lotecito, un cultivo, un sector, o a trabajar con un patrón. ¿Autodefensas? No sé. ¿Banditas? Tampoco se. El nombre ya es lo de menos. Pero de un día para otro se van con la promesa de volver en poco tiempo con un billete largo.


Y hace poco, en mi pueblo muchos lo hicieron, y solo se supo de ellos cuando llego la noticia que habían bombardeado el campamento donde estaban trabajando, o delinquiendo. Que habían muerto muchos, que tal y cual, pero lo cierto es que un soldado, que había participado en el operativo encontró muerto a un amigo tirado en la carretera. Inmediatamente lo reconoció: “Sansón!”. Y sin que se dieran cuenta, llamo a casa y aviso que había muerto su amigo, que le avisaran a la familia que su cuerpo estaba en una cava de un pueblo de un departamento del sur de Colombia.


Desde esta página solo se escribe para pedirle a la fuerza pública que tenga corazón más que fuerza. Que entienda a quién protege, para que la ley más que imposición sea respeto.


No quiero más amigos que vuelven del ejército como maquinas de matar.

Necesitamos a los héroes sanos de mente y de corazón.

domingo, 26 de octubre de 2008

Resistencia y revolución al Neopopulismo

Desde hace un tiempo mi cámara y mi cabeza se encuentra en modo película.

Ya escribo poco, pero lo que escribo me sale como jugando.


He publicado 16 videos en octubre, en mi vlog: PURA CYBERSHOT.

Y seguro que tengo más en el archivo. Pero no hay tiempo para publicar.


Porque si contamos que hacer video, diferente a escribir, se necesita salir/producir/crear. Y diferente a la fotografía, se necesita narrar, darle una voz y un tiempo. Y claro, publicar hablando de video son unas horas de diferencias al texto y a los píxeles.


Y nada, es pura diversión. Quiero cambiar esta página que lees. Ya se compro el dominio: www.juandavidescobar.com , para comenzar a crear el sitio donde pondré mis videos, que es donde me expreso más crudo, mejor diría.


Escribiendo soy fatal, siempre duda de cada línea escrita.

En la fotografía me falta paciencia, prudencia y tranquilidad…


Y cuando pienso en un espacio con mi nombre, no es porque decir un sitio donde encuentres mis trabajos, y mis notas. No. Digo, en la medida de los vientos que trae el futuro, digo que será el sitio donde consignare lo aprendido en esta puta vida.


Los texto serán, estarán, pero en su merecida dimensión, pero intactas en su ortografía e ideas.

Las fotografías seguirán siendo las compañeras de mis ideas, los colores que cruzan mis ojos, ahí estarán más que nunca mapiando mis mundos.

Los detalles, los rastros, los gadgets, las noticias, y los grandes sucesos de esta humanidad posaran en mi página, claro que si.

Pero sin lugar a dudas el rey, el centro de atención será el video, el audiovisual.


Y en esa revoltura de ideas y locuras e indisciplinas laborales, de cambios y de cuasi tragedias, me amparo en una de las vainas que nunca pensé: creer en mí.


En Pura Cybershot (http://puracybershot.blogspot.com/) llevo muchos videos de protestas, de marchas, paros, y arengas en contra del estado, y de ciertas políticas que han venido imperando en el país, y el mundo: El neopopulismo.


Ya me han dicho en comentarios, palabras como: “Muchos nos quedamos intrigados fente a usted y la forma como hizo el trabajo, sospechando du su procedencia.”


¿Muchos? ¿Intrigados? ¿Sospechando? ¿Procedencia?


Esto es un país, no una fiscalía.

Y bueno, si se necesita una gran fiscalía, no la corrupta que esta ahora, sino que haga su trabajo, sin moral ni política.


El miedo es el verdadero vencedor del siglo pasado, y de este también. Nos ha vuelto mierda la forma de vivir de hoy:

-La política,

-la sociedad que esta regida por la política,

-la economía que al final rige esta dos.


Ya estamos escuchando que el imperio se derrumbo, que el sistema demostró ser una basura, y que como humanidad nos seguimos matando.


Al mandar un mensaje con la palabra http://puracybershot.blogspot.com/, o escribirla en la caja del chat, o ponerla en cualquier lado del facebook me sale algo, ya sea que esa dirección la denunciaron por “sospechosa”, o que por seguridad escriba estas palabras para poder aceptar.


Por seguridad de qué, por sospechas de quien?


Obvio, nadie responderá a mis dudas. El sistema esta hecho para todo menos para responder.

Y los jóvenes ahora estamos en silencio, en un mutismo absurdo.


Y eso después de escuchar a tantos jóvenes que han quedado vivos de las guerras pedir a gritos: “necesitamos, en vez de un futuro mejor, un presente mejor”.


Ahora, todo es conformismo, créditos a largo plazo, metas grandes y pequeñas, últimos modelos, modelos de los lo ultimo, todos somos modelos, la belleza es todo, el dinero lo es todo por encima de la belleza, y la muerte soluciona lo de la belleza y el dinero.


En los genes de una casita, un puestecito, una pinta (léase hijo), un hogar, una jubilación, se han cambiado un poquito:

Ya es una mansión, poco trabajo y muy bien remunerado, e hijos? Muchos, como nuestros padres. Y la jubilación para qué si nos vamos a morir pronto.


¿Donde putas estamos?

¿Qué sigue?

Si muy bonito todo, Pero ¿cual es mi papel en este mundo?


La pregunta que le hacia mi prima a mi tía cuando no le daba un jean por allá en los 95´s Entonces ¿para que me trajo al mundo?

Y yo mientras miraba mis pies para no verlas discutir, pensaba que ella tenía razón. Los padres (léase los “cuchos”) para qué nos trajeron al mundo, uno estaba bien en la nada.


Levantarse, trabajar, comer, y dormir. ¿Esa era la idea cuchos?

Yo no creo.


Mi padre me dijo que era para salir adelante. Para ser mejor cristiano. Para no hacer lo que él hizo.

¿Cierto?


Eso fue lo que se revoluciono en 1968. ¿No? Hippies! Vida buena! Ecologismo! Percepción! Paz! Amor!


La misma maricada (léase bobada), antes, y después de Cristo, o de Juan David Escobar, o de cualquier hombre sea grande o pequeño, de allá o de acá.


Amor! Eso es la vaina. Ya lo dijo Arjona, Ghandi, Juan Pablo II, una niña que chupaba helado, un hombre rudo mientras abraza a su perro.


Y yo, y mis trabajos, mis paginas y videos y palabras, no digo que incitan a la maldad, bueno, a ser sospechoso, a ser opositor, a ser independiente, a ser diferente, a eso me refiero a ser malo, ya seas afgano o Colombiano.

El mundo ahora es culpa de nuestros padres, es su bendito sueño, y ya vimos que anda fracasando, o que nunca tuvo sentido. Tal vez los atortolo la modernidad, las enfermedades, las drogas, la llegada del fin de siglo, que sé yo.

Lo mismo que les paso a todas las generaciones. Igual. Se creyeron la mejor y murieron como la peor.


Dijo Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google, cuando le preguntaron si apoyaba a Obama:

“Es tiempo de un cambio, el grupo de gente actual (en el gobierno) nos colocó donde estamos y es hora de que un nuevo grupo de gente nos lleve a un lado diferente”.


Este post, y mi vida, supongo, al igual que la de los guerrilleros, los negros, los indígenas, las madres, los corteros de caña, los trabajadores mal pagos y bien pagos, los lideres sociales, los padres luchadores, los niños que dicen que no y luego que si y sonríen, los locos, los bandidos, las putas, las victimas, los secuestrados, los secuestradores, los torturados, los violados, los desvalidos, los transeúntes concientes o inconscientes que son de aquí o de allá, los que se enamoran y le ponen ganas a todo, los que silban porque si, los que lloran por todo, los que sueñan que esto estará mejor.


Yo estoy con ellos. Mi mundo desde niño me lo mostraron crudo, rudo, feroz, pero también todo lo contrario. Y desde entonces eligiendo un mundo que sea todo lo contrario.


Yo pinte mi mundo de colores, ahora no me vengan a decir que no se puede.


Nosotros, o sea usted y todos los demás, sabemos, increíble, casi todo de aquí para atrás. Esta en google, o en las bibliotecas, en museos, parques, ciudades y los continentes.

El conocimiento universal se hizo posible en nuestra generación, y paradójicamente nosotros no sabemos qué somos, quienes somos.

O si lo sabemos, pero nos nos importa.


Acaba de sonar twitter:

“Mi papá es el responsable del ripio de mujer en que estoy convertida hoy”

Asmodeo (http://www.asmodeo-depolitica.blogspot.com/)


Y si miro mis cuadernos, y las columnas de opinión, los blogs, o en la conversación distraída de un señor con otro, uno encuentra las ganas de vivir bien, a lo bien, good, sano, bello, mejor, maravilloso. ¿O quien no?


Nadie tiene la solución.


Aquí mientras escribo y los frijoles pitan, pienso en una entrevista de Facundo Cabral, donde decía más o menos. “Nuestra generación pensó que debíamos cambiar el mundo, y lo intentamos, y después del tiempo y las revoluciones, nos dimos cuenta que lo que debíamos cambiar era a nosotros mismo. Y Cada uno cambiar su mundo.”


Algunos han soñado con vidas mejores, utopías, revoluciones, y han muerto en el intento, o se han aburrido haciéndolo o son unos putos terroristas.


Para ellos, como siempre el respecto absoluto al que gritan las injusticias. Son hermanos que esta llenos de causas bellas, de sueños, de otras formas de vida.


En amores perros, la peli, hay un personaje, El chivo, un desposeído, un antiguo revolucionario que dejo a su familia por irse a combatir, y que ahora esta sentado en la cama de su hija que lo cree muerto dejándole un recado en el buzón del teléfono:

“…Te dejé de ver cuando acababas de cumplir dos años y desde entonces, te lo juro, no ha pasado un solo día en que no piense en ti. La tarde en que te abrace y te pedí perdón por lo que iba a hacer. Me fui para no volver, me fui creyendo que habían cosas más importantes que tú y tu madre. Deseaba hacer mejor este mundo para compartirlo contigo. No sucedió así. Acaba en la cárcel y no logré verte más...”


Y muchos terminaron muertos, desterrados, desilusionados, o se fueron para el bando contrario.


Grandes vidas, hombres, e ideas perdidas a nombre de la revolución o el orden. De la izquierda o la derecha. De Lo ortodoxo y lo heterodoxo. De los paras y de los guerros. De nosotros y de ellos.


Yo no quiero morir, y cada vez son menos los que darían su vida por la causa.


No porque ya no existen causas, como lo grita Michael Moore en su último documental y en todos los demás que hace desde dentro del imperio, o Hollman Morris en sus crónicas hechas con el terror respirándole en la nuca.


Al contrario, necesitamos estar libres, vivos, y en paz en estos tiempos del fundamentalismo.


Nuestros padres nos entregaron un mundo muy empapado de sangre, y tal vez no nos podremos recuperar de tanto dolor y muerte, pero si podemos reconciliarnos, si podemos documentar la historia, mirar-nos de nuevo una y otra vez, y tal y como somos.


Ya es hora de las víctimas, ya es hora del ser humano, de la paz, del amor, de vivir, de soñar, de cambiar, de sorprendernos.

Es hora de lo más mínimo en la época de los megaproyectos, los súper hombres y las súper mamis.


"Malos tiempos, estos en los que hay que recordar lo obvio" Bertolt Brecht.


Yo, desde mi humilde educación, desde mi suerte y mi profesión practico la revolución, la crítica, la política, la ética, la estética y religiosidad. Desde adentro del sistema, sufriendo las consecuencias.


Apoyo a los indígenas, ofrezco mis comodidades por los derechos humanos de los que no saben qué es eso.


Desde mi posición, tratare de cambiar mi mundo, tratare de contar las historias que pueda, de luchar hasta las victorias necesarias,

Tratare de ser ejemplo de que otra vida si es posible.

sábado, 4 de octubre de 2008

Soy un obrero empresario, o eso creo.

Nací en un pueblo, que es casi la esquina suroeste de Antioquia, un departamento que es una esquina de Colombia, siendo Colombia la esquina superior de Sudamérica. Y Sudamérica el culo del mundo.

Vamos!

Abrí los ojos en el seno de una familia humilde.

Viví rodeado de perdedores, ladrones, drogadictos, amas de casa, forasteros, jornaleros, niños y jóvenes comunes y corrientes; o sea, sin futuro.

Todos, grandes y chicos, igual o más pobres y humildes que nosotros, que yo, que mí familia que en últimas es lo único que soy.

Trabajaba con mi papá los fines de semana. Aprendí como se levantaba pa´la comida. Entendí que el mundo es solo dinero, y que el dinero no era lo mío.

Lo mío eran otras cosas, que a la fecha, en pleno año 2008 aun no se cuales, pero mi cabeza, mi forma de hacer y decir las vainas, mi ridícula forma de estar en este mundo me indican que yo debía hacer algo diferente a vender tomates.

Mi papá me decía que yo parecía bobo. Pues que me daba pena gritar, y ofertar, y decir: “a la orden, a la orden. ¡Oiga pueblo sufridor y aguantador de hambre! ¡¡¡Hablo con aquellos que quieren llevar barato!!!”

No! el niño Juan David le pedía su papá que lo dejara trabajar laboriosamente en los quehaceres donde no se tuviera contacto con el mundo, con la gente. Me sentaba al lado de un bulto de zanahorias/papas/cebollas/habichuelas y hacia bolsita que la vendíamos a 200 y 300 pesos, todo esto mientras escuchaba radio, o Alirio, mi papá, le vendía 10 mil pesos a una persona que venia a comprar mil pesos de legumbres.

Nací en una familia humilde, estrato UNO, o más bien tirando a CERO. Pero cuando nací yo, a mi papá le iba muy bien, vendía legumbres en Ciudad Bolívar y el Chocó, me daba regalos cada domingo. Eran tiempos muy felices, supongo porque mi memoria no da para tanto.

Luego nació mi hermanito, Jorge Andrés, más desnutrido y enfermo que un putas, y fuimos pobres de esa época hasta ahora.

Vi a papá trabajar recogiendo basuras, haciendo adoquines, vendiendo tomates, cogiendo café. Lo vi andarse la plaza mayorista y comparar medio camión de mercancías. Viaje con él sentados en los bultos de papa y de almohada las cebollas de rama. Lo vi jugar billar y cartas. Lo acompañe a ver fútbol y a tomar tinto. Lo vi hacer reír a la gente toda una tarde. Él me decía que debía ser un buen cristiano, una persona de bien.

Vi a mi mamá caminarse Medellín con su pobre niño enfermo de hospital en hospital, sin un peso ni para una gaseosa, y de arrimados en casa de amigos. Vi que la humillaran, que paliara, que huyera y regresara con mucha fuerza. La vi hacer morcilla, lavar ropa, hacer aseo general, vender empanadas, tamales y “algos”. La vi embarazada nuevamente. La vi estudiando en la nocturna, La vi levantarse a las 4am para dejar listo la casa a las 6am e irse a estudiar para enfermera. La ví graduarse, la ví trabajar y atender a “paracos” y a “guerros”. Ella me decía que saliera adelante.

Esas son mis dos influencias en la vida. Definitivamente estaba destinado a ser un obrero, hecho a punta de sacrificio. Y bueno, no lo he hecho nada mal.

Me vi estudiar en una escuela donde no se “tenia” que ir de uniforme. Me vi trabajar los sábados y domingos limpiando los tomates o haciendo paquetes de legumbres. No me ví viendo caricaturas los fines de semana, ni ir a paseos de los deportes que practicaba. Alguna vez me vi repartiendo papelitos por debajo de las puertas, y vender una bulto de mangos. Luego, me ví jugar y jugar. Me vi leer y leer. Despuecito, trabajar en las mismas benditas legumbres para tomar vino y pepas. Después me vi graduarme del colegio, y no me vi en la excursión. Me ví gritando en la popular sur del estadio, y también estudiar ingles en un instituto de garaje. Me ví vagar por un año. Me vi beber y beber. Luego me vi estudiando en Medellín dizque televisión, y también me vi pasear por esta ciudad-pueblo. Me vi dormir y no dormir. Me vi trabajar en la madrugada digitando en una mensajeria. Me vi haciendo planos de las redes de gas que se iban instalando en los barrios del valle de aburra, me vi revisar y aprobar estas mismas redes. Me vi trabajar como editor y vivir como vendedor ambulante. Me ví hacer videos todos los días,

y hasta ahora sigo viendo y trabajando para vivir del audiovisual, de la ciudad, de lo que he hecho y he dejado de hacer.

En donde he trabajado me han odiado y querido un poquito por ser Juan David Escobar Álvarez. Así, relajado y camellador, vendedor de tomates e intelectual. Obrero y mandón.

Mientras iba trabajando en tantos lados, e ido aportando granitos a una empresa, a un proyecto de vida llamado Punto Link.

No ha sido nada fácil mantenerme, seguir adelante, ser buena persona y menos un buen cristiano. Y lo debo reconocer, muchas veces no he querido serlo. Me forme y vivo de milagro. Hago y soy lo que no debo hacer y ser. Pero que va! Ya cambie el guión. Es más, creo firmemente que no existe destino, solo existe un final, y que ese final puede ser escrito por uno mismo. Ni por un Dios ni una persona especifica, ni un partido político ni por una suerte de golpe. Nada! El poder de uno.

He hecho lo que me ha dado la gana. ¡Si! Mi papá me decía que si quería me podía ir a casa a ver caricaturas, que escogiera, ¿trabajar o vagar? Y obvio, escogí camellar, ahí es donde una se forma, donde se gana para vivir, y se vive para ganar. En el trabajo esta lo peor y lo mejor. A mi familia nos toco lo peor y lo aceptamos con resignación, con dignidad. Pero, por otro lado, como mi mamá, también tenemos derecho a cambiar, a reversar, a entender y aceptar y a mismo tiempo, luchando. Aprender y estudiar es una formula para salir del hoyo. El trabajo no se contradice con el aprender ni el mejorar. Se puede ir para adelante.

Soy obrero porque puedo hacer, pero siendo obrero me he preparado toda la vida para decir, para opinar.

Soy líder (mandón) porque puedo pensar y dirigir, pero siendo el jefe también puedo ensuciarme, obedecer, ser humilde.

Estoy hecho con todas las esencias. He estudiado donde y como me ha dado la gana. Como los grandes intelectuales. Mi mamá y mi papá me preguntaron: “¿Para qué sirve Producción de Televisión? Y yo les respondí que no tenia ni idea, pero lo quería hacer.” Siempre me han respaldado.

Esta semana, en la fiesta del libro de Medellín, escuchen decir a Fabio Rubiano, que la diferencia entre la realidad y la ficción, es que uno es azarosa, y la otra también, pero depende del autor. Que escoger hacer ficción, escribir dramaturgia, inventar historias, es escoger quien ser, modificar la formula, ser creador, ser dios, ser un golpe de suerte.

La realidad es una historia que nos hemos querido creer.

La fantasía es solo una realidad más.

Escogí el audiovisual como lugar de protección, de comodidad. Desde esta vista se puede saber las verdades de la realidad y las mentiras de la fantasía. El mismo Fabio Rubiano continuaba. “La actriz que interpreta a una señora que llora a su esposo, antes de salir a escena esta fumando y riendo con sus amigos de obra, y sale y nosotros le creemos.” Y esa ficción esta basada en una realidad que ya hemos visto “Una señora que llora tristemente el ataúd de su esposo muerto” Pero todos desconocemos si en la ultima cena de la pareja, la esposa no le daría el plato envenenado al esposo.

Hay una línea delgada entre la ficción y la realidad. Yo ando de una a otra como Pedro por su casa. Por eso hago videos y audios, por eso cuento historias: para ver que hay detrás del telón, y eso, como dice Rubiano: “Eso me hace feliz”.

Soy un obrero que anda entre las mentiras y las realidades, soy un empresario que vive de contar historias creíbles.

Y entonces,

¿Cómo sigue la historia?

Ni idea. A veces quiero desistir de escribir un guión que nadie comprende ni respalda, pero es la única solución que tengo para seguir vivo todos los días.