domingo, 27 de septiembre de 2009

Yo si vote

Hoy viaje muchos kilómetros hasta mi pueblo para aprovechar que había votaciones para “Las consultas internas de los Partidos Liberal y Polo Democrático”, y votar por alguno de los dos, pues ambos son oposición al gobierno de turno (que ya parece tiranía).

El partido Liberal es la corriente de las familias Escobar, y Álvarez, padre y
madre, entonces Liberal desde siempre. Y soy tan liberal, que me gusta mucho los pensamientos de la izquierda, aunque a veces se me parecen mucho a la extrema que tanto critico. Pero bueno.

Solo me encontré algunos avisos de la maquinaria de Rafael Pardo.
Y esto fue lo que me encontré en el Parque Principal de Ciudad Bolívar (Antioquia).

Dos casetas del Partido Liberal, y nada del Polo democrático.
Logre sacar a mi padre del trabajo, y con mi mamá y mi papá, y mi hermano, cogimos pal´liceo.

Una soledad increíble. Nunca había asistido a una votación tan poco nutrida. Es que ni en las votaciones por el Personero de ese mismo colegio donde hoy iba con mi familia a ejercer nuestro derecho de escoger el candidato de nuestro partido para las próximas elecciones a Presidente de la República. No era cualquier cosa.
Esta calle (la sexta) que normalmente en elecciones no se puede caminar sin que te den un papelito, ni un abrazo, ni un desconocido te diga “copartidario”. Hoy estaba vaciá, desolada.

Foto antes de entrar. Preguntar la mesa que ya sabia, si no me toca aguantarme a la gente preguntando por qué sé. Y como todo pueblo que se respete, en la mesa 11 había amigos de jurados. Claro que esperaban que pidiera Liberal, pero no, señale la amarilla. “Se le nota que esta estudiando en una U pública”. Le dije que en la U de A, y que viera, que no solo era el pelo.

Marque Carlos Gaviria. Claro que lo pensé un rato. No por Petro (el otro candidato), sino por dar un voto a los radicales de izquierda, pero fueron pocos los argumentos que puedo mostrarme a mi mismo, que los extremos escogidos por otros, y que nos tiene sumidos en la absoluta guerra de las armas, y del día a día. Si vamos a vivir de milagro, que sea otro el que ponga las reglas de lo absurdo. Y Gaviria me parece un político muy inteligente, un señor respetable, y un profesor en todo el sentido de la palabra.
Como en todas las mesas del país, las de Ciudad Bolívar, mi punto de votación estaba solito. Puros jurados.

A las horas que se escribe este post (con el 98% escrutado),
Por el Partido Liberal, gano Rafael Pardo.
Y, lastimosamente, en el Polo Democrático Alternativo, Gustavo Petro fue el Ganador.

No me pronunciare a cerca de lo defraudado de la poca participación en las elecciones, ni por la perdida de mi candidato, ni las ganadas paupérrimas de los otros, ni mucho menos diré una palabra sobre Mira. Bueno, diré que me duele el trasero por estar sentado más de 200 kilómetros para meter un papel en una urna.

Nos merecemos los mandatarios que tenemos. Lo único que nos queda a los periodistas y ciudadanos comunicadores, es seguir retratando, y sacandole humor a nuestras ignorancias e inteligencias políticas de este pueblo llamado Colombia.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Hoy, en el Taller

Todo comenzó ayer, cuando baje en la moto casi rodándola porque el engranaje, el "tren de arrastre", no empujaba. Y el taller que tenia pillado, que le había preguntado al "bacán" que cuanto valía?, preciso, ese día estaba cerrado. Y bueno, empujando la moto subí tres cuadras a un taller desconocido, donde el "asistente", que me dijo que esperara. De una volvía a rodar, y me dije, hasta que encuentre, y no fue muy lejos, en una esquina había un taller "autorizado" en todas las marcas, con secretaria, con mecánico que saluda y tiene todos los dientes.

Les deje la moto con papelito y todo, y no eso de dejarle las llaves a un desconocido.
Busque plata en un cajero cercano, baje por la moto roja, y ya estaba bien.
Y hoy la moví todo el día, y preciso en la noche, cuando estábamos corriendo para llegara temprano a Belén, donde el “cucho”.
“Esta bajita?” Y mi hermano con el casco grandote puesto, y con una bolsa llena de cobijas y ropa húmedas, me dijo: “Casi en el suelo. Estamos varados”.
Fuí a la bomba más cercana, le di 300 pesos al man que se estaba rebuscando con la maquina publica, y con el aire que sobraba de los otros. La llenamos una vez. 28 libras. Le dije que gracias, y pensé, que era mejor llenarla, y el pelao volvió y le metió aire, y ya estaba en 25.
Corrí, recogí al muchacho de la bolsa en la 80, y logramos llegar, con la moto en la mano, a la 30A.

Allá nos mostraron un neumático con una herida grandisima, y un chuzo pequeño.

Por 14mil pesitos, “es mejor para que no lo deje tirado”, me dijo el mancito del montallantas del parqueadero. Lo pensamos, pero ya mi papá tenia la voz de dormido, y yo aunque me quede con 1000 pesos en el bolsillo, no quiero estar varado de nuevo esta semana. La moto es una delicia, lastima los accidentes y los daños técnicos. En una noche que debía ser tranquila, terminas corriendo, sudando, en medio de una vía atestada de carros, de negocios, de bombas, pero ningún berraco montadero de llantas.

Más historias vendrán, porque seguro más talleres desconocidos visitare.

martes, 22 de septiembre de 2009

Hoy, para Señor/a

Llegamos a casa, y como siempre basura para recoger en el umbral de la puerta. Nunca tiran nada interesante, solo restaurantes pésimos de comida china, la empresa de fumigación que debe matar hasta los gatos, o pero, los servicios públicos (de 300 mil) destrozados por los gatos, o maricas religiosas.

Hoy, mi hermano puso el sobre a contraluz, y dijo “Parce, plata.” Yo lo mire feo, y le dije que eso eso para meter el diezmo.

La abrimos con mucho miedo. O sea, de una. Y era de esperarse, Jehova.

Este es un post que traerá muchas visitas, en el futuro. Porque los protestantes del Cristianismo, si que están cansones con eso de llevar el mensaje y de evangelizar, y de llevar otras palabras y otras formas de estar en este mundo de conflicto, miedo y dolor.

Ellos, para mal, van a conquistar el mundo. Ellos, ya tienen iglesias atestadas todos los fines de semana, incluso, todos los días. Y tienen canal de TV abierto para todo el mundo. Y recogen plata como loco. Y entienden al joven, y tranquilizan al adulto, y le siguen prometiendo un jardín tranquilo y de rosas al viejo que ya se va.

En mi casa han vivido evangélicos. Han tocado la puerta desde niño, y desde niño he dicho que no me interesa.
Mi padre ha escuchado toda la vida esos oradores cristianos que narran que Dios esta allí (en el salon comunal donde hacen el Culto), y que sana, y que es poderoso, y misericordioso, y todo esas vainas de un Dios que necesita que nosotros estemos arrodillados ante él. Hasta una vez dijo que se le había curado el dolor de cabeza un dia que puso su oreja al bafle de su radicieto. No se quejo durante muchos meses, hasta que de nuevo lo visito la migraña.
Y claro, cuando mis tíos estaban en el vicio, Dios les tendió la mano, y salimos a pasear con un grupo de Evangélicos que tenían su sede en “La Estación”, y que hacían un culto emotivo, y lloraban y todo, y nos llevaron a pasear, y nos iban a bautizar, jajaja, y no sabían que todos, desde mi abuela hasta mis tíos y sus sobrinos, íbamos a comer gratis, no más.

Eso es fundamentalismo. Eso es pertenecer a una secta radical. Eso es decirse mentiras todo el día. Eso es leer la biblia y dejar que otros la interpreten y dejar que saquen citas puntuales de libros modificados y escogidos por los siglos de los siglos, para juzgar un sucedo de hoy,
no jodá!!!

Y muy a pesar de mi radical punto de vista sobre los disidentes del catolicismo, otros que también son peores, aun los domingo me tocan la puerta, y abro todo despelucado, con los ojos rojos, sin desayunar, y ellos aparecen con la palabra de Dios, y yo les digo que vivan, que dejen de hablar de Dios, que dejen a la gente en paz. Y siempre recibo palabras de compresión, y después otra vez con la misma cantaleta de Dios, del infierno, del reino de los cielos. Por eso hay que analizarlos, hay que ponerles atención, hacerles documentales, increparlos, preguntarles, convivir con ellos.

No venga a pasarnos, que un día, en vez de tener un conservador/terrateniente/católico/dictador de presidente, tengamos un Radical/profeta/cristiano/dictador de jefe máximo de todos los principios. Pero esto son patadas de ahogado, ellos ya van adelante, ya estudiaron, ya no tienen hambre, ya están organizados, ya están carnetizados, y tiene representantes en el senado, y y darían la vida por su causa.

Nosotros sabemos lo que no queremos, pero no sabemos para donde vamos.

“Pronto acabará el sufrimiento”

Sobre todo cuando entendamos que los males del mundo, las injusticias, y los dolores, no pasan por los gustos de los Dioses, sino porque los hombres mismos nos hemos condenado a vivir sin amor, sin verdad, sin respeto con los otros.

Y para entender eso, no se necesita ir a una iglesia, ni vestir de una forma, ni pagar diezmo, ni pertenecer a un culto. Lo puedes hacer, si te da la gana. Pero sin embargo, consideras que quieres pertenecer a una iglesia y esas vainas, te respeto, porque quieres vivir sin dañar al otro.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Hoy, menos mal no paso nada

Después de una noche de trabajo frente al PC, y de escuchar unos tiros afuera, y correr a pagar la luz, y correr a la ventana, y esperar un rato (que terminase los 12 tiros), y salir al frío de Villa Hermosa, y correr hasta el mirador, y allí estaba empezado a llegar gente a mirar qué había pasado, y nos encontramos una muchacha con un tiro en el brazo.

Hoy, después de ver llegar policía, y de ver los irse, y claro, de quedarme solo trabajando en la noche, y asomarme en la ventana (de vez en cuando), y ver aparecer en la soledad del barrio a los muchachos que estaban sentados con la chica, y que se tiraron por el volaó, y que están sanos y salvos, me acosté pensando en mi niñez y sus balaceras, y me levante temprano para ir a la oficina, y me pare en el mismo lugar donde estaba la chica anoche preguntándose si esa bala le cogería el hueso, y mire para el suelo un rato, y cogí uno de los casquillos de una de las balas de anoche, y seguí mi camino.

Me fui a trabajar dejando la escena del crimen solitaria y silenciosa. No quise tomar fotos ahí, porque por la ventanas desde anoche (como yo) están llenas de ojos que miran, y no quiero que me reconozcan como el man de la cámara, sino como el muchacho que viven por ese barrio, y que le da susto escuchar tiros, y que sale (como en su barrio de niñez) a ver qué paso, a ver si se puede ayudar a los que las balas dejaron vivos, y poderlos subir a los taxis, y poder entender por qué carajos están matando los “muchachos”.

Un casquillo de 9mm. En San Judas encontrábamos de 38. Y matan igual. O bueno, como anoche, que la pelado solo tenia un huequito de lado a lado, y que se va oscureciendo al pasar los minutos, y que cuando es en órganos más finos, como el brazo, no sangra mucho.
Desde niños vengo escuchando tiros que suenan afuera, e incluso, muy cerca de mi. Desde pelao he visto las caras de terror de los que están cerca a mi (padres, hermanos, amigos), y aprendimos a apagar la luz para poder asomarnos, con cuidado, a la ventana y ver quién es el matón, cómo iba vestido, qué fierro tenia, con qué mano disparaba, quién lo acompañaba.

Y con muerto en la acera de la casa, claro que aprendimos a no salir de una, ni a estar cerca de la puerta, y a salir cuando ya sentíamos bulla afuera, y claro, ver que era el "mono", el "cholo", "Pérez", Don Gustavo, en fin, tantos y tantos que han matado en el mismo ballet:
Alguien que esta tranquilo, otro que no esta tranquilo y que con un aparato moderno le apunta, y suenan unos ecos fuertemente, y cae aterrado el que estaba tranquilo, y corre y desaparece con cara alucinada el matón, y segundo después, alguien chilla el nombre, y luego no paran los chillidos nunca, y los pesares, y busquen un carro “ligero, ligero”, y todos nos contamos cómo fue la “película”, y esperamos largas horas (y ahora supongo que semanas y meses) en enterarnos si había muerto, o si quedo bien, o quién fue el matón.


Menos mal anoche no paso nada. Una chica aterrada, con su brazo herido, y jóvenes apareciendo aporreados por la caídas y la corrida.
Luego, seguro, nos daremos cuenta por los disparos, quién sigue, a quién si matan. Una tristeza, este barrio es una delicia, es el paraíso, pero con sus calles llenas miedo, de balas que atraviesan cuerpos, de cuerpos que se salvan y buscaran venganza, de familiares que preguntaran llorando por el ser querido que esta en el piso pintando la calle de rojo.

Este post no es de violencia, ni de recalcar que medellín es una ciudad tranquila, eso todos los días lo entendemos más, pero lo callamos con amor. Este texto es para decir que no es justo que el control de la población este en manos de argumentos, ideas, y vidas sin sentido, en muertes inútiles, en días de tanta tristeza innecesarias. Hasta encontraras alguien que diga que el chico que mataron se “lo merecía”, “ya estaba pasado”, “menos mal”.
Si no me hubiese tocado ver morir tanto con la promesa que con eso seriamos mejores, estaría de acuerdo con esas expresiones. Pero nada, lo que vemos, es que estamos peores, porque nos matamos entre los amigos, y en el futuro lo único que habrá serán vacíos en casa, en esquinas, en el partidito de fútbol del domingo, en los corazones, y en la sociedad que esta podrida porque cree que matar es la solución de extirpar los odios y los amores, y porque los que quedan vivos son los de más mal corazón, y sobre todo, que no tiene ningún sentido quedar vivo sin tener rival, sin tener con quien discutir, sin la posibilidad de encontrar un contrario que te haga pensar y equivocar, sin disfrutar una mujer que te diga que no eres de su gusto que nunca te haría caso.

Cuando entendamos que nos necesitamos, que en ultimas el “mono” si era malo, pero no tanto, y que ni tenia la culpa, y que la mamá es una belleza, y el papá si que cierto, y que si hubiese estudiado o tenido una posibilidad de un trabajo bacano, donde te traten bien, donde hagas amigos, donde piensen otras cosas que no sean las balaceras con las que crecimos.

Seguro vendrán otros ecos. Seguro correremos de nuevo. Ojalá los proyectiles no peguen en nuestros cuerpos, es lo mejor que puedo esperar.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Hoy, desayune con las palomas

Me senté incomodo en el cemento frió que rodea un árbol de la U. Había comprado un café en leche, y palo de queso. 2000 pesos.
Hoy, mientras desayunaba, se cayeron harinas al suelo, y vinieron las palomas, y como no se quisieron ir, yo les seguí tirando pedacitos de mi desayuno.

Demasiado ese palo de queso. Parece un pene. Y como le reclame a la `seño´ porque creí haberle dado un billete grande, se me desbarato en la sacada de la billetera, y en la sentada, y en fin.

Me seguía sintiendo enfermo, y seguro no me iba a comer todo eso, entonces compartí con las palomas. Que esas si tenían ganas y estomago.

La gente me miraba riéndose. Yo miraba a las palomas, sonriéndome, mientras pensaba en el poco de vainas que tenia para hacer, pero que despacio, uno a uno, pedacito a pedacito terminábamos el desayuno, y luego sacaba fotocopias, y luego tal cosa y luego tal otra.

Hoy aprendí que las palomas de la U de A comen de todo. Y sobre todo, el queso.

martes, 15 de septiembre de 2009

Hoy, de nuevo una pastilla

De nuevo el malestar confundido con trasnocho y cansancio acumulado, y tirones musculares que aparecen en el momento que uno esta más tranquilo. Otra vez la garganta a tope de adolorida, la boca con algunas llagas, que ni el agua la refresca ni alivia.

Llegue a casa, después de viajar en el bus sin abrir la boca. Con hambre, pero sin ganas de comer, pero debía comer.
Hoy, me chupe la única pastilla refrescante que tenia.

Mi mamá me dijo que no comprara pastillas VIC, que no servían. Me compre estas, que si sirven, pero que son caras, y no son tan buenas para aguantar estas enfermedades “temporales” que me dan.

Lo que quiero decir, es que me enfermo mucho. Que eso es mal síntoma, lo sé. Algún día si me preocupe, y la respuestas medicas son: eso es normal.

Muchas gripes, no solo la H1N1, andan volado en todas partes. Sobre todo en el metro, los buses, la universidad, los eventos masivos. Donde me mantengo.

Yo paso muchas horas sentado. Y cuando estoy de pie, también me paso de horas sin sentarme.
No es que quiera justificarme, suponiendo que me caerá la bendita “pálida” que me ha cantado mi padre desde pequeño, y este sea un post predictivo.

Es más bien, para que entiendan que este artista es débil y guerrero, es viajero y dormilón, esta enfermo, y mañana estará bien.

Hoy, Se me acabo la tinta

Estaba en clase de Teoría Sociológica, y aun la tinta se dejaba ver por la parte transparente. Pero desde primaria, uno aprendió a sentir cuando el bolígrafo, el kilométrico, el Allegro, o el tinta mojada (ya en secundaria), se iba acabar.

Y preciso, en plena escritura, se fue yendo, y yendo, y yendo, y ya solo rayaba. Cambie por el otro lapicero que me acompaña: Un bello rojo!

Aprendí a robarme el lápiz (o lapicero) de los más ricos. Ellos siempre tenían otro en la cartera.
O simplemente me agachaba, y cogía cualquier mochito del suelo, y escribía hasta que no podía más.
Todo, porque mi apá (Alirio), siempre me respondía al decirle que ya el lapicero se había acabado: “Eso nunca se acaba!! o “Yo hace poco le di”.
Y ni eso se acaba de una, ni me lo había dado hacia poco. Estábamos en octubre, y si me dio un pinche lapicero, seria en febrero.

Y desde esos dias, hasta ahora en la empresa, y de nuevo en la U, los lapiceros que tengo y tenemos, han aparecido por arte de los clientes, de un evento donde dieron libretas y bolígrafos, de alguien que los dejo.

Veremos que trae el mañana, mientras tanto, escribo con el rojo en las hojas blancas, hasta que se acabe.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Hoy, No deje que se le sancoche!

Toque la olla a presión, y aun estaba caliente. Me serví así. Cuando me senté, de una, en la primera cucharada, sentí que fue un error no calentar otra vez el Sudao que mi mamá me había dejado.
Hoy, tuve que comer rápido, para que no se me sancochara.

Igual, al final, ya sentí grumos de grasa en el caldo. Que güevonada! Termine el almuercito pensando en los días aquellos que llegaba corriendo al comedor, advertido que era sancocho, y que me tenia que comer eso así frío si me dormía en los papeles. Nunca, pero nunca la di dada. Un caldo de sancocho frío, en grumos, con grasas que flotan, y que cuando te las comes, tu boca se engrasa, se enceba, se atora.

Una vez mi mamá me obligo, y desde ese día, ella entendió que yo nunca me comería una de nuevo, y yo entendí, que tengo que calentar el caldo, que esa vaina Sanchada sabe re maluco. Casi vomito. Y me demore como una hora para tres cucharadas.

Antes de ser calentado

Seguro por eso no como sanchoco, y solo me limito a papa, yuca y caldo, encima de una buena porción de arroz (blanco). A veces me arriesgo a comer carne sudada (pulpita), pero casi siempre me gusta la fríta, deli.

Mi mamá hace los mejores sudaos. Seguro.
Un día hago fotos, si se deja, de como hacerlo bien, tan gustosos, al punto, y sin mucho alboroto.



Nota: Mi mamá se paso un día por aquí, y merco, e hizo aseo, y nos dejo comida. Lo mejor.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Hoy, Cargar un bulto

Llegue de la U caminando, y al entrar a la casa sentí el olor de meados revueltos con miles de cosas en el ambiente. Descargue. Me refresque, me puse una camiseta viejita, y salí para la ferretería.
Siempre que camina hasta allá, me doy cuenta que son demasiadas cuadras. Pregunte por arena, y preciso no hay sino “latas” (casi medio bulto). Le dije que le bajáramos, y la señora me pregunto por mi juventud. Yo le respondí que la usaba para otras cosas, y que ah, pues, a ver, y pesa mucho, dije antes de treparmela al hombro.

Hoy, como en los viejos tiempos, cogí el costal y me lo subí hasta el hombro derecho, y comencé a caminar. Pare dos veces. La mano completa me tembló casi toda la mañana (aun me duele). Mi respiración casi quevuelve a la normalidad.
Pero traje el bulto de arena para limpiarle a los gatos su cagadero.

Mientras veía mi sombra en el piso mientras el costal estaba cómodamente en mi espalda, pensaba en mis años de infancia, en los fines de semana de trabajo, en los cafetales, en mi papá q ue nunca me dejo levantarme bultos muy pesados. Siempre llamaba a alguien, o le pagaba a otro, y a mi me dejaba con la rabia y con la impresión que yo era un inútil.

Supongo que no tenia consciencia que era un delgadito, y débil. Sí me levante bulticos pequeños, de 20 kilos, pero los otros los movía “José Ruñido”, el cotero de la plaza de mercado. Tantos sábados y domingos que lo vi moviendo bultos, y su cuerpo casi para explotarse iba y venia con bultos más grandes que él.

Y también vi a los coteros que movían los bultos de café del deposito al camión, y viceversa. Eran como hormiguitas. Y claro, ese mismo café lo vi cargar por hombres, mujeres y niños, en las montañas de los cafetales. Yo mismo cargue pequeños bultos, y por supuesto rodé y rodé por esas faldas. Y de nuevo, mi papá me ayudo a llevarlo hasta donde debíamos vaciarlo.

aprendí a subírmelo al hombro, y a cargarlo bien, pero nunca desarrolle la fuerza, la resistencia, y la terquedad.

Entonces, para mi, es todo una hazaña que aun pueda traer a casa un bultico, después de tanto humo, trabajo, y sedentarismo en la vida.

Gracias padre por evitarme una hernia!!

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Bloqueo en Palos Verdes



Iba en sentado en la silla de atrás del bus, y vi a un policía y a mucha gente mirando la vía que pasa por una punto llamado Palos Verdes, en el Inicio de Manrique, un barrio de la conocida ciudad de Medellín, donde vivo. Había una protesta, un bloqueo, gente con camisetas blancas, y pancartas, y bultos y canecas en la mitad de la vía.
A una cuadra me baje, corrí hasta mi casa, deje todo en la mesa, tome agua, y volví a salir, y baje por las escalas, y pase por donde pase en el bus, y vi al mismo policía haciendo lo mismo, y camine por la calle vacía a hora pico, y encendí y mi cámara y empece a grabar.

Hoy que reviso la prensa, y que no encuentro nada de la protesta que vi, y que fotografié, y que comente anoche. Me sorprendo para bien, que todavía hay gente que saca fuerzas para alzar la voz, y hablar así no sea escuchado, ni entendido, ni respetado, ni muchos menos ayudado.

Hay toque de queda. Hay muertos todos los santos días. Y lo único que nos dicen, es que colaboremos con la fuerza publica, que pongamos una cara amable, y que salgamos a luchar el día a día.

Miedo y Esperanza, es lo que nos dan, y nos siguen prometiendo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Hoy, el Agua gratis

En mi bolso amanecieron, y se fueron conmigo a la U, dos bolsas de agua.
Hoy, al mirar bien el agua que nos habían dado en El Bazar de la Confianza, leo que es un agua gratuita.

Mientras reenvasaba, y el agua golpeaba las paredes de mi tarrito con agua que me acompaña para todos lados, de cañiña en caniña, de bolsa en bolsa, pensaba: agua gratis?

Mínimo, yo todos los días lleno mi tarrito, unas 3 veces. Siempre me estoy hidratando, y refrescando. Afortunadamente en esta ciudad en que vivo, el agua que sale por las tuberías, es potable.

Más no gratis. Porque, incluso, siendo el agua un bien publico, hay miles de familias en esta misma ciudad, que no tienen agua potable, porque no tienen con que pagarla.

A estas horas del día, después de un día fresco, y de subir a casa a pie, y de pasar la tarde, y de volver a caminar hasta más arriba y volverá abajar, y de estar aquí sentado escribiendo eso, me he tomado mucha agua.
Agua pagada por la U. Por el mismo EPM. Por mi mismo.

Agua refrescante que viene de montañas lejanas (Abejorral, en nuestro caso), que nos da el elemento fundamental a toda la ciudad, todos los santos días.

Eso de traer el agua, y de potabilizarla, y de “todos los santos días”, debe costar un billete. Lo sé. Pero ya esta demostrado que los servicios públicos es un negociazo. Por algo, EPM, la que “regalo” bolsa de agua en un fiesta que apoya el Referendo por el agua, y que dice que el Agua debe ser un bien publico, y que el agua es vida, y que no paguemos un peso por un elemento que podemos sacar de nuestras casa y trabajos.

Yo las únicas veces que pago, es cuando pierdo mi tarrito, o cuando ando a las carreras. Ojala, alguna día sea gratis, porque son nuestras montañas, y porque son nuestras empresas.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Hoy, Clase de 6

Hoy, que a las 3am me desperté a leer un mensaje de texto que decía: “Paso. La conciliación. Q tristeza.”. Me dormí pensando en conciliación o coalición, y que eso se sabia, y que me debía dormir de una porque el teléfono sonaría a las 4,50am.

Hoy, me desperté y prendí una luz, y me pareció demasiado iluminado. Y encendí el equipo de sonido, y en volumen 5 (de 30) sonó durisimo. Y el cielo estaba oscuro cuando cogí la toalla de coco cola del alambre.

Me bañe con el agua tibia, no por la tina ni el gas, sino por el reposo en los tubos durante la noche de nubes gigantes y clima templado.

Y salí a eso de las 5,30 después de los tragos.
Media hora para llegar al salón. Radio en mis oídos, calles solas, casas que se abren, gente tranquila que camina.

Busque el salón, después de caminar media universidad, y encontré todos los compañeritos sentados silenciosamente mirando para el frente, o sea a mi, porque no había profe en el tablero.
Ya eran las 6,15am, y no había profesor, pensé mientras me sentaba en una de las tres sillas que quedaban por ocupar.

Me quite el buso, acomode todo, espere unos minutos escuchando “las cuñas” de julito, y viendo la situación, me salí del salón dejando mi bolso cuidando mi puesto.

Increíble que clase de 6, y no venga el profe. Pero paso. Y me pasó porque prometí llegar puntual, e ir hasta las inducciones. Entonces, me pasan las “primiparadas”.

10 minutos más, se rompieron filas, por iniciativa de los que nos habíamos salido. Todos por tinto. Y yo que no tenia un peso, que había bajado a recibir clase hasta las 8am, y a esa hora me consignaba la plata para mi desayuno ligero, y la comida de los gatos, y mis pasajes, en fin.

Con los 700 pesos que le saque a la alcancía de Coca Cola, me tome un perico, conversando con Adriana (creo), una caleña que se vino de su tierra para estudiar específicamente Ciencias Políticas.

Ella tenia clase de 9. Yo no tenia sino sueño.

Me despedí, y camine hasta mi casa.

Ya alguien me dijo (por tuiter) que había un letrero en el tercer piso del bloque 14: “ve pero acabó de ver y en el tercer piso había un papel de ayer que decía que la clase empezaba la otra semana”.

Bienvenido a la U, ahora si.