domingo, 14 de febrero de 2010

Ya no habrá humo de cigarro

Después de la ida de mi hermano han pasado muchas cosas. Que por este blog no han sido contadas. Mucho silencio en tiempo que me creo muy ocupado, y con ganas de no seguir.

Pero entre las líneas que describan una tarde bonita, o una comida en la calle, les iré contando mi abulia de siempre, el pesimismo auténtico.

Esta vez quiero contar que ya el parcero que se paso a vivir unos días aquí en casa, se fue ayer de nuevo.

Hicimos aseo general a la casa, escuchamos las balaceras mientras se fumaba, se disfrutaba de comida bien hecha, se recibían quejas y regaños por cosas de la forma, se hablaba de la infancia y de la música, se discutía de la pobreza, se escuchaban conversaciones de amor que se tenían por teléfono, se sabia que alguien estaría para abrirla puerta y poder entrar la moto fácil.

Ya no habrá humo de cigarro, y eso está bien. Buena suerte amigo!

Desde hace rato la vida me dice soledad y yo digo distancia, y tal vez me voy volviendo huraño, y eso no es cierto, porque yo soy un man relajado.
No es que con el amigo haya discutido ni peleado, sino que sé que mi forma de ser de hoy puede ser poco amistosa, afable. Y no lo digo por los días de hoy, sino mañana que la vida me quite hasta los gatos, ese día debo estar preparado para: Uno, hacer de nuevo amistades y circulo social que llaman. Dos, estar y no estar, ser invisible, y disfrutar lo mínimo.

Pronto será mañana.


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