El taco o trancón era normal antes de Juegos Suramericanos, por poner bella la ciudad y todo eso, pero hoy si estaba raro el asunto. En eso pensaba cuando los pitos, y proseguí, a pensar de no tener espacio por donde meterme. Busqué, y busqué, y me metí por la calle del colegio, y de allí pude ver qué era un accidente. Era un bus, y el paso lo estaban dando unos policías.
En medio de los carros, busque al señor de los aguacates, él que siempre está en esa esquina, para verle si chismoseaba algo, mientras vendía. No lo ví. Dieron paso, y logré llegar hasta semáforo, hasta el accidente, hasta el policía que movía su mano fuertemente, y mire para el suelo, a ver quién era el atropellado, y vi a el Don de los aguacates acostado en el pavimento oscuro.
De una pensé ir a parquear, y cuando aceleré, ya le habían dado el paso a los que venía por la 70.
"Por andar mirando lo que no le importa, vea! vea!" me dijo el de verde, el que agitaba la mano.
Volví a ver el señor tirado en el piso boca arriba, y la sangre que corría por el piso, y el bus blanco de la empresa Santra encima de la cebra, y los aguacates estripados. Me dieron ganas de llorar, de verás.
Sonaron las sirenas, veía el carro verde de los bomberos. Volvieron a dar paso, y dejé la moto rápidamente en una parqueadero de los trabajadores de la obra (aún) del estadio, y saqué la cámara. A lo lejos, vi el mismo bombero que pelea conmigo porque grabó los accidentes, y que por supuesto, salva muchas vidas.
El video saldrá luego. En meses. Mi interés, a diferencia de lo que cree el de rescates, no es de denuncia, sino de impotencia, de que la vida se va por un golpe, de que nos estamos matando con estas maquinas de movimiento, de que el señor que tranquilo silbaba y caminaba con las bolsitas de los aguacates en las manos mientras el semáforo nos retenía, estaba en el piso, con un golpe en la cabeza y con unos ojos que se iban yendo.
Al publicar la foto en el internet, Tips de El Colombiano, hace una notica (ustedes la juzgan), y consigue saber que el Don se llama Fernando Toro, y que estaba en la clínica, y que hasta le van a dar de alta.
Hasta me alegre. Pero seguro, ese totazo fue la estocada final a la vida sana y alegre y trabajadora del señor que mejor manejaba esa esquina, pues todos los días la toreaba.
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