Salí con bloquiador puesto, con los dólares justos para el desayuno, y con ropa para el mar. Ninguna seña de guayabo, ni mucho menos. El pueblo que me encontré era un pueblo cerrado, no había donde desayunar, todas las casas tenía borrachos y música romántica a todo dar.
La ventanilla de la empresa de transportes decía: “Boletos para Quito, para el 2 de enero”. Me asuste. Y escuche el motor de un bus y la voz de una ayudante que gritaba: “Manta, manta!!”.
Le pregunte a la gente, me preocupe más, compre una Sprite y 3 panes, corrí al hotel, empaque rápido, pagué el hospedaje, y cuando regrese a la calle principal de Puerto López, el bus se había ido. Es su puesto, estaba otro, donde gritaban: “Jipijapa, Jipijapa!!”.
Y la verdad, no quería estar en Puerto López otro día gastando. Me dijeron que cogiera ese que allá se podía montar en otro a Portoviejo.
Desayune en el bus. Dólar cincuenta valió el bus (una ruta de 2 horas).
Ya era medio día cuando llegue a Jipijapa. Que se escribe Xipixapa.
En la plaza de la terminal, en un restaurante al aire libre, donde encima de la mesas había una capa densa de moscos que volaban encima de una riquísima sopa de queso (0,80 ), y unos doritos y un juguito que empaqué en el bolso.
Espere un rato más, y ya estaba en un bus rumbo a Portoviejo.
1 hora de camino, con borrachos tomando vino barato, hasta divertido se veía un bus y una gritería, y cumpleaños feliz, y el ayudante como esta de lindo, y joven quiere tomar… No quise tomar, habría sido fatal para el buche.
En la terminalde Portoviejo, había más taquillas abiertas, a diferencias de las otras que todo el transporte fue informal (de buseros que se levantan enguayabados a mover a gente en un día que debería ser quieto).
Pero, en todas, a Quito Salía a las 8pm. Qué hacer en un polvero de esos todo una tarde?
Pregunte por la alternativa, otra ruta. Era 6 dolares hasta “Santo Domingo”.
6 Horas pasando por cuanto pueblo pudo. Se subían 10, se bajaban 5. Puesto incomodo. Tripas sonando. Dormí casi todo el viaje.
Me acabo de comer otro menú de 2 dolares, buenísimo! Escribo desde una banca de la terminal de Santo Domingo, más abierta y movida que las 3 anteriores.
A Quito, 3 dolares con 50, y dos horas (quizá 3) de camino hasta la terminal del norte.
Mi estomago ya no suena, estoy cansado, solo quiero llegar a “casa de la mona”. A las 8.50pm sale el bus. Mientras, me sigo leyendo “Huasipungo” de Jorge Icaza.
Un Colombiano que estaba en el asiento conmigo en el bus hacia Quito, me dijo que este era el único país donde con plata se podía hacer TODO.
Y sí, aquí todo es un dolarito, 10 centavitos para pasar un torniquete y puedas coger el bus (Un robo!), varios dólares para irse de pie en el bus (así este prohibido). En fin.
3 horas largas de viaje, y llegar a Quito en pantaloneta a la media noche (1pm) te hace pagar 7 dolares al taxista, así sea un medio robo.
Llegue a casa, y no había luz. Encendí el fogón de gas, creí (porque estaban los servicios pegados en la puerta) que estaban cortados. Me arropé con miles de cobijas, y cuando el sueño me abrazaba, puff! Vino la luz, y todas las bombillas que había encendido, pues, se prendieron. Más frío sentí al ir a pagarlas.
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