martes, 8 de noviembre de 2011

Una mañana fría de octubre

Fumando en un lunes festivo frío, friísimo! En la misma terraza de siempre (cuando digo siempre quiero decir el “siempre” de hace 2 años y medio), y miro al horizonte de siempre que esta mediado por uno cables de energía y tv.
Un dolorcito de cabeza me acompaña. Bastardo! Cómo te amañas en esta cabeza de chorlito, ah?! Ah?!
Me urge escribir un guión de proyecto; por eso es que estoy tan temprano aquí, en el mismo lugar de siempre jodiendome la vida y la cabeza desde temprano: Pa´trabajar!

Pero me salió escribir de pendejadas. De esas pendejadas que hacia más de mes y medio que no tecleaba, porque, raro, se me paro la escribidera sobre lo de siempre, porque el corazón y la cabeza están adoloridos y confundidos.

Comienzan a caer goticas del cielo, y yo pienso en mis tristezas, y pienso en mi ropa que está colgada en el patio y corro a entrarlas. (lástima no poder entrar, ni recoger, ni escurrir todo lo que me pasó). Me prometí no volver a escribir los detalles de las angustias y los días malos, para así poder olvidarnos, y terminé por no escribir nada, ni para el trabajo, ni guardar para siempre los días buenos, ni tomar una foto de una flor, ni el video de una carcajada, ni esas cosas inentendibles de la vida que te traen bellezas para que no te descuelgues del cuadro de la existencia, ni nada de nada de nada.

Por eso, en la hora de teclear un proyecto que vale plata y es muy fácil, refacil, me consumo los minutos escribiendo que no he podido escribir, escuchando música que me tienta a acurrucarme hasta volverme una masita de la que puedan hacer una arepa de esas redondas que se comen con chorizo, rico, mmmm!

Me hicé acordar que no he desayunado. Ha parado de briznar, y salió el sol por entre las nubes negras. Así es la vida: luz en medio de la más hijodeputa oscuridad, de un momento a otro, sin avisarte, sin detener demasiado la trotada en la que vas directo a la muerte.

Y aquí estoy, así estoy, sin desayunar porque no hay nada en la cocina y las tiendas andan cerradas y sus dueños entrepiernados, supongo. Aquí soy, y ni estoy, porque duele la cabecita, porque el corazón está deforme pero me palpita, porque el cuerpo esta lleno de picaduras (ronchitas) y si no me dicen, no hago nada para remediarlo. Ni soy, ni estoy, porque no me salen idea, desde hace un ratico el chorro de idea ha disminuido, maldito cambio climático adolescente tardío, maldito seas!
Bueno, no, sí el sol sale tengo que aprovechar estos minutos de licencia para escribir cosas que necesite recordar.
Tal y como: recoja todos los papelitos que has anotado y acumulado, y léelos, y organizar la vida.
Despierta los sueños, que ellos son la clave para la luz al final del túnel.
Se sincero de nuevo y como siempre, como siempre la avioneta que despega en el vuelo de las siente del Olaya Herrera, así, como siempre que te ilusionas y te enamoras.
Aprovecha para perdonar, y vuelvete experto en olvidanzas.
Consigue pequeños logros ganando pirricas luchas, porque sabes que no has triunfado pero estas muy lejos del fracaso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabia filosofía.

George

Jorge Montoya dijo...

El emo optimista, vea pues ;)

Nobody Here dijo...

Yo digo algo (De nuevo):
¡Como me gusta como escribís!
Tener miedo, o cansancio, o picor, o pereza, o simplemente no querer seguir caminando es hasta bueno.
Nos hace pensar en lo que estamos haciendo, en lo que hicimos y en lo que tenemos que hacer; PERO sobretodo en lo que queremos hacer.

Saludos, muchos.