Iba por la Oriental, porque por debajo de los puentes estaba cerrado por ciclovia.
Después de la playa, acelerando porque el semáforo iba a ponerse rojo, cuando iba en la “cebra” la parte de atrás de la moto comenzó a “coliar”. “Marica me vare!”
Era la esquina contraria donde habíamos visto esta semana a un motociclista vararse a eso de las 10pm. Pase la calle con la moto en la mano, disfrutando el sol de Domingo. Me puse en una sombrita y busque el “chuzo”.
Casi me boto mis uñas (ya que nunca hay herramientas) sacando ese pedazo de lata. Pero no pude. No se pudo. Entonces, prendí la moto, y sabiendo que se iba a dañar (otra vez) el neumático.
Le había dicho a mi hermano esa noche cuando el motociclista miraba tristemente su llanta, que había tres opciones de desvare: Para la Bayadera (el sur), para Carabobo (el Norte), o para Buenos Aires (El Oriente). Escogí la ultima, porque son varias cuadras de cosas conocidas, y allí me he desvarado antes.
4000 mil valía la parchada. Miré mis billetes, y era exactamente lo que tenía. El “bacán” estaba ocupado, muy. Lo vi sufrí 15 minutos, o más con una llanta de repuesto de un taxi: “No! Esta muy vieja, no se deja sacar del ring”. Mientras tanto, me tapaba del sol, y hacia llamadas: “Me vare, no llegaré”.
Yo sabia que con 4 mil no iba a salir del asunto. Pero, mi hermano estaba lejos para traerme los billetes que deje en la mesita de noche, y la novia estaba lista para un streaming, y yo viendo el neumático todo mascado.
Salían muchas burbujas, muchas en el tanque cuando sumergieron el neumático súper teso que nos vendió hace un mes otro mecánico. “Es que no puedes andar mucho, y antes de eso, sacar el chuzo. Se tiró el neumático”.
Y uno sin plata, y domingo, y el calor, y el cajero no suelta mis 20 mil unicos pesos que tengo en la puta cuenta.
Me senté a ver pasar gente, mientras el “amor” me consignaba plata. Es bonito ese sector de la placita de Flores. Mucho loco, mucho enguayabado, mucho viejito.
Otra vez neumático 17. Otros 10 mil. Si, muy bueno la moto, pero a veces te ganas aventuras como las miás.
El chuzo se destruyo en la sacada. Así hubiese tenido aunque sea alicate en mi bolso, el pedazo de lata o bisturí, no hubiese salido nunca. Es más, la llanta se rajo un poco, y se tuvo que parchar la llanta por dentro.
Recordar las varias chuzadas en la vida de motoneto, no tiene precio. Volverlas a vivir, tampoco.
Tocá, en serio, conseguir herramientas, y disfrutar del viento, de los sucios en los ojos, de los acelerados que te tiran su carro.
Habrá siempre más aventuras, siempre. Esperemos salir de esas también.
Nos trasladamos
Hace 12 años
2 comentarios:
Mi papá decía que cuando uno anda en la calle, le pasan cosas de calle. Y así es andar en la moto. O en carro también pasan cosas y si uno va a pie, ahí si es cierto. Lo que pasa es que esa llanta ha tenido ya sus sustos. Y casi siempre, se sale todas.
Me gustan las fotocronicas.
Se nota en los post de este blog, que mi vida cambia cuando ando a pie, y en moto.
Lo importante es que haya historias, así sean historias de calle... :D
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