Espero a mi prima que anda ayudando con el aseo en Punto Link, y desayuno de píe junto al pollo de aluminio, y escucho y converso historias de la familia mientras me trago una arepa con mantequilla, quesito con café en leche, y terminé diciéndole: "Viéndolo bien, yo al fin de cuenta estoy muy bien. Mis problemas son una bobada con los de ustedes".
Después de mencionarlo, tal vez mi prima escuche algo de pedancia en mi expresión, pero no fue otra cosa que el momento de entender, que el plan de mi vida a hasta los 28 años esta llegando a su fin.
Y era: no estar endeudado, ni aburrido con una familia, ni deprimido por mi vida; tal y como había visto a mis padres y tíos embalados con nosotros, y a las primas sufrir a su mejor edad, y ver cómo comienzan a sufrir los hermanos y primos más jóvenes.
Todos estos días de recuerdo, cuando paso por un lugar o un deja vú me saluda, se me infla los pulmones, y detengo el llanto que me produce traer al corazón tantas luchas pasadas, que me tienen en cero kilómetros a los 28. Juepucha! tantas vainas, estupideces, humillaciones, silencios, dolores, pesadillas, estreses, locuras, días y días, hasta hoy, que la ropa vieja, de hace más de 3 años se anda rompiendo (casi sola), y la que es nueva, está sucia toda. Y que debo las cuotas de la cooperativa, y ya voy para dos meses de no pagar Salud y Pensiones, y la gata tiene tres monos que aún no abren los ojos, mi habitación es un desastre, y las ojeras y la misma cara está terrible, y tengo los discos duros (portables o no) llenos, hay más dedos en las manos que amigos cercanos, y se fue el amor, y todo es trabajo y trabajo, y tengo muchos nudos en la espalda y cuello, y se me anda yendo la inspiración, y la cámara (la Lumix) tiene un sucio muy feo en el lente, y en fin... si les contará...
Si tu amigo invisible, lector de este blog desde el inicio (no falta el loco o la loca) sabrás entender qué digo cuando: a pesar de no tener nada, tengo mucho.
Por lo menos, hoy que les escribo, tengo ganas de seguir contándome el cuento a mi mismo, para que mañana, más orgulloso aún, siga sacando excusas para inventarme días bonitos.
Todos estos días de recuerdo, cuando paso por un lugar o un deja vú me saluda, se me infla los pulmones, y detengo el llanto que me produce traer al corazón tantas luchas pasadas, que me tienen en cero kilómetros a los 28. Juepucha! tantas vainas, estupideces, humillaciones, silencios, dolores, pesadillas, estreses, locuras, días y días, hasta hoy, que la ropa vieja, de hace más de 3 años se anda rompiendo (casi sola), y la que es nueva, está sucia toda. Y que debo las cuotas de la cooperativa, y ya voy para dos meses de no pagar Salud y Pensiones, y la gata tiene tres monos que aún no abren los ojos, mi habitación es un desastre, y las ojeras y la misma cara está terrible, y tengo los discos duros (portables o no) llenos, hay más dedos en las manos que amigos cercanos, y se fue el amor, y todo es trabajo y trabajo, y tengo muchos nudos en la espalda y cuello, y se me anda yendo la inspiración, y la cámara (la Lumix) tiene un sucio muy feo en el lente, y en fin... si les contará...
Si tu amigo invisible, lector de este blog desde el inicio (no falta el loco o la loca) sabrás entender qué digo cuando: a pesar de no tener nada, tengo mucho.
Por lo menos, hoy que les escribo, tengo ganas de seguir contándome el cuento a mi mismo, para que mañana, más orgulloso aún, siga sacando excusas para inventarme días bonitos.
Pero qué difícil!! (más no imposible).
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