Viaje a pie, Fernando González

Un libro con una anecdota simpática,

y un libro que ya me lo había leído, pero es que en esa tiempo caminaba en tumbos y me levantó un toque, no más. Esta vez, la segunda (que siempre es diferente) me emociona y me llena de certezas y metas para seguir la caminada.


“La vida no es un sueño, es un viaje: un viaje a pie. Y para viajar hay que estar despierto, no?”

“El hombre no tiene sino sus dos pies, su corazón, y un camino que no conduce a ninguna parte”.

“Yo me dirijo a la juventud, a esos que aún no están hipotecados, ni muertos. A usted, que desespera de lo que es, que busca camino, que está a tiempo de salvarse. Para usted, evidentemente que si fue escrito este libro”.

(prologo Gonzalo Arango)

Ahora si, algunas luces del libro del maestro de Envigado, el de Otra Parte:

“El fin de la vida es adquirir capacidad para morir alegremente”.

“Indudablemente, cuando un hombre y una mujer se atraen, eso se verifica por sus ritmos; es porque unidos son importantisimos para la economía del universo”.

“¡cuán propia es esta vida moderna, rápida, difícil y varía, para perder toda fe, para ir por la vida como madero agua abajo!”.

“Nuestro destino es irremediable y nadie tiene la culpa de él”.

“El ánimo, esa fuerza desconocida que nos hace amar, creer y desear más o menos intensamente. El ánimo, que no es la inteligencia, sino la fuente del deseo, del entender y el obrar”.

Un viaje, hecho a pie, con un amigo filosofo, lleno de lujuria, de juventud, rumbo (por los paisajes), al centro del país. Un viaje atravesando, yendo a donde había que ir (y volver) en ese tiempo para decir que ya tenias mundo.

“ese es el imperativo categórico: alegrarnos y alegrar a quienes nos rodean. Generalmente nos entristecemos unos a otros; nos amargamos este relámpago, este efímero momento de la vida humana”.

“No hay más remedio que irse agarrando a un propósito que nos escude contra la tristeza de la decadencia y la muerte”.

“la vida del hombre sobre la tierra es brega y tristeza. Vivir es luchar con el tiempo, el cual nos arrastra, a pesar de resistirlo. ¡Que horrible es, durante algunos días, vivir!”

“El único método para vivir que conservar la alegría, es vivir resistiendo el deseo que nos urge por el goce; vivir despacio, enervados”.

“Nuestros antepasados tenían casas de piedra, bibliotecas de tomos fabulosos, empastados en cuero, y sus mujeres eran anchas, carnudas. Las nuestras se parecen a nuestros libros de cincuenta y tres hojas; las leemos, nos leen, y nos dejamos tirados sobre los asientos de paja. Todo lo nuestro pertenece al tiempo, que está compuesto de segundos”.

“... es necesario correr, acumular rápidamente, porque nos deja la vida. Este es el siglo del hombre que hace fortunas” (menos mal lo escribió el siglo pasado... bueno, y siguieron este siglo).

“el billete es la finalidad”.

“La pobreza es indicadura de toda clase de inferioridad. En realidad, el pobre, fuera de ser peligroso, es un ser que disgusta, está lleno de odios y envidias; es un ser torcido y frustrado, sus cualidades se han marchitado”.

“Nunca se debe meditar a un tiempo en más de una cosa, y jamás se debe desear lo que no merezca la pena”.

“¿Donde están las huellas?

Es la misma pregunta que dirigimos a las esferas celestiales en los momentos de angustia ¿y quién nos va a responder? Estamos solos, irremediablemente solos”.

“Hemos perseguido la alegría y a pesar de que parecíamos alcanzarla, no pudimos. Lo nuestro es lo único que llegará a nosotros. ¿Y qué sera lo nuestro?
Parece que nada sorprendente nos está reservado en esta pelota caliente”.

Existencialismo mezclado con política:

“Comenzaron vendiendo a Panamá y hoy está casi todo vendido”.

“Lo único propio que tenemos es nuestra energía; está encerrada dentro de nuestros cuerpos formados de huesos, carne y piel”.

Dicen los místicos:
“el hombre está triste porque la tierra no es su patria, porque está aquí desterrado, porque aquí no es su medio ambiente”.

Dice Fernando, que es la explicación más antigua de la tristeza.

“La única escena de la vida en que la riqueza es una tontería sin sentido es un entierro”.

“Lo único nuestros es el instante que pasa, ese que se alejó ya galopando cuando lo percibimos; ese instante es también fabrica de nuestro futuro y es hijo de nuestro pasado; pero solo él es nuestro”.

“Los libros son depósitos de poder; también los hombres y los acontecimientos”.

“Colombia está marchita como planta en verano porque no hay partidos políticos y únicamente hay ladrones que gobiernan sin concepto de patria, que es el de solidaridad en los que conviven bajo el mismo cielo”.

“No esperamos ser otros; seamos lo que somos, energicamente”.

“el pensamiento es un lujo aún, una función novisima en el reino animal”.

“Lo que pasa es que nuestro interior es un herbidero de contradicciones”.

“Podemos reproducirnos a nosotros mismos, regenerandonos, o gastar la energía en la formación de otro ser. O darnos fuerza a otro altruismo, o nos autoengendramos”.

Ya voy a terminar. La idea no es el libro completo, pues, tienes que leerlo por usted mismo, para que salga corriendo a ninguna parte.

“El minúsculo parásito de nuestro cuerpo no sabe que vive en un organismo, y así somos nosotros en la esfera y la esfera en el espacio. Pero nuestras raíces están especialmente en un espacio limitado. Vimos un árbol inmenso; sus raíces penetraban en gran red en la desde el Orinoco al pacifico y desde el Caribe al Amazonas...”

“Pero en Colombia comemos lo que producen otros suelos, importamos que leer y quien nos preste dinero y nos lo gaste, y también importamos quién nos enseñe la biografía de Bolívar”.

Y la frase, que para mi tiene mucho significado porque fue mi grito de guerra mucho tiempo:

“Viviendo vamos muriendo; nuestro organismo es cadáver y vida; vivir es descomponerse y transformarse”.