Un libro que me pasaron, recomendado, y que bonito resultó “Crónicas para olvidar la historia”.
Me lo leí con mucha alegría, capitulo a capitulo.
Aquí unos trocitos que estrajé, para no olvidar.
Hablando del Caribe Colombiano, en un capitulo llamado: “Tras el rastro de la iguana”.
“En Ganga todo es un desastre folclórico”.
“Hay mucha voluptuocidad en el aire, cierta pereza es estimulada por la generosidad de la tierra, que no invita a trabajar, sino a recoger sus cosechas con cierta facilidad”.
Sabe qué es “tomar el fresco”?
“Indagar trae de su olvido el ayer”.
“su antigua casa está en el pasado. Las cargas en su memoria con puertas y ventanas cerradas porque ya no han de retornar a ellas”.
Y en otros dos artículos, del caribe, del progreso, de generales, de madames:
“Desde el mismo instante en que el mundo entró a la revolución industrial, las máquinas de vapor comenzaron a modificar la pacible existencia. Desde ese momento las sociedades se volvieron positivistas y se alejaron de la especulación de la metafisica. Al olvido entraron la grámatica, el verbo, el principio, la creación.
Solo el tiempo presente y útil comenzó a tener precio sobre los instantes que llegaban”.
“El progreso trae toda clase de necesidades, ciertas o inventadas”.
En un Bogotá subterraqueo:
“viva como pueda, que yo me encargo de obligarlo a morir como yo quiera”.
“Todas las mañana muchos de los comerciantes se encuentran en las idas y venidas de una ciudad que coloca su historia en el olvido como si se tratara de capas de nata sobre los días”.
“Por las vueltas que da el globo terraqueo en su rotación y su translación, los trashumantes no son los hombres que caminan en su desespero, sino el planeta que los carga”.
“Ver el mundo a través de las grietas donde los demás no dirigen el ojo”.
Y a lo ultimo, habla Alvaro Mutis:
“adiós a un mundo que se hunde en el caos definitivo y extraño del futuro”. Mutis
“...Es posible que el porvenir nos sea favorable. Por el momento, delante de nosotros está la nada; detrás de nosotros está la vida entera. Entre ella y el presente se acumularon ruinas: cada uno de nosotros ha perdido algo, alguna parte del mundo, y ahora no somos nada. Nuestro deseo más ardiente consiste en edificar un puente entre el pasado y el futuro. Todos fuimos arrancados de cualquier tierra lejana, profana o regada de sangre” Ana Kipper
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