Caminando por la calles de Medellín, haciendo zig zag por los barrios para llegar rápido y
evitar los ladrones de esquina concurrida.
Así fue como me encontre el panal "mierdero", como lo llamabamos en el barrio.
Siempre yo evitaba que alguien lo patiara. "Parce, qué le están haciendo las abejitas a usted?"
Había que peliar, porque la sensación animal de patiar y destruir y matar una comunidad de una especie más pequeña, es casi inevitable en los hombres de estos tiempos.
Hasta me quedaba mirando cómo trabajaban, cómo zumbaban. Y cuando iba ya a una cuadra de distancia, veía a un niño agacharse, y después correr, y hasta ahí llegaba mi conexión con las especie, y animales, y vidas.
A las mierda las abejas y sus casas en cualquier hueco, y a los hombres tan estúpidos y juguetones!
Nos trasladamos
Hace 12 años
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