Amaneció Quito muy frío. Demasiado. Y el chorro del baño solo salía hielo (es una metáfora).
Mi nariz, mi estomago y cabeza ya están vueltos nada, quieren casa, quieren clima menos ásperos.Iba a salir al centro, pero ni sabía a donde. Entonces me quede en casita viendo cosas de internet, desayunando con Ana (la amiga de Putumayo dueña de la casa que me toco a la 1pm para que le quitara las trancas a la puerta). Ah, y empacando.
Un chococrispis con leche, y empaque varios pedacitos de servilletas para secarme la nariz izquierda que es una incontinente, y con 5 dolares al aeropuerto.
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Se acabaron los 13 (14!!) días en el Ecuador. Hay que cambiar de billetes y monedas, tener las llaves de la casa a mano, e ir preparando la tusta (la cabeza) para empezar a trabajar.
Hasta aquí este diario escrito en jeroglíficos que solo entiendo yo.
A menos que pase algo extraordinario, ¡Feliz regreso a casa Juan David!
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Volví a encender mi "Ipad" el Cid, porque 40.80 dolares de impuestos aeroportuario si es algo extraordinario.
Tuve que cambiar pesos colombianos por dolares. A 2200 el dolar, 400 pesos más de que como los compré en Colombia.
La compañera de viaje apareció, y se recorrió todo el aeropuerto para poner la queja.
Igual, en el pdf que imprimes dice que cuidado que hay que pagar algo. Bruto y montañero es uno que no lee, que no averigua, que no supone.
Le presté los dolares que sobraron, y luego, al abrir un bolsillito del bolso encontré 20 más que tenia encaletados (si los hubiese encontrado antes!!!).
De todo se aprende, y viajar a otro lugar, a otro punto cardinal, si que te deja enseñanzas.
Decía un amigo: le mejor música la escuchas en tu casa. El mejor hotel es el del hogar de mamá. Bueno, ahí vamos aprendiendo a escuchar otros sonidos, a hacerse un huequito donde existir que no sea la comodidad de tus sitios de siempre.
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