viernes, 11 de marzo de 2011

un mes de mierda y otras noticias, parte 2


(rescatando a un gato)

Precisamente cuando estaba pensando que después de los primeros días de subir y bajar en buses y caminando, y así sea haciéndome de las manos una sola herida, pude desvarar la moto (después de ya dos intentos fallidos); y bueno, apareció la Gata Salome. Flaca, pero apareció; y merque y la cocina esta linda;


y ya pude sacar otros chécheres de las cajas y bolsas que aun quedaban del trasteo;

y preciso, en ese instante que pensaba que todo iba bien (aunque sean 4 días), siento que la moto cascabelea. Me a orillo en la bahía de un restaurante que queda después del peaje y no antes del túnel de la autopista Medellín - Bogotá.
Reviso, y es un tornillo de esos largos (importantes) que sostienen el motor, o el tren de arrastre o las patas de la moto. Boté el tornillo, la tuerca, y no me di cuenta, porque ya estaba mitad de salido y no dejaba meter más cambios.

"¡Puta uno no se mata porque es muy demalas!" Pensé.

Es una varada grave, pero sencilla. Llevaba tantas cosas en el bolso, menos un martillo o llave grande para volver a meter el berriondo tornillo. En medio de la angustia y la impotencia, eso me hizo caminar más de un kilómetro buscando un montallantas que una señora del restaurante, a ver si el mecánico bajaba, o me prestaba algo con qué sacarme del embale.



Reconozco que a uno si le dan ganas de llorar o de tirar todo a la mierda a eso de las 9pm en medio de la neblina y las tractomulas pasando a 100 kilómetros la hora y tirándote agua en la cara. Pero es solo un instante. Tengo que ser berraquito, entonces, seguir caminando.

Dos pescozones al tornillo, y pude subir al montallantas a terminar de asegurar el daño, como sea, lo importante es amarrar ese tornillo.

Albeiro se llama el mecánico. Muy querido. Apenas le di 3 mil de paga (estaba casi sin plata), pero le estoy muy agradecido.

Después, sólo un viaje a 90 kilómetros hora, y soledad en la pista, y pensamientos flotantes que no molestan, solo dejan llegar a casa y limpiar mierdas de tus hijos cochinos y malcriados, y comer lo que aún no se ha vinagrado y me de un tantico de calor, y echarme en la cama para levantarme en la mañana con los pajaritos.

Tal vez, todo va bien, y uno es muy débil. Quiero ser positivo.

No hay comentarios: