La vida en Rosa
Edith Piaf
Al final de la película, de tantas veces sentir y ver el dolor y la locura, y escuchar y ver y sentir amor,
uno repite como edith, “hay que amar”.
La vida en ultimas, es amor. Es lo que nos hace levantar, comer, cantar, llorar, ilusionarse, no querer morir...
Y hace poco decía en Twitter que cuando se escoge un idioma para aprender, se elige una cultura.
Yo estoy a punto de deja la resistencia mental y física hacia otra construcción de las palabras y los sentidos, y quiero evitar el inglés como elección bilingüe. Quiero aprender otra cosa, otras expresiones. Tal vez un italiano me caería bien. Por bonito y por fácil.
Tal vez un portugués me servirá para conocer y saber esa gran cultura que pronto será Imperio.
Pero, pero, ese bello idioma francés, en el que vivió y cantó Piaf, me llama, me provoca, me enamora. Por París, por los pensadores, por el amor, por la tristeza, por... Ni sé, por bello.
“Con mis recuerdos, hice una fogata.
Mis tristezas, mis placeres, ya no los necesito.
Barrito todos los amores, y todos sus temores.
Barridos por siempre, comienzo desde cero.”
No es un gran película, pero te da el hálito de una época, de un país, de la miseria encarnada en una niña flaca y con una voz especial.
Nos trasladamos
Hace 12 años
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