Estoy leyendo los textos para las clases de mañana, y en uno de ellos, De Gwyn Prins (Formas de Hacer Historia) en Capitulo "Historia Oral", encontré un parrafito que nos puede ayudar a seguir la discusión de 100 mil pesos a estudiante que se convierta en informante de la fuerza pública.
Dice Prins, que Slim y P. Thompson escribieron un libro inspirado en la tradición de la historia oral para dar voz a los sin voz, y también para corregir las investigaciones hechas por hacerlas. Y advertían:
"Hay muchas formas de aprovechar el conocimiento patrimonio de los pobres, de las minorías y de los impotentes" dicen: "El estudiante de antropología (y de todas las ramas sociales y humanas, agrego yo) obtiene un titulo y un prestigio académico; el asesor de desarrollo firma un contrato libre de impuestos; el fotógrafo de prensa se reserva el copyrigth de imágenes humanas exóticas y el ambientalista obtiene un sonido sensacional, pero ¿Qué es de aquellos que comparten sin cobrar sus opiniones y experiencias? ".
Buena pregunta. Y precisamente ayer vi en Telemedellín en coproducción con Teleantioquia (pasión por lo nuestro), "Camino al Barrio", donde tenían "expertos" hablando de la importancia de la colaboración de la gente para construir historia, cultura, etc.
Pero, pero, cada llamada recibida al aire, por gente de los barrios, madres y padres, coincidían en los mismo: "Expondrán a los chicos a un riesgo gigantezco por casi nada", y, "Porque no apoyan otras actividades que ayuden a los jóvenes".
Hay cantidad absurda de columnas acerca del tema. Los blogs y el twitter esta echando fuego por tales medidas. Esta semana seguro hay graffitis.
Y mientras eso, el gobierno implanta medidas para frenar la guerra de "bandas emergentes" en las comunas de Medellín, y la gente aterrada solo atina a quedarse en silencio y esperar el tastaseo, y la Personeria apenas levanta la mano, y muévansen `fierros´ en las esquinas, y pasen `tombos´, y suena que suena el helicóptero.
Con Alcalde intelectuales que toman medidas de guerra, y no escuchan y no entienden a la comunidad, y que la ciudad se le esta saliendo de las manos, yo no quiero ni asomarme a la puerta.
Y grabar videítos, ya no se puede con tanta frescura como antes.
"Estamos en guerra, y usted no se imagine qué es eso. Usted que se va imaginar! Usted está por fuera, sano. En cambio nosotros, que hemos vivido toda la vida por aquí, ya estamos asustados".
Eso me decía un vecino, que normalmente se hace en la esquina, pero ahora estaba en la sala de nuestra casa, para hacer lo mismo, pero sin el `azaris´ de que pase una moto y lo mate.
Porque hay una guerra de bandas. Por territorio. Hay precio por cabeza. Más por los jefes, poquito por los rasos, y un tantico más por policía asesinado. Y cuando alguien le gana la "plaza"al otro, toman el barrio como suyo, y eso incluye mujeres, y los hijos de las señoras de la cuadra (que eran los de la esquina y la bandita), y la plata de los tenderos, y largos y dolorosos (y hasta creativos) etcéteras.
Eso por lo visto nadie le esta poniendo cuidado. La prensa sigue el juego de la fuerza. Los habitantes no armados, impotentes, y silenciosos. Y los armados, están locos (drogados), irracionales, y con dinero y armamento hasta en los dientes.
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