En un tarde bonita, subí hasta el parque de Villa Hermosa de la mano de una bonita chica.
Vimos un corrillo, cogimos lugar,y vimos el show de lo que es “el circo más pequeño del mundo”.
A mi los circos me recuerdan los “¡¡Wowww!!”, Los payasos, los magos, las chicas elásticas, las manzanas dulces, las boletas a medio precio, las tablas de las tribunas traquear, las buenas noches señoras y señores.
Yo siempre he visto circos malos, pobres, pequeños. Desde que nos llevaron a la escuelita un payaso que alzo a un amiguito de preescolar que estaba sentado en una silla, hasta el de hoy, pasando por los circos de pueblo que mis padres me llevaron a ver siempre en sus últimos días, y claro, en los que trabajé vendiendo cositas del circo y no dejando entrar a la gente por ningún lado.
Solo recuerdos dos grandes circos. El primero, que nos llevó un tío, al de las Tortugas Ninjas. Los disfraces de las tortugas eran horribles. Y el otro, dizque “American Circus”, que tenia el Globo de La Muerte (las motos que dan vueltas metidas en una bola). Por lo menos estos dos tenían carpas grandes y aseadas, y los animales estaban aliviados, y las palomitas eran cara y buenas.
De resto, he pagado boletas de 200, de 500, máximo de 1500, para entrar a reírme con los mismos chiste de los payasos: “Hoy vengo a declamar una poesía...”, y ese mismo payaso era el Hipnotizador y mentalista, y también maestro de ceremonia. Y bueno, su hija era “Yenny, la chica elástica”, y la que vende las manzanas , y la que asistente al mago. Y el mago era el otro payaso, y el equilibrista, y el que vende las boletas. Y la carpa cuando llovía parecía un colador...
Circos pequeños son los que me gustan, están a la altura de mis sonrisas y de mi bolsillo. Siempre termino aplaudiéndolos con toda el alma, se lo merecen.
Nos trasladamos
Hace 12 años
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