Hoy era día de aseo. Así que inunde el patio, y dividí la casa en pedazos, que sistemáticamente fueron barridos y trapeados.
Primero se barre. "Bien barrido"!! Era el grito de madre. Y volvía a repetir: "Muy bien barrido"!!!
Luego, se lava la trapera, y se llena de jabón (azul), y si esta muy cochina la casa y no te da mareos y dolor de cabeza como a mí, usa blanqueador o aromatizantes.
Yo siempre lo hago por partes, por sectores según su suciedad. Un sector sucio: la cocina, con un lugar medio limpio, una habitación. Y a cada pedazo equitativo en trabajo, uno a uno, lo lleno de jabon en la primera pasada. En la segunda lo seco un poco. Y luego otra vez a lavar el palo con unas mechas, y dos pasadas "secas" más, y listo.
Me gusta cuando la baldosa se humedese. Me imagino historias con las formas, y cuando regreso la trapera, borro esa historia, y así se va pasando la mañana, las pasadas, las suciedas. No me gusta dejar pedazos sin humedecer. No soy como mi hermano, que no trapeaba en las cosas que nadie veia.
Cuando niños, nos dividíamos todo. Una manía de mi papá que quiso mostrarnos, supongo que por frustración familia, que todo era por igual: La ración de domingo por igual, la plata que nos ganábamos trabajando por igual, las trapeadas por igual. Mi hermano en el trabajo siempre hacia más. Y yo, en las trapeadas me quedaba con las partes más duras. Y mi mamá (mientras hacia el almuerzo) me escurría y me dejaba bien seco el trapero. Eso era justicia.
No se puede dejar secar el jabón por el viento, porque queda "parchado".
Se debe lavar bien el trapero.
Se trapea todos los días.
En mi casa, y creo que en las de ustedes también, hay muchas reglas para que el hogar quede reluciente. En los lugares que nacimos, y en la modernidad que nos tocó, todo lo bueno es limpio, blanco, aseptico.
Y si, muy bonito, muy limpio, se siente fresco todo, como si fuera acabado de construir, como si no fuéramos animales.
Pero, (siempre tengo peros) está semana precisamente me leía un librito de "circulación gratuita", que hablaba de este tema, de hacer oficio, de las mujeres, de sus derechos, y de la familia, y de revolución hecha desde el mismo fogón.
En una crónica que se llama "Lo dómestico femenino", dice: "Son innumerables las mujeres que al llegar a su casa después del trabajo diario, tiene que encargarsen del lavado y planchado de ropas, preparación de alimentos, cuidado de los niños, aseo general. Muchas de ellas se acuestan rendidas, muy tarde en la noche, agobiadas por la doble jornada, fuente de tensiones y enfermedades nerviosas".
Claro que recuerdo esas mañanas de "oficio", que mi madre nos obligaba a hacer. Claro, para ayudarle con tanta carga de trabajo, a ella que estudiaba y que mantenía la casa, y velaba por 3 pelaos, y que durante mucho tiempo fue ama de casa de casas llenas de gente.
Arte: hacer oficio, este de fregar en casa, que aprendió a las malas de la mano de mi abuela materna (en la infancia), y con la paterna (ya de arrimada) que obviamente le hacia la vida imposible e hizo que mi padre consiguiera un hogar, y que mamá fuera dueña de un espacio para que siguiera fregando, mientras mi padre camellaba.
Sigue Aurita diciendo: "El feminismo propone que el trabajo domestico ha de ser una obligación de todos los miembros de la familia, tanto hombres como mujeres, cuyo desempeño no ha de considerarse una dádiva o una gentil "colaboración" ocasional, sino como la contribución de cada uno a la marcha de la empresa familiar a la que pertenece. Esa es la única formula que sacaría al oficio domestico de su condición de cadena perpetua para la mujer".
Mi mamá sin ser muy académica, en los mismos días que aurita lopez escribía estas lineas, ya en casa impartía la regla en casa. Después de haber fregado mucho, por supuesto. Luego, su mismo trabajo, permitió que tuviera empleada de servicio. Que no es otra cosa que una prima/o amiga cercana, que para pagar sus "cositas" en el almacén, le mete a su trabajo de ama de casa, otra casa, y se gana 120mil, o 150mil (70 dolares, masomenos) al mes.
Cadenas perpetuas, que obviamente es gracias a maridos que obligan a sus mujeres a estar esclavas de partículas invisibles, rutinas matadoras y ridículas, como quitarle las chanclas.
Para mi no fue nunca humillación traerle las "quimbas" a mi papá. Ni trapear de lunes a viernes, mientras era vago, pero si estaba en algún deporte, ya no ayudaba. Y con la empleada, menos que cogía algo para limpiar. Y y cuando viví de "arrimado" mientras estudiaba en la U, solo tenia que tener mis espacio limpio (así sea aparentemente).
La revolución también la debe hacer la mujer desde la construcción de su hogar:
Pero también de los hombres. Cuando me fui a vivir con los parceros, ayudaba algo, me divertía con tener un lugar propio.
Luego, cuando la vida y la novia se juntaron, deje de ayudar. No porque no quise, tal vez solo llegaba muy cansado de trabajar por el triple trabajo que hacía para poder vivir como estrato uno.Tal vez salia a cambiar el mundo, a crear vainas bonitas, y pensé como todos los hombre de aquí para atrás, que era justicia que los que no trabajasen, con su tiempo libre mantuvieran una casa medio limpia. Eso mismo rompió la relación, la destrozó (y muchas más cosas), porque no supimos esa especie de hogar económico, propio, bonito, medio arreglao, pero que es momentáneo, porque suponemos que llegaran los días de muchachas del servicio, e hijos, y de repartición de esclavitud.
Pero nada, hasta hoy que escribo esto, me dio cuenta, a pesar que nuestra casa se asea cada 8 días (y aseo general, cuando mi mamá nos visita), y que de vez en cuando se sopla el polvo, que la chimba que nos vamos a esclavizar, nosotros!! no hemos podido entender, ya sin problema de mujeres, que la casa se comparte, y que se entiende y se le ayuda al que llega de camella. Con justicia, equilibrio entre casa no mugrienta, y vida no esclavizada.
Ya los hogares son otros, pero los mismos líos. Que giran entorno a tradiciones que hasta de pronto son nuestra maldición.
Hay que trapear igual, y aumentarle revoluciones a la vida.
2 comentarios:
No sé para qué sirva un post de mujer feminista, en una red de geek que levantan los pies a la muchacha del servicio, o toman en desechable para no lavar.
Pagamos lo que sea, y bien, y queremos a la del servicio, y ella es feliz. Claro, pero la discusión también propone que eso cambie un poco.
que chimba de escrito, creo que tiene de todo un poco, desde la vagancia, desde el genero, desde la niñez... y pues si... no es un tema para quedar como Mr Twitter.. pero vacano, hasta te quedo como un montaje...
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