Le acabe de colgar a mamá diciéndole que le mandaba un abrazo. Y en la tarde también.
Hoy, le marque a mi mamá, y ella me contesto: “¡Hola Hijo!”
Las palabras en mi familia no abundan. Mis padres son pensativos y distraídos, no hay que buscar otra explicación. Solo es ahora que tenemos números propios y más años encima, que nos acostumbramos a conversar a distancia y por bocinas. Las llamadas nunca son largas. Nos preguntamos por lo acostumbrado, y nos despedimos. Y creo que ambos lados quedamos más tranquilos, después de colgar.
Hoy le pregunte a mi mamá sobre mi nacimiento. ¿Si había ido al control? Claro! ¿Si le habían hecho ecografías? En ese tiempo no hacían! ¿Si le había ido bien en el parto? Pues no ve que usted venia sentado, por eso me hicieron “cesárea”.
Siempre llamo a preguntarle por la vida, y por cosas de la vida. Extrañada, sonriente, enojada, o silenciosa, siempre me da respuestas. Mis preguntas, ella sabe, que pueden ser para muchas cosas, pero no se cuida, como siempre, es demasiado sincera.
¡Un abrazo mamá!
Nos trasladamos
Hace 12 años
1 comentario:
Gracias por tus visitas a Generación Y.
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