En un día frío, muy frío, donde mi mamá nos sirvió el desayuno y nos hizo almuerzo, salí con toda mi pereza a la calle.
Hoy, volví a coger la moto roja y salí a recorrer esta ciudad como hacia tres meses no lo hacia, para llevarla a revisión obligatoria.
Estaba parada porque se chuzo la llanta trasera, y porque se le venció el seguro (soat), y porque no tenia el papel de la técnico mecánica, y porque no tiene la tarjeta de propiedad al día.
Días antes ya se había parchado, y comprado el seguro, y después de revisarla y decir que lo único que tenia era que no encendía el “Stop”, la lleve a un taller cerca. 5000 pesos más, y otra vez al diagnostico, que me dio este papel, que valió 670000 pesos.
Otra vez a montar en mi moto, y empacar todo en un bolso que amarro al manubrio, y salgo a la carretera con mis guantes, mi chaleco, mis gafas, mi casco, y yo, todo yo.
Pocas cosas hay para hacer si te pinchas o te barás. Tal vez llevar plata u minutos en el celular y toda la disposición de viajar.
A estas horas de hoy, suena las gotas contra mi casa, y pienso en llamar al amor para que me lleve en el carro, o no ir. Pero nada, me encarpo, y con mis gafas salgo viajar, a moverme, a sentir los climas y los kilómetros pasar.
Es como ir desnudo de un punto a otro.
Me deseo un buen viaje. Nos leemos otro hoy, cuando vuelva de Doradal (Magdalena medio, Antioquia).
Nos trasladamos
Hace 12 años
1 comentario:
Y fuiste y volviste sin mayores líos. La moto te quiere, tu quieres la moto. :)
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