Hoy, el agua en la mañana me despertó. Aun estaba pegando las gotas contra las tejas.
Muy pocas veces me baño con agua caliente, pero es que afuera toda la noche hasta que yo estaba en el baño, cayo agua muy fría.
Recuerdo a mi mamá decirme que si era gato, que si me daba miedito del agua. Que no me hiciera el bobo, que al baño.
Recuerdo las mojadas que me metía cuando era niño y me pasaba por cada chorro que cai de las canoas. Recuerdo las idas a los charcos, los planchazos, y la olla del sancocho llena de agua del río.
Hoy recuerdo tantas cosas del agua. Hoy que es el día internacional del agua, y que a nadie le importa, porque a la gente solo le importa los días suyos, no los días de los días de los otros.
Vivo en un país, en una región bendecida por con unas montañas que fabrican agua y agua por montones. Esa misma agua que nos venden carísima. Esa misma agua que inunda pueblos. Esa misma agua que hace avalanchas y se lleva vidas. Esa misma agua que nos refresca cuando la tomamos de una canilla o de un chorrito, o nos cae del cielo. Esa misma agua que no le llega a millones de personas del mundo, y que nosotros la desperdiciamos lavando un carro que se ensuciará en dos horas.
Esa misma agua que es vital para vivir, pero que aquí, y en el resto del mundo, ha paso de ser un recurso natural, a un producto de venta.
Nos trasladamos
Hace 12 años
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