Mientras el viento me pegaba en el pecho, yo cerraba los ojos para evitar que la lluvia me los mojara. Y así fui caminando, de techito en techito, subiendo despacio, dizque esperando el bus, que nunca subió. Hoy, en un día de aire acondicionado, de sol contra el piso, de lluvia y viento, hoy, tengo mucha gripa, y entre a la tienda y desperté a los señores que dormían un martes a las 3 y 30pm, y les compre 4 pastillas.
De niño nunca me daba nada. Era como “El Chavo del 8”, quería enfermarme, y nuca me daba ni una gripe. Solo recuerdo una vez que me dio “abrazo del pato”. Casi me mata.
Recuerdo: Bello, abuelita, Primera Comunión, cama, cerrar los ojos, temblar mientras te asoleas. Eso fue como a las 14, 15, que sé yo!
Luego, cuando comencé a trabajar, y cogi una gripa que aun no suelto. Puedo decir que siempre tengo gripa, siempre.
Pastilla, fiebre, malestar, dolor de cabeza, ganas de...
vomito, estar mareado, que tu cabeza siempre mire al suelo, que no tengas fuerzas, que no tengas... Claro que me acuerdo estar enfermo! pero yo nunca he parado la maquina por estar “maluco”. Uno siempre puede seguir, hacer, cerrar un ojo al hablar, caminar despacito, trabajar un rato y recostarse otro, vomitar y tomarse un vaso de leche o algo suave y seguir. Siempre se puede.
Hoy tengo fiebre, y las cobijas en el suelo y una alrededor de mi cuerpo. Ya he olvidado cada 5 minutos hace dos horas tomarme la pastilla.
Ya me la tome. La segunda.
Hoy la gripe, o “el virus que esta cayendo”, me recordó que uno enfermo no vale nada, que es inútil, que es una cosa ahí caliente, pálida, sin fuerzas.
Nos trasladamos
Hace 12 años
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