Anoche, mis pulmones parecía llenos de agua, o estando en una heladera, cualquier analogía que se te ocurre, pero no estaba bien.
La ropa me incomodaba, pues, es que el lumbago (que queda ahi debajito del homoplato izquierdo) que adquirí en el viaje de Medellín-Bogotá, dolía como nunca, no me dejaba acomodar, me desvelo, y por eso me quite la ropa, y miraba el reloj cada tanto, y seguro por desacomodarme el viento frío me entro y me subió la gripa que tenia guardadita en mí se incremento.
La promesa era levantarnos a las 8.30am, pero yo uno hora antes estaba metido en el chorro del agua caliente, tratando de coger temperatura, y de masajearme con la rica agua.
Deje a mi amigo en la cama, y salí a la Candelaria a caminar, a buscar desayuno, a comprar remedios, a ver el inicio del partido (Brasil Vs Holanda).

vi el gol de Brasil, y me imagine a todos celebrando en las calles del país más grande de sudamerica.


1 comentario:
Eso es estar enfermo. Y estar lejos. Pero eso fortalece el espíritu y lo hace a uno grande. Y lo hace a uno menos flojo. Menos mal Medellin, tu ciudad ya la tienes domada.Animo que todos esos remedios sirven! :D
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