lunes, 31 de enero de 2011

Día 11, de 13 días en el Ecuador

"Montañita" es buenísimo para los ojos, y para la circulación sanguínea (de los hombres, quiero decir). No tanto para el bolsillo, porque todo es caro para el turista y el gringo, y como somos tantos te atiende "ahí" masomenos, y te cobran durisímo, porque se supone que tienes.


Es un paraíso para pasear con el amor (ojala algún día regrese con alguien que me quiera por estos lares). O bueno, si eres precioso o galán (ojos azules, barba de unos días, pecho y estomago torneado, o lo contrario: un negro nativo) consigues niñas, seguro.
Uno tan flacuchento, con ojos negros simplemente, con jeta grande, pues, nadie de todas esas preciosas (de todos los países y colores) te hará una pisca de caso.

Estoy esperando turno para el baño, dejaremos el hostal "Surf Travel" para ir a otro lugar, menos caro y con mucha menos gente.
Dicen que en Montañita en 31 ni se puede caminar de la locura tan tesa.


***

Ahora en "Puerto López".
Viaje en un bus "lechero", donde el cholo del bus nos cobro mucho más del pasaje (nos robo de frente), como los taxistas, como los de los otros hostales, como la señora y la niña de los confites.

Otra vez pensé que era un ladrón, pero no lo dije porque no es mi país, y la posición del turista no es la mejor (estas siempre indefenso), entonces no me gusto que la compañera de viaje peliara (otra vez por octava vez), y bueno, estoy un hostal de 10 dolares (era de 8, pero como ya estoy solo, vale más).

Mejor separar los caminos, las energías. Los genios y las búsquedas. Así es más tranquilo. Y más caro, y como veo, siempre que elijo solito, escojo lo pero: la pero tienda, el peor transporte, el peor dormidero.

Pues, si fuera en otro momento, yo era el que peleaba, el de la mala energía, el acelerado, pero como debo aprender a ser otro, no quiero gente que no me quiera a su lado.

Con muchas dudas pague la mitad de un tour a una isla llamada De la Plata. Hay montada en lancha, sanduche, caminada de 4 horas con avistamiento de aves, careteo en los corales, y de regreso en la tarde a Puerto Lopez.
No estoy con mucha plata, y Milton (el que me trajo hasta esta mierda de hotel y me vendió por ahí derecho el tour) no me genera buena espina, pero es mejor arriesgarse, o quedarme asoleando en una playa como un gringo más. Digo yo.

Otra vez, pasaremos el año nuevo solos. Nada raro.

Quiero otro baño. (el cuarto del día), e irme a ver caer el sol detrás del mar.


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Vi caer la tarde, no detrás del mar, sino tras las montañas.

Había un partidito de fútbol en la playa, y lo ví por largo rato, hasta que cayó la noche y camine y camine.

Puerto López (que lo vi por primera vez en una postal que tenia el Hostal de salinas) tiene una playa inmensa, y negocios de licor y música cerca a la playa, y alrededor de estos, muchos hostales/hoteles que ven el mar. No quise preguntar por el precio. Uno, porque no puedo costearlo, y dos por si es más barato que el hostal "Estrella de mar" donde me quedo, me pego un tiro. Los restaurantes que quedan por la calle cercana a la playa son caros porque son a la carta, y en las calles más alejadas, después, muchas cuadras empolvadas y sin luz (pues, para ser un sitio turístico).

Comí a dos dolares en un restaurante de "Menu". Riquísima la sazón ecuatoriana, como siempre.
Visite un "café internet" a ver lo poco que ha llegado al mail. Se compro repelente para la excursión de mañana, una cerveza viendo el mar nocturno, y ahora en el hostal, que queda a una cuadra y media de la playa (en zona oscura y que huele a cañería y a bazuco).

El vecino, el de la habitación de encima, que tiene terraza y tales desde su hamaca pone música buena.

Mientras todo lo anterior, la tarde y la noche, yo pienso que no sé vivir acompañado, ni solo. Que ambas las hago muy mal. Pero a pesar de eso, estoy, soy. Soy irremediable.

Mañana será otro día. Será el ultimo del 2010. Menos mal.

lunes, 24 de enero de 2011

Día 10, de 13 días en el Ecuador

Ahora, despierto. 8am.
Guayaquil con nubes que no dejan ver del todo el color azul.
En la habitación de al lado golpean. Salgo al balcón y la ciudad está casi inmóvil.

No sé para donde quiero ir hoy. Las chicas quieren una cosa, el chico otra.

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Compré dos regalos para mis sobrinos, y un montoncito de libros (viejos, o ya leídos más bien) por 4 dolares y medio.

Y para rematar, almuerzo de 1 dolar 75 (muy bueno), después de haber leído en voz alta en un parque maravilloso (parque Centenario).

Ahora, después de una ducha rápida, nos vamos de nuevo para la terminal aun sin decidir a donde vamos.

No estuvo mal Guayaquil, porque es lindo a pesar de tanto pito, pues tiene niñas más por lo menos lindas a diferencia del resto del Ecuador, y su arquitectura es chévere, y sus parques gigantez, y su brisa refrescante (a veces).

Vamonos!

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En este momento, en "Montañita", paraíso Ecuatoriano del Surf, el sexo y la droga (bueno, la rumba).
Se cogieron 2 buses y más de tres horas y media de camino de Guayas. 5 Dolares y algo más los dos boletos).

Los Hostales en este paraíso oscilan entre los 10, los 50, y hasta los 100 dolares la noche.
Entre más alejado y caluroso y apretado está la "zona rosa" de tu hostal, es más barato y hay cupos disponibles.

Pero si, imagínate la zona pija o play o pelucona de tu ciudad, y así es el town de Montañita.

Mucho bar, mucho hippie (de verdad, rico y sin afán). Mucha belleza (masculina y femenina), mucha. Mucho Show. Muchos dolares. La gente, los turistas, son felices.


Y la gente local, también es feliz.
Todos andan construyendo, pintando, restaurando sus casas y locales, para aprovechar que Montañita es conocido y visitado por todo el mundo.

A menos que pase algo extraordinario, mañana hay que coger para otro lugar, sin duda.
No quiero pasar el fin de año en medio de tanta gente, de tanto extranjero.
Esta bueno conocer, y ver muchas chicas lindas, pero solo una noche y un día.

Me voy a dar un duchazo, y me voy a ver golpear las olas contra la tierra.


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Les escribo después de que un saltamontes (cóctel) se ahogó en el mar.

Una regla juandavidezca es no pagar por entrada, por exclusiva, por glamour, ni mucho menos hacer fila porque chévere que me vean en la fila.

Por eso las chicas, afortunadamente, se quedaron bailando (entraban gratis) y yo ando preparando la dormida.

No sé si les abra. Mi sueño y borrachera es profundo. Por eso dejo la puerta y la ventana abierta.

"Sos oscuro a todas luces" es una frase que se me revienta en la cabeza. Y tengo que entender.
La tomada estuvo muy buena.

domingo, 23 de enero de 2011

Día 9, de 13 días en el Ecuador

Segundo día en Manta.

Desayuno/almuerzo: sopita de pescado.
Playa, agua salá, y pensamientos que no sirven para casi .
Mi espalda está que arde. La marca de la pantaloneta de baño ya está marcada, el bronceado de taxista desaparece de a poco.

Ahora, con una maleta y una bolsa, y los zapatos llenos de arena, toca salir a ver para donde sigue el viaje.

Desde ayer por aquí insisten en Guayaquil. No es que me niegue, es que no quiero hacer un viaje muy largo ya. Estoy algo cansado. Tal vez vote por otro lugar, pero ni idea cual.
Veremos.

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Ecuador es una país lindo, en paz, trabajador y católico, donde escriben frases lindas en las paredes (graffitis) y en sus carros (stickers).

Sé que no es la historia de todos, pero si de algunos. Qué envidia le tengo a esos algunos.

En Guayaquil, después de un viaje largo, donde pusieron dos pelis de amor y de guerra.
No quise venir porque Guayaquil es una ciudad grande, pero el atardecer naranja-purpura está lindo.


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En el Hotel "Mar del Plata".
Dos camas, 25 dolares.
Lo que no me gustó de llegar a guaya, es que el centro (zona de hostales), había fiesta y andaba las calles cerradas, y el trafico estaba mortal. Lo bueno, es que Luis, el taxista, nos hablo todito el camino.

Hay cigarras (cucarachas voladoras) por todo Guayaquil. A mi no me da asco, pero si es incomodo caminar y ver a los enamorados besandosen en el Malecón del río con esos bichos subiendo por sus espaldas excitadas.

Comida China de mar.
Cervezas llenas de preguntas.
Risas en el día de los inocentes.

Eso fue la noche.

jueves, 20 de enero de 2011

Día 8, de 13 días en el Ecuador

Estoy en Crucitas, en la provincia de Manabí.

8 Horas de viaje durmiendo en la banca de atrás. Arropado con slepping bag (en la parte fría) conversando con Selene sobre aprender a estar solo, a vivir soltero, a que el corazón un día, una mañana "como una gota de sudor", se levantara uno y ya, no está ese amor, esa gota.
Ah! y hablamos de los Europeos y los Latinos. De todo un poco.

Fue un viaje por muchos climas y bellos paisajes, hasta llegar a un caserío de pescadores (que eso es Crucitas), donde los Salesianos tienen una gran casa.

Dimos vueltas, nos miramos a ver qué sigue, y decidimos seguir con el grupo hasta "Manta", después de un pescado de desayuno.

Allá veremos qué hacer. Ya tengo pantaloneta puesta, y el vestido de baño por debajo. Frase de todo bañista.
Y los mosquitos me están comiendo (son los únicos que se atreven).

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Con la espalda roja, (solo me eche bloqueador en la cara. Porque el día estaba frío y quería quemarme un poquito).

Estamos (los tres)en un hostal de 5 dolares la noche, y ya que se tiró baño la playa de Manta que huele a pescado, a atún muerto, iremos a conocer la ciudad y mañana partiremos por toda la costa hacía el sur hasta que nos coja el año nuevo. Una chimba!

No hay memoria para guardar las fotos y , por eso seré económico en los recuerdos digitales. Ahí perdonan.


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Ah, y en la playa, camine por la orilla, y patié el agua, y pensé en mí.
Eso era lo único que tengo para escribir.
Que le eche fuerzas muertas a las olas del mar, a ver si se van, a ver!!

Eso era lo único que tenia por escribir.

Atardecer de lo más de lindo en la playa. Tenemos un mini picnic de frutas y cervezas.

Antes del naranja y del picnic, hicimos compras en el "peligroso" centro de la ciudad, donde todo es barato y se parece un tantico al centro de Medellín.

Naranja en el pacifico. Chicos corriendo en playas Ecuatorianas. Pájaros planeando en cielos betiados, y suelos que soportan chanclas de "gringos" y carritos de ventas a punto de irsen.


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Volvimos al "pulguero" llamado "El Ancla" en pleno centro de una ciudad que huele a pescado, que es grandisíma, que tiene mucho comercio, que tiene un shopping (centro comercial), de esos que detesto, pero donde puedes comer "bueno" por 5 dolares (que en colombia solo alcanzaría para una hamburguesa maluca), y por puedes entrar a cine.
Eso hicimos, estar en cine. Vimos "El turista". Sabia que era un película de mierda, pero Johnny Depp es gigantezco en las actuaciones mínimas, entonces me reí un rato, y ahora, casi empelota (el ventilador no alcanza a calmar el sofoco) en la habitación de fondo, escribo mientras las chicas leen "Historia interminable" en la habitación de afuera.

Un dato. Las quemaduras arden, espero que me dejen dormir, y los zancudos también.

martes, 18 de enero de 2011

Día 7, de 13 días en el Ecuador

Después de buscar por todo el pueblo un berriondo CD o DVD, y tocar cada negocio y cada puerta cerrada/abierta y escuchar que no había, me daban a entender que mis 12 gigas de bellezas de Salinas están en un computadores prestado (y nos vamos mañana) y no en mis manos, me pone triste.

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Del bolso de Selene salieron 2 memorias USB, y Daniela sacó otra de 4 gigas, y bueno, parando de tomar videos y fotos tal vez me puedo llevar los archivos.

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Y así más tranquilo me senté en la mesa de Padre Antonio, donde nos acogieron como hermanos, y donde se come de todo.
Los Italianos comen muchísimo, y muy rico. Y hablamos (parlamos) y hablamos, hasta la ultima copita de vino. Qué bueno. Bravo!!!

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Ahora, estoy sentado en una manguita de flores amarillas al lado de una quebrada, y el cielo escupe algunas goticas. Estamos en un cañón, al otro lado del que visitamos ayer, pero igual de bonito. La neblina está en las montañas y el viento nos golpea. Lo único malo de este momento, es que mis únicos zapatos están húmedos porque los metí a una laguna (de tantas que había). Qué idiota! Ahora si oleré a Hippie.

Quedan 724 fotos en la memoria de 2 gigas. Y queda una mañana y una noche en Salinas.

En esas vamos.

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Me entró la nostalgia, y eso a 3550 metros es una mierda.
Y como el viento, está ahí, y a veces deja de soplar fuerte.

No aguanté los zapatos mojados, es imposible seguir caminando así, mucho frío.
En el Hostal, me encuentro un par de canadienses (ya de edad) al pie de la fogata donde pensaba plantarme a secar los zapatos y las medias.
Igual, con mucha pena les puse mis pecuecas al ladito del fuego, y me sentare un rato a leer hasta que el viento triste amainó.

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10.10pm.
Todo cambió. Ahora estoy sentado en un bus, no sé para donde se dirige. Pero esta bueno moverse.
Nos pegamos a un paseo de grupo de voluntarios Salesianos. Perdimos el día de hostal, y ganamos impulso.

Cuando llegue arranco a correr, de eso seguro.

Escrito en Salinas, provincia de Bolívar, Ecuador, Sudamérica.