jueves, 30 de abril de 2009

Hoy, Reinaldo

Subía para la casa. Tarde ya. Como a las 3. Caminar por encima de los locos, pasar por el lado de los que se van a trabar, o cambiarse de acera para no estar en la mira de el par de “cacos” que van a delante de tí, es pan de cada lunes y martes, entre el Parque Explora y el Cementerio de San Pedro.
Pero hoy, antes de llegar al cementerio, me encontré en medio de los locos, a un loco amigo: Reinaldo Piedrahita (El que ayuda a recoger instrumentos en la Retreta del Domingo).

Mientras me saludaba, y me contaba que estaba viviendo por ahí cerca, y me preguntaba que yo qué, me imagine todos los amigos “loquitos” que he conocido en mi vida, gracias a mi papá y mis tíos.

Recuerdo que crecí rodeado de “mandaderos”, que eran los locos del barrio, o del pueblo, quienes nos hacían los mandados malucos: Llevar almuerzo a la plaza, hacer la fila del banco, ir a apagar el ficho al hospital, botar la basura, cargar las cajas pesadas... Todo, a cambio de comida, un tinto, y monedas para los cigarrillitos.
Locos de atar. Locos de nacimiento. Locos de droga. Locos de la vida. De todo tipo se paraban en la puerta de la casa, y decía en su lenguaje: “Que Pillo manda a decir que le manden lo que tiene en la nevera”.

Nunca me importo saber los nombres, nunca supe donde vivían o donde sufrían. Un buenos días, un café, un mandado, dos mandados, el almuerzo, la tarde pegachenta, mi padre les daba plata, y se perdían días enteros.

Algunos locos me vieron crecer. Otros, muchos, yo los vi morir.

Mientras Reinaldo me abrazaba, diciéndome que me cuidara, recordé que a pesar de todo, siempre se me olvido que ellos están mal de la cabeza, y yo sentado en el “quicio” la puerta o sentado en un bulto de arracacha en la Plaza de Mercado, les conté mis historias, y escuche las de ellos, y me entere que eran grandes personas, con almas buenas pero con vidas absurdas.

Hoy, recuerdo que yo tengo un poco de loco. Solo un poco.

martes, 28 de abril de 2009

Hoy, Segundo de Primaria

Subimos, y subimos, y por esta calle, y por aquí, y eso esta muy lomudo! Preguntemos? No mejor sigamos. Hasta que llegamos a la Institución Educativa “Picachito”. Hoy nos tocó grabar a “Segundo E”.

Yo no recuerdo casi nada de cuando yo estaba en Segundito. De ese año me acuerdo menos que de Primero y Tercero, años tan mágicos que ni tengo historias enteras. De segundo solo me acuerdo salir del salón, y ver al otro salón del Segundito enseñado por una “bruja” llamada Gloria “La Chita”, y pensaba que que bueno no estar allí donde lo pellizcaban como castigo a uno.
Mi profesora se llama, creo que aun vive (“la bruja” también), Doña Rocio.

Solo tengo chispasos del olor de la arepa con huevo abierta a las 9am en un pasillo de la escuela Integrada Isabel Solis. Gas! Y del “Minisigui”, y del patio, y de no tener plata para comprar en la tienda, y de la campana, y de nada más.


Hoy, Ir a Cine

Caminando por los desolados (o abandonados?) pasillos del C.C Vizcaya, subiendo por las escalas apagadas, y observados por un guachiman a lo lejos, hoy llegamos al cine.

Desde niño he ido al cine. Fue un vicio que adquirí solo. Me paraba al frente del teatro “Bochica”, y miraba la hora y las peliculotas, y me programaba para pagar los 200 pesos. Me gustaban las de balas y de las de Ninjas.

Nunca alcanzaba la taquilla. El señor le vendía a los ojos luminosos que lo miraban una boleta, y yo esperaba afuera hasta que las cortinas de hierro eran corridas. Me gustaba, y aun tengo ese gustico, entrar a la oscuridad del teatro, buscar el mejor puesto, sentarse y darse cuenta que la silla estaba mala, o que no era la tuya.

Mirar a todos lados, ponerse cómodo, reírse y antojarse con las promociones de los “Próximamente!”. No saber cual es tu peli, porque dan tantas cosas que ya comienzas a incomodarte. Mirar en la oscuridad a todos lados, y ver que todos están en las mismas. Y tan tan, ta tan! Inicia, y respiras, y lees, y te conectas a las cinta y te desconectas de la vida.


Recuerdo que recordaba a mi padre trabajando solito porque su hijo esta sentado en las sillas azules de un teatro. Recuerdo que nunca tenia plata para el “Intermedio”. Recuerdo ir al baño, o subir hasta la sala de proyecciones y mirar por donde pudiera, qué demonios está pasando en ese saloncito donde salia toda la magia. Recuerdo llorar, reírme, sufrir, taparme los ojos, o hasta los oídos, acurrucarme, pararme y gritarle a la pantalla, sentarme y darme cuenta que nunca me iba a parar bolas, y bueno, esperar que llegara el final, que prendieran las luces en medio de los créditos, y que mis ojos volvieran a ver lo que deben ver, y salir, y pensar todo el día en los personajes y en la historia, y creeme Karateca, superheroe, matón, policía, cómico....

El cine para mi es el Teatro Bochica de mi pueblo, donde me vi a Terminator y Robocop, y El Niño de la Mochila Azul, y los Niños Karatecas, y Mártir del Calvario.

domingo, 26 de abril de 2009

Hoy, Balas Perdidas

En un domingo lluvioso en el centro de la ciudad. Mis zapatos estaban mojados por los ríos que pise, y mi garganta caliente por los “pericos” que me tome. 1 Pm, hoy, subí en el ascensor, y entramos por la puerta de cristal que dice “bienvenidos”, y en la mitad de la hermosa vista que tiene el “Canal U”, dos tiros, en diferente día y vidrio, pero igual de perdidos.

Recuerdo las balaceras en el barrio, y nosotros escondidos en la cocina, evitando algún balazo “a la loca”. Recuerdo los huecos en las paredes: Grandes, pequeños, viejos, de anoche, con y sin historias. Recuerdo el ¡Pum! Y como olvidar el ¡Pam!.

Casi nunca me escondí(amos) mucho, siempre me gusto ver quien era el de las balas. Y casi no me importo el hueco en la pared, quería era ver el casquillo. Y bueno, sé que me asusto con la bala, que me pongo blanco, que me cierro los ojos y me aterra oír un ¡pum! o un ¡pam! afuera, porque de pronto pega en mi cuerpo en vez que en el cuerpo de “los muchachos”.
Pero nada, reconozco que me gusta el misterio de la minúscula bala que pega tan duro que puede hacer meros huecos. Puros gustos que uno adquiere en un país en guerra.

sábado, 25 de abril de 2009

Hoy, los Puentes

Mano en el pasamanos. Pie en el aire y comienzan las escaleras. Y uno mira hacia arriba.
Hoy subí las escalas del peatonal que comunica “Suramericana” con Carlos E.


De una pensé que uno como pueblerino monto por primera vez en Puente Peatonal. De la mano de alguien mire los carros que pasaban enloquecidos en ese Medellín del 90´s que me hacia llorar los ojos.

Recordé los puentes colgantes de Betulia, un pueblo donde mi tío trabajaba y yo me pasaba las horas sintiendo el miedito que se siente al pasar por puentes que se mecen. Pasaba una y otra vez.

Saco de mi memoria cualquier puente, de los que tanto he subido, donde uno se encuentra gamines, venteros, locos, amigos, huecos, locos, amigos, la pelada esa, el enemigo que no deberías encontrarte, la profe..

Recuerdo escupir hacia abajo, y no mirar a quien le cayo.
Recuerdo el puente con rejas de la pelicula “Gummo”
Recuerdo el puente amarillo de Bolombolo.

viernes, 24 de abril de 2009

Hoy, la preocupación

“¿-Quién de ustedes dos lee más?” Nos pregunto un señor en hoy en el Parque de la Luz, en una tarde de “Días del Libro”. Yo le dije que ella, y seguí con mi cámara apuntando hacia la conferencia. Cuando volví a voltie, ya tenían en las manos un papelito con una frase que me recordó una de mis características.

Yo me he preocupado por todo desde siempre. He pensado el por qué de cada cosa. No recuerdo por qué, pero me he preocupado por saber el origen, la razón, los resultados de las cosas de la vida.

Recuerdo que siempre me preocupo no ir a la escuela, o al colegio, o al trabajo, o la casa.

Recuerdo que siempre me preocupe por el trabajo de mi papá. Y por los pobres. Y por el mundo. Y por las guerras. Y por la paz. Y por Dios. Y por mí.

Marica! Siempre he corrido, o he empuñado las manos, o cerré los ojos, o respire profundo y sentí algo adentro que me empujaba a pensar la solución de los problemas.

Mierda! Cada cosa para mi es reimportante, o así no lo sea, me lo tome así.

Recuerdo luchar cosas inútiles. Recuerdo rogar a Dios, a lo que fuera, que no pasará nada.

Creo que desde cuando nací me he tomado en serio cada segundo, cada persona, cada lugar. Eso quiere decir que soy un chico responsable, pero también apasionado.

¿Mamerto? No tengo ni idea que significa eso, no he luchado ni me he preocupado por esa causa. Solo he vivido hasta hoy, con la ayuda de las ganas, la diversión, y el dolor.

jueves, 23 de abril de 2009

Medellín en el Día sin carro



Sin más ambiciones que ser un ciudadano, disfrute del sonido de los pajaritos, del aire más transparente que de costumbre, en una ciudad que parecía Lunes de fiesta o Miércoles Santo, y unos transeúntes menos “acosados”.

Me gusto mucho la ciudad en el día sin carro. Que se repita.

Hoy, El Poli

Desde que iba en el metro pensaba tomarle la foto a mi Universidad. Las mismas estaciones que recorrí, el mismo sentimiento de desazón y no se qué. Desde el peatonal le tome la foto, para tratar de cogerle el nombre viejo que esta sobre el tejado.


Hoy baje las escalas, como muchas veces, y mire hacia la entrada. Saque mi cámara, pensé que si el “cela” me dice algo era normal, es el Politécnico.


Recuerdo que una vez entre por un formulario, y que marque Gabriel García Marquéz a la pregunta: ¿Novel Colombiano?. Luego supe que pase, y que le conté a Aleida que había pasado, y ella se alegro, y yo le dije que no se alegrara mucho, que si teníamos 800mil podíamos estudiar, de resto no. Recuerdo pagar ese billetal en un banco que tenia pocas sucursales, y recuerdo estar en admisiones, el peor lugar del mundo en cualquier universidad, pero en el Poli era el tope.

Recuerdo que disfrute entrar a la U. Recuerdo esperar cámara, luces, acciones por todos lados, pero nada, solo habían salones y tableros. Recuerdo estar deprimido, y entrar a un sitio donde todo era apariencias, donde en las escalas habían 10 personas que querían ser presentadores y bueno, pero donde está la escuela de TV?

Recuerdo que nunca obtuve respuesta, recuerdo que espere mucho de un Tecnológico, y olvido que a mi me toco tiempos de movidas políticas. Estudiar con la cabeza agachada, y con el cerebro a mil, en una facultad que no te daba nada bien, solo te provocaba.

Yo huí, estudie, improvise, me arriesgue, me importo un comino, me sorprendí, aporte, luche, pelie, sonreí, callé, grite, reclamé, celebré.... Tantas cosas me recuerda una institución que me dio el titulo que me ayuda a completar los papeles de los contratos laborales, y que me mostró como se “hacia” la TV, y bueno, me dio la oportunidad de conocer amigos.

Quiero recordar que más vale un amigo, que una buena Universidad.

Hoy, Aguacates

Salí en una mañana a cualquiera buscar desayuno. Salí a la tienda, y me encontré un señor gritando “Aguacates!” en la calle. Le grite: “Aguacates! Y volteo y me miro. Yo le hice señas, que uno, que uno. Y en par de segundos ya estamos escogiendo dos de mil. Y mientras me trataba de engañar, diciéndome que no estaban bueno, recordé a mi familia.

Recuerdo los aguacates metidos en el escaparate, debajo de las cobijas, envueltos en “Colombiano”. Recuerdo los costales de “tres rayas” que llenaban la casa, las habitaciones, los “escondederos”, el rincón del perro. Aguacates de 200, de 100, de 500 los buenos, estaban por todos los lados, sacados y contados en susurros entre mi padre y mis tíos, y vendidos en las calles del Pueblo. El aguacate fue uno de los “rebusques” de mi familia. El aguacate fue el mejor desayuno comido desde niño en mi casa.


“De mantequilla, juan, pura mantequilla” me decía mi padre al cortarme el mejor aguacate con su machete, para que comiéramos con una arepa comprada en el restaurante del frente.

De esos tiempos hasta hoy, aun salgo a la calle, a ver qué “calidad” de aguacates lleva el señor que grita.

miércoles, 22 de abril de 2009

Hoy, La Librería

Caminar en el centro es respirar junto con 100 mil personas.
Hoy, mientras hacia mala cara por la luz del sol que rebota en el piso y llega a mis ojos, teniamos ganas de leer, de ver libros. Como “Los Dias del Libro” no eran hoy, entonces nos toco ir a nuestra librería de confianza: "La Científica"


Las librería me recuerdan las biblioteca. O viceversa. Siempre me abruma ver tantos libros, tantos títulos con nombres de escritores que no conozco. La verdad, nunca miro nada, mis ojos buscan no sé que y a veces se encuentra lo que no se les a perdido.
Nombres, libros gordos y flacos, Literatura Universal, Colombiana, Para Niños, Los BestSeller...

No Recuerdo el primer libro que me regalaron. Ni el primer libro que me leí. Pero si recuerdo los únicos libros que he comprado en un almacén de libros. Recuerdo que mis librería son el piso de la calle donde compro tranquilamente el titulo que no estaba buscando. Recuerdo entrar a “La Bastilla” a buscar NADA, y lo más impresionante, lo encontraba. Siempre leía un lomo, o una contra caratula, o cualquier pagina abierta al azar que me daba fuerzas para seguir en la búsquedas de palabras dichas por hombres de todos lados y de todos los tiempos.

Visitar un librería, una venta de segundazos, una feria, o una biblioteca,
es un ejercicio de provocación a tus ganas de aprender, de soñar, de imaginar que nuestras preguntas están resultas en alguna pagina de algun libro.
Lo difícil y fantástico es sospechar cual, ¡¿cual?!

lunes, 20 de abril de 2009

¿Qué paso con el Flashmob/Happening “de Gala”?

El Sábado 18 de Abril en el Jardín Botánico estábamos cumpliditos mirando para todos los lados, como cuando se buscando gente que no conoces y que viene elegantemente vestidos.

Solo veíamos familias, novias, Quinceañeras.

Aquí esta el video,



Y no solo era un Flash, y como vieron, tampoco fuimos una masa.
Para mi fue un acto desde tomar la decisión de apoyar y publicitar dizque un Flashmob, rayita, Happening, hasta entregar el vestido, cosa que aun no hago.

Primero fue ir a buscar en las tiendas de alquiler de vestidos. La idea era un traje para mi, y un lindo vestido para Ana María. Camino Real, nada. Al frente, había varios almacenes, y al primero que vimos, entramos.
La moda que se usa, o que recomiendan las señoras de los alquiladeros donde seguro todos caemos alguna vez en la vida, es horrible. De veras.
Yo me acomode algo. Ana no vio nada.

Decidimos ir a otros. Andamos el centro para que en todos lados nos preguntaran si nos ibamos a casa¿?.
Subimos hasta "El Palo". Una decepción, como esperábamos, mala atención. Vestirse de Gala es difícil, costoso, e incomodo.

Seguimos andando. Bajamos lejos, a San Juan. Había una construcción en el lugar de la imagen de un alquiladero que tenia en mi memoria. Otra vez hasta “al frente” de Camino Real.

Corriendo logramos que la señora me dejara probarme el traje completo.

Muchas sonrisas, muchas cosas se me pasan por la cabeza mientras me veo disfrazado de elegancia.
Pagamos, un papelito, y al otro día había que reclamar el traje. Ana encargadisima, y embaladisima con su traje, que aun no había encontrado.

Ya el sábado, con una adrenalina rara, sin poder twitear porque estaba trabajando y muy lejos de la red, llegue al Jardín con el equipo de Canal Une. Linea Tierra, nos iba a acompañar en nuestra locura.

Y bueno, ponerme “titino”. Eso fue un buen ejercicio de vida, de diversión.

Y ya estar allí, acompañado de nuevos amigos: Amigos invisibles., e intocables, estaban junto a mi, frente a muchas cámara que nos estaba eternizando mientras sonreíamos. Cada uno tiene su explicación de por que fue. Cada cual tiene sus teoría de ser tuitero o bloguero, o adicto, o productor de contenido, o friki, o artista, persona normalita...

El video que esta arriba y los que se hicieron en vivo, y las fotos que van apareciendo en el grupo de Flashmob Medellín, fueron tantas cámaras que no sabíamos a donde mirar, demuestran que el Flashmob de Gala fue un éxito, y que seguro vendrán muchos más.

Hoy, Aprender a Bailar

Hoy subiendo para la casa, en las escalitas que comunican con la iglesia de Manrique, vi el letrero ya clásico de la Academia de baile “Rumba”. Saque mi cámara, encuadre, y dispare para recordar.


Pensé que ya los habían demandado por contaminación visual, y pensé que yo aun no se bailar. Y pensé que desde niño me asomaba por las ventanas, o en por medio de la multitud, a ver los grupos de baile.

Desde bebé me rehusé, estoy seguro, a que me “jonjoliaran”. Creo que bailar para mi siempre estuvo entre la pena y el ridículo. Nunca salí al frente. No le pare bolas a mi madre y primas cuando me decían que me enseñaban a bailar, creí que para un niño de 7 años no era importante bailar, solo jugar.
Entonces, me dedique a ver bailar. Solo una vez me puse ropa campesina y baile yo no se que, y hasta ahí.
Por las ventanas, por las puertas, desde las gradas, desde la esquina, pasando la calle, siempre me detuve a ver bailar en las academias. Mientras sonreía con sus bailes, siempre pensé entrar y preguntar, y sacar dias a la semana para aprender el maldito baile que atraía tanto a las mujeres.

Pero nada, me acostumbre a no estar en las fiestas. Me gustaron, y me sentí más cómodo en los “pogos”. Porque no tiene reglas, porque uno se puede salir sin avisar, y descansar, y regresar, y enloquecer. Y la salsa también tiene esa lógica, y es la única que me saca algunos pasos.

Nunca, si la memoria no me falla, marca siquiera un numero de “Rumba”.

domingo, 19 de abril de 2009

Hoy, "el pateo"

Los golpes que sonaban eran contra mi puerta. Afuera se escuchaba la algarabía, los gritos, las puteadas, y otra vez el balón golpear la puerta, pero esta vez la del vecino de al lado. Hoy era domingo de futbolito, hoy es el día y la hora precisa para ver dos minutos por la ventana cómo va el “Pateo” de los “Patos” de Villa Hermosa.

Mientras veía a los muchachos jugar, pensé en los miles de partidos que me jugué.
Juegue futbol desde antes de tener uso de razón. Jugaba con mi hermano en el pasillo de la casa y nuestros arcos eran los umbrales de las puertas. Juegue con los pies descalzos en la calles de “San Judas” que estaban mal adoquinadas. Me revente los dedos de los pies contra el cemento, contra las patas de la cama. Metí golazos que definieron partidos. Peleé con los amigos por un gol, o por un partido. Fui capaz de jugar 4 a 5 cotejos seguiditos.

También recuerdo como los carros nos pisaban el balón de 200pesos. Vi como la policía nos capturaba la segunda pelota de la noche. También recuerdo a las doñas mala clases (había muchas) que nos echaban la policía y nos cortaban el balón con cuchillos. Me veo mirar para arriba, esperando que la pelota bajara mágicamente por el techo a la que recién el más “vaca” la había tirado: -“que no se quedara atrancada por dios!!”.

Nuestros arcos fueron dos piedras, un par de línea marcadas en el suelo con pedazos de teja o ladrillo, o de “la acera hasta la camiseta”.
Nuestro balón fue de plástico, de cáscaras, marca Golty, marca “robo”, hasta jugamos con balones rotos pero llenos de tela por dentro. Jugamos hasta con piedras.

Nuestros uniformes fueron: Con Camisa o Sin Camisa.
Y nuestra cancha: La calle, la manga, la subidita, cualquier muro.
La verdad, Jugábamos en cualquier morro.

sábado, 18 de abril de 2009

Hoy, bien vestido

Como nunca antes en la vida, hoy sin muchas quejas, yo mismito me puse un “traje elegante”
Estaba en un estuche para trajes.


Como un disfraz, me fui sorprendiendo con una incomodidad que te hace sentir grande, fuerte, serio, capaz, con mucho futuro. Y todo esto, para cumplir la cita del "Flashmob/Happening de Gala".


Recuerdo que nunca me gusto “estrenar”. Recuerdo que siempre me gusto no estar a la moda. Seguro discutí muchas veces porque me peinaban clásico, o me metían la camisa por dentro. Siempre me mantuve desarreglado. Siempre mi estilo fue sport.

Guardaba la ropa “bonita”, para las ocasiones importantes que nunca llegaban y me tocaba ponerme la “pinta” cualquier miércoles.
Los trajes, los quince, las fotos sonriendo y felizmente postizos siempre las mire, con una sonrisa en la boca, y desde la lejania.


Recuerdo que a la fiesta de grados del colegio me puse bonito, a mi modo. Recuerdo que en la graduación de la U yo, y de pronto algún radical más, eramos los únicos que estábamos de ropa norma, el resto estaban preciosos con sus trajes.

Y apesar de hoy. O no, con lo de hoy, mi premisa de que la ropa elegante de hace ve disfrazado. La mejor "muda de ropa" es la que te hace estar cómodo, la que te deja vivir en paz.

Hoy, Tomate y Sal

Eran las 11am y tenia hambre. Hoy por hoy, hay que decirlo, necesito doble desayuno. Y en la tarde lo mismo. Como cualquier cosa, en general basura. Es dexir, mecato, sopitas, cosas livianas que no me caen mal al estomago, pero tampoco me llenan mucho. Fui a la cocina, y escogí el tomate más rojito, y volqué la sal en un tapa blanca.

Los tomates me recuerdan toda mi vida. Recuerdo sacarlos de las cajas de tomate, uno por uno, y limpiarlos con un trapo que olía a jugo de viejo, hasta que quedaran relucientes, luego los poníamos en la “mesa de trabajo”. Me fascinaba tirar los tomates, y hacer un arrume, y poner los buenos en el fondo, y los malitos (“la guachaca”) por encima. Me gustaba empacarlos en paquetes de 1 libra, para que mi hermanito los fuera a vender en la calle. Me gustaba el orden de los tomates en la bolsa, es todo un arte que la cara buena de cada fruto quedara contra la bolsa, y lo malo hacia dentro.

El tomate me recuerda los domingos, las mañanas, los olores, a mi papá, a mis tíos, a mi infancia, al trabajo, al campesino, las “chivas”, las manos negras, el hogao, los limosneros, la sal.

La sal me recuerda la carne que va pa´lejos. Me recuerda los carniceros. Las brujas. La arepa con mantequilla. Los mangos. El tomate.
Me gustaba coger un trozo grande sal de carnicería, y me lo metía a la boca, y caminaba hasta el puetecito de legumbres de mi papá, y con la boca apunto de reventar por tanta saliva salada, cogía un tomate, el más grande, y me lo comía, y me chorriaba, y me chupaba ese liquido lleno de pepas que se juntaba con la sal, y que era un sabor tan rico, que me dolían hasta las amígdalas.

jueves, 16 de abril de 2009

Hoy, Las Cuotas

Hoy tocaron la puerta. Sabia quien era, entonces pensé que no tenia un peso, o tenia poquito.
Abrí la puerta, y le dije que esperara. Fui a la habitación y encontré solo un billete de 10mil. Eso le di al “Cotero” que me vendió dos “Puff” que aun no usamos.

Recuerdo que los que vendían por cuotas pasaban por las calles con sus aparatos y cositas para la casa, y antojaban a nuestras madres de cuanta novedad. Recuerdo que sacarle algo a “los Coteros” es la única forma que tu papá era capaz de adquirir cualquier cosa para el “rancho”. Recuerdo que todas las casa tenían las mismas cosas, porque le compraban al mismo “Cotero” . Recuerdo que siempre estábamos colgados para las (en plural) cuotas “de esta semana”. Recuerdo que mi madre fue muy buena paga. Recuerdo que mi padre es muy mala paga.

En mi mente están frase como: “Buenas, vengo por la cuota”
“La otra semana”. “Solo tengo 2 mil”. “Venga mañana”. “Dígale que no estoy”.

Recuerdo que mi prima estaba casada con un man que se ganaba la vida vendiendo a Cuotas. Recuerdo que con tres cuotas que uno pague, el articulo ya esta “libreado”, lo demás es pura usura.
Tengo claro no tener deudas, ni prestamos, ni cuotas que pagar. Pero también recuerdo que nunca me ha importado tener nada, pero que a veces es bueno como ejercicio para conseguir metas, logros, sueños y gusticos.

Invitación al "Flashmob/Happening de Gala"

La iniciativa de otro Flashmob en la ciudad de Medellín está tomando vuelo, forma, fecha e intenciones.

Para eso escribo este post. Para el que quiera apuntarse a un Flashmob este sábado 15 de abril a las 3pm en el Jardín Botánico.

Puede ser un Flashmob, o un Happening, o lo que sea que quieras interpretar de una reunión “espontanea” que se hace alrededor de un lago en la mitad de la ciudad de Medellín.

La idea es ir bien lindo, “Titino” que llaman. O si quieres sacar todo el buen gusto que teníamos en la niñez, váyase bien “Pispo”, con Gafas y de Blanco y mascando chicle. Y bueno, juntarnos allí, ojalá con las quiceañeras que estén por ahí, y tomarnos fotos bien lindas para tener en nuestros álbumes que cuentan nuestra historia.

Y estaremos en streaming en vivo, esperemos. Y habrá video luego en Youtube. Y estará la Televisión (#LineaTierra = Une TV). Y se hablara del evento en todas partes del desconocido mundo del Twitter, de la blogocosa, del Facebook.

Y luego nos iremos muy tranquilamente para nuestras casa o lugares conocidos, después de posar y de reír, de estar dizque “lindos”, de estar felices otra vez como cuando teníamos 15 añitos. Y si sus quince fueron terroríficos, venga, aproveche este momento para que se tome la foto que no pudo, para que este en una fiesta con gente que es igual, o más de rara que vos.

Quedan todos cordialmente invitados.

Flashmob Medellín (Flickr)




PD. Aun no sé como vestirme. Pero en la tardecita, o mañana saco el tiempo para buscar “la pinta” :D

miércoles, 15 de abril de 2009

Hoy, Los Chorros

Hoy en la mañana, cuando cruce “Carabobo” pensé que quería pasar por la ducha de niebla que tiene el Parque Explora. Y lo hice, y no me refresque, pero vi a un señor jugando con los chorros, riéndose del automatismo, loco de ser tan niño.

Recuerdo que me gusta que el baño tenga un chorro potente, y no regadera y esas cosas. Recuerdo que me gustaba mojarme en los Chorros que caían a la calle cuando llovía. No olvido las divertidas jugarretas con los chorros de las mangueras cuando nos dejaban bañar en el patio en pantaloncillos.
Todavía veo los arcoiris que veía cuando miraba para arriba de los chorros y cascadas. Recuerdo la frescura de tomar agua en un chorrito que bajaba por la montaña.

Hoy, La Virgen

Caminando en bajada, ahí después de la una calle que es muy transitada, en la segunda casa después de la esquina, en la ventana, vi un sticker de la Virgen.

Me recordó a mi abuelita Virgelina. A la Rosa Mistica. Al grupo de oración. A escapulario, a corazón adolorido, a lagrima de sangre, a hijos que se persignan, a amor de madre, a las madres.
Recordé que siempre he pensado que hasta en la religión a las mujeres les toco lo peorcito: Sufrir.

Me acorde una niña que vivia “por la tercera”, y que era sobrina de “Liborino”, y que se llamaba Yuliet (o algoa asi), y que se desmayaba porque la virgen la poseía. Recuerdo verla desmayarse una y otra vez, hasta pillarmele el truco.
Recuerdo ver muchos documentales de vírgenes que se aparecen. Recuerdo mirar a todas las vírgenes con mucho respeto. Recuerde no entender por qué los Cristianos no quería a la Virgen si era lo mejor que tenia el cristianismo.

Recordé que fui muy creyente, y que muchas veces canté esperando que fuese cierto: “Es María la blanca Paloma, que ha venido a América a traernos la paz...”

lunes, 13 de abril de 2009

Hoy, el tablero con las vocales

Caminando para la casa, subiendo casi rosando las paredes de la acerá que tenia algo de sombra.
Hoy a la una PM, subiendo por “Lovaina”, vi en un arrume de basura afuera de una casa azul, un tablero que me recordó las vocales.

Recuerdo a Luz Mirey a mi lado, calmándome, acariciándome, como tratando de encender con amor, el cerebro de un niño de seis años que cuando su mamá le señalaba con una regla la letra E en el tablero, él decía: ¡I! Y pam! Aleida me pegaba un reglaso. Y Luz me calmaba, y me decía, me “soplaba”: La E, y yo por alguna bendita razón decía otra cosa. Solo me sabia la A y la U. El resto las confundía. Pensé pescozón tras pescozón, que era un bruto.

El “tac, tac”, de mi mamá escribiendo, y del mio reescribiendo letras y rayas, me recuerdan las benditas vocales que tenia el tablero de madera que estaba en la casa “del bajo” cuando yo estaba en primerito en la Escuela Integrada Isabel Solis.

domingo, 12 de abril de 2009

Hoy, La "Solterita"

Una campanita sonaba afuera, en la calle. El que la sonaba llevaba prisa, y yo por supuesto, tenia hambre y prisa de saborear una rica “Solterita”, y le grite: “¡Ey, solteritas, ey, aquí!”

Hoy recordé que no recuerdo la primera vez que me comí una “Solterita”. Pero si recuerdo que desde niño, desde “pirringo” he comido esa crema dulce y de colores que se pone en una galleta crujiente.

He salido de misa y he comido. He salido de la escuela y he contado mis monedas y me las gaste todas en puras “Solteritas” dobles. A travesé calles para pedir una con bastante crema. Busque de casa en casa, de donde venia el olor, y me encontré fabricas donde me han dicho los ingredientes. He frenado en seco, y atravesé avenidas para comprar las “Solteritas” más radioactivas que me he comido en mi vida.

Ahora, he vuelto a buscar salidas del colegio, o parques en la hora de misa, para saborear o hacer cara de “maluco” con las cremas y galletas dulces, o secas, o amargas, o crudas, o frías, o raras.

Hoy, viajar en Bus en la silla 29.

Hoy, a la 1pm, bus de Bolivariano, sillas 29 y 30.

De últimos, y junto al baño. Cada vez que abrían la puerta, o cuando la niña morenita se estaba vomitando afuera, en el pasillo, atracito de Ana Maria, me traía recuerdos.


Recuerdo los buses “chocuanos” y su olor a baño vomitado y gente sin bañarse.
Recuerdo los buses “Carmeleños” que de vez en cuando podias estar viendo un paisaje montañoso con muchos verdes, y de pronto la ventana se llenaba de pedazos de comida liquida.

Aprendí a bajar la cabeza, a cerrar los ojos, a no mirar el paisaje, a no respirar.

Aprendí a dormirme para no marearme con los olores que venían de todas partes, de todas la sillas. Aprendí a no oír el sonido de las arcadas de los pasajeros del “Rápido Ochoa”, “La Surandina”, “Los Taxis”, “Las buseticas”, “Las chivas”.

Siempre fui capaz de no vomitar. Era por dignidad, y por aseo, y por que aprendí a no hacerlo.
Pero, hace poco, me tome una “Perico” y me hizo vomitar en una bolsa plástica. Pase desapercibido porque habíamos muchos vomitando mientras el paisaje.

Prometo no tomar leche revuelta con café al momento de viajar en bus.

El mejor método para no dañarle el viaje al los que viajan en la silla 29 y 30 de un bus “Bolivariano”, es mirar el paisaje de vez en cuando, y cerrar los ojos, y dormir, y moverse sin dar un paso.


martes, 7 de abril de 2009

Hoy, Radioactiva

Hoy, después de la grabación miramos hacia el tercer piso. ¿Subimos? Sisas, subamos.
"-Esta es Radioactiva parce".

Recuerdo escuchar anécdotas de los amigos que escuchaban Radioactiva, dizque el planeta rock. Recuerdo que ellos vivían en Medellín, y yo en un hueco a 150 kilómetros de Medellín. Tal vez en esos días investigue el Fm y el Am, y me di cuenta que nunca iba a escuchar el rock de moda, ni los programas irreverentes. Y recuerdo que esas dos vainas para mi, a los 14, o 15, o que se yo, hasta los 16, eran demasiado importante.

Radioactiva para mi es el Centro de Salud de San Gregorio, un corregimiento de mi pueblo, donde mi mamá trabajaba como enfermera 8 días cada 15 días, y los “Paras” estaban de vez en cuando, y la señal de Radioactiva estaba siempre.

Recuerdo escuchar “El Gallo” como si fuese un secreto que yo iba a llevar a mi pueblo. Intentaba aprenderme los títulos de las canciones, pero yo para eso si que soy malo, y más si son en inglés. Radioactiva fue el hermano mayor que necesite para ser mechudo y querer ser rockero.

Radioactiva para mi es 6 o 7 casetos que grabé, y que les puse como nombre: “Varios”.

Radioactiva son las mañanas a carcajadas de mis años de habitante de ciudad, de universitario, de joven trabajador. Radioactiva para mi es Zape pelele. Radioactiva es el Rockandgol. Radioactiva también son los putos españoles que cerraron la emisora. Radioactiva ahora es Santiago Rendón y de nuevo “El Gallo” (Bogotano) en las mañanas de mis días sin Julito.


Y es y sigue siendo el rock de moda que nunca me aprendo los nombres y que me gusta tanto, y las mañanas de carcajadas que ya casi no tengo porque ya no soy el de antes.

lunes, 6 de abril de 2009

Hoy, Los Circos

En un tarde bonita, subí hasta el parque de Villa Hermosa de la mano de una bonita chica.
Vimos un corrillo, cogimos lugar,y vimos el show de lo que es “el circo más pequeño del mundo”.

A mi los circos me recuerdan los “¡¡Wowww!!”, Los payasos, los magos, las chicas elásticas, las manzanas dulces, las boletas a medio precio, las tablas de las tribunas traquear, las buenas noches señoras y señores.

Yo siempre he visto circos malos, pobres, pequeños. Desde que nos llevaron a la escuelita un payaso que alzo a un amiguito de preescolar que estaba sentado en una silla, hasta el de hoy, pasando por los circos de pueblo que mis padres me llevaron a ver siempre en sus últimos días, y claro, en los que trabajé vendiendo cositas del circo y no dejando entrar a la gente por ningún lado.

Solo recuerdos dos grandes circos. El primero, que nos llevó un tío, al de las Tortugas Ninjas. Los disfraces de las tortugas eran horribles. Y el otro, dizque “American Circus”, que tenia el Globo de La Muerte (las motos que dan vueltas metidas en una bola). Por lo menos estos dos tenían carpas grandes y aseadas, y los animales estaban aliviados, y las palomitas eran cara y buenas.

De resto, he pagado boletas de 200, de 500, máximo de 1500, para entrar a reírme con los mismos chiste de los payasos: “Hoy vengo a declamar una poesía...”, y ese mismo payaso era el Hipnotizador y mentalista, y también maestro de ceremonia. Y bueno, su hija era “Yenny, la chica elástica”, y la que vende las manzanas , y la que asistente al mago. Y el mago era el otro payaso, y el equilibrista, y el que vende las boletas. Y la carpa cuando llovía parecía un colador...

Circos pequeños son los que me gustan, están a la altura de mis sonrisas y de mi bolsillo. Siempre termino aplaudiéndolos con toda el alma, se lo merecen.