Mientras veía la ciudad desde arriba pensaba en el viento. En el miedo de caerme. Pensaba en abajo. Pensaba en grande.
La ciudad me sorprende. Por grande, por absurda ¿Cuánta gente? Desde la mirada de transeúnte no se alcanza a entender lo grande que es la ciudad. Hay demasiada presión.
Cuando el zoom entra en acción, alcanzo a ver las ventanitas. Colores, cortinas, matas, ventanas desnudas, letrero de se vende o se arrienda, una niña que se viste, un ave que se posa o que pasa, un gato que me mira y que camina por el borde que para mi ojo-cámara es irreal.
No se ve gran cosa, pero se imagina mucho. Son líneas. Son borrones. Somos montones de cosas amontonadas.
Eso es la ciudad. Un desorden colectivo amontonado.
1 comentario:
desde donde estabas mirando que todo era tan pequeño y hermoso. no se pero igual mis ojos no hubieran alcanzado tanto.
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