Hace unos días, no muchos, puede ser antier o el sábado, o quien sabe? tal vez es desde la semana pasada, en fin, la vaina es que ya no recuerdo, ya no grabo casi nada en mi memoria porque siempre está borracha, ya no entiende, ya no escucha.
Claro, uno al verse así se pregunta:
¿es hora de cambiar del todo?
o mejor
¿le saco vacaciones de mitad de año a ésta personalidad que me acompaña hasta el día de hoy?
Es que pienso y siento que ya laboralmente termine un ciclo. Un mini ciclo. Yo se que todo lo mio es mental, pero que fuerte es todo en medio de años trágicos y mágicos, en meses de convulsiones y triunfos, en días realmente raros-extraños-y sin nombre.
Mi trabajo es lo que me sostiene, es el que me da unas horas para la agenda, muchas responsabilidades, aprendizajes, y claro, dinero (lo justo, pero da).
Entonces, logrando quedar vivo de este ultimo ciclo que fue puro Word, proyectos fallidos, guiones, mucha casa, harto (jarto) PC, poca acción y bastante interacción, en fin. Un semestre de quietud física y de exigencia mental. Un semestre raro, sin explicaciones, apurado, muy pobre económicamente, pero de una riqueza infinita en las demás cosas.
Acabo de venir del morro (La Asomadera) que queda detrás de mi casa. Llegue todo empantanado y sudado de grabar a los vecinitos, y mientras el corazón se estaba tranquilizando pensaba que ya es hora de divertirme más, de dejar tantas excusas para tantas cosas, de levantarme sin tiempos (sin limites), de vivir los días sin el afán de tener afán sino con la fuerza de hacer las cosas bien, de soñar con el amparo de la fe que todo va bien (y sin el miedo constante de fallar). En ultimas, sin tener una fecha ni un horario para el corazón y la razón, solo vivir, y para eso se tiene toda una puta vida...
¿Y si me equivoco? Pues nada, eso es normal en la selección natural de nuestra raza.
Nos trasladamos
Hace 12 años
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