domingo, 31 de enero de 2010

A propósito de fuentes e informantes

Estoy leyendo los textos para las clases de mañana, y en uno de ellos, De Gwyn Prins (Formas de Hacer Historia) en Capitulo "Historia Oral", encontré un parrafito que nos puede ayudar a seguir la discusión de 100 mil pesos a estudiante que se convierta en informante de la fuerza pública.

Dice Prins, que Slim y P. Thompson escribieron un libro inspirado en la tradición de la historia oral para dar voz a los sin voz, y también para corregir las investigaciones hechas por hacerlas. Y advertían:
"Hay muchas formas de aprovechar el conocimiento patrimonio de los pobres, de las minorías y de los impotentes" dicen: "El estudiante de antropología (y de todas las ramas sociales y humanas, agrego yo) obtiene un titulo y un prestigio académico; el asesor de desarrollo firma un contrato libre de impuestos; el fotógrafo de prensa se reserva el copyrigth de imágenes humanas exóticas y el ambientalista obtiene un sonido sensacional, pero ¿Qué es de aquellos que comparten sin cobrar sus opiniones y experiencias? ".

Buena pregunta. Y precisamente ayer vi en Telemedellín en coproducción con Teleantioquia (pasión por lo nuestro), "Camino al Barrio", donde tenían "expertos" hablando de la importancia de la colaboración de la gente para construir historia, cultura, etc.
Pero, pero, cada llamada recibida al aire, por gente de los barrios, madres y padres, coincidían en los mismo: "Expondrán a los chicos a un riesgo gigantezco por casi nada", y, "Porque no apoyan otras actividades que ayuden a los jóvenes".

Hay cantidad absurda de columnas acerca del tema. Los blogs y el twitter esta echando fuego por tales medidas. Esta semana seguro hay graffitis.

Y mientras eso, el gobierno implanta medidas para frenar la guerra de "bandas emergentes" en las comunas de Medellín, y la gente aterrada solo atina a quedarse en silencio y esperar el tastaseo, y la Personeria apenas levanta la mano, y muévansen `fierros´ en las esquinas, y pasen `tombos´, y suena que suena el helicóptero.

Con Alcalde intelectuales que toman medidas de guerra, y no escuchan y no entienden a la comunidad, y que la ciudad se le esta saliendo de las manos, yo no quiero ni asomarme a la puerta.
Y grabar videítos, ya no se puede con tanta frescura como antes.

"Estamos en guerra, y usted no se imagine qué es eso. Usted que se va imaginar! Usted está por fuera, sano. En cambio nosotros, que hemos vivido toda la vida por aquí, ya estamos asustados".
Eso me decía un vecino, que normalmente se hace en la esquina, pero ahora estaba en la sala de nuestra casa, para hacer lo mismo, pero sin el `azaris´ de que pase una moto y lo mate.
Porque hay una guerra de bandas. Por territorio. Hay precio por cabeza. Más por los jefes, poquito por los rasos, y un tantico más por policía asesinado. Y cuando alguien le gana la "plaza"al otro, toman el barrio como suyo, y eso incluye mujeres, y los hijos de las señoras de la cuadra (que eran los de la esquina y la bandita), y la plata de los tenderos, y largos y dolorosos (y hasta creativos) etcéteras.

Eso por lo visto nadie le esta poniendo cuidado. La prensa sigue el juego de la fuerza. Los habitantes no armados, impotentes, y silenciosos. Y los armados, están locos (drogados), irracionales, y con dinero y armamento hasta en los dientes.

miércoles, 20 de enero de 2010

"La poesía"

Si no quieres pagar parqueadero (de motos) cuando estás por el centro de Medellín, puedes dejar la moto en el Parque del Periodista. La pones en un bordito de la calle peatonal, y la aseguras, y como aquí creen que poner un CAI resuelve los problemas de orden publico, los tombos le ponen cuidaíto mientras vas y haces la vuelta.

Preciso me estaba quitando los guantes, y un "loco" me dijo: "la poesía". Me toque los bolsillos, no sentí monedas y le dije al "loco", que en verdad es un muchacho de mi edad pero muy sucio y con la mirada embolatada, y vive (y muere) de dar papelitos con frases sacas de agendas.
Fui y le dejé un papel a una joven secretaria que aprendió a sonreír en la puerta de u casa y en el Sena, y me devolví. Sabia que tenia monedas en la billetera, pero si saco la billetera en la calle es romper dos reglas, la de "no ser visajoso" en la calle, y la de dar plata a los locos.

Si le dí monedas. Y el me dio su mensaje fotocopiado de una copia de una idea que salvo otra vida y seguro hizo sonreír a un tipo que no ríe, o a una novia que dice que no le dan regalitos.

martes, 19 de enero de 2010

Videos para la web, diario, siempre

Estoy muy pendiente de cuantos me visitan los videos que hago. Todos los días lo reviso. Incluso, las cifras de los blogs hay meses que ni la leo, pero si me gusta entender qué le gusta a la gente en audiovisual, a qué le esta dando play cuando da play en la internet.

Los números son bajos. Tan bajo, que si hago un poco de esfuerzo, puedo decirlo en inglés. Y yo de ingles me sé los números hasta el 11 (eleven, que me lo aprendí porque suena una chimba al pronunciarse).

Por eso algunas veces saco tiempo para hablarles de mis videos, que están en Youtube, y en mi Vlog, y hasta en Blip.tv. Y saco cada tres meses un manifiesto mejor que el anterior (por visceral)
justificando uso el internet como bacinilla de mis expulsiones más bonita, y más duras.

Ahora leía un articulo que me hizo sonreír, pues, me dijo que vendrán tiempos donde la gente verá otros videos en internet distinto a los cortos, virales, hecho por `cabezas parlantes´ o chicas lindas que cantan o afortunados (ricos) viajeros de paisajes increíbles.
Que será el contenido, el contexto, y la unión de la estética y pensamientos nuevos y más viejitos (los nuestros). Lo que ando diciendo desde hace rato, la mirada superficial combinada con el experto, el aficionado con el profesional, el expresivo y lindo con el feíto y reticente.


No aspiro a subir mis visitas. No son los días ni hago los videos más visto. Pero desde enero 1 del 2010, me pegue a una movida que surgió en el grupo de discusión de Vlogombia, `la comunidad´ de hacedores de video para web, (coma) Colombiana. Y existe, y creemos que vivimos en lugares que están llenos de historias, y de ahí un combo de gente nos metimos en la quijotesca tarea de publicar 1 video diario en internet. O sea, 365 videos total al final del año.

¿Quienes?

Julián Albornoz, Julián Perez (ambos de Cali), Juan Falla (Los Angeles), Erika Pao y Luisa Santiaga (Cartagena), Jorge Montoya (Medellín), Luis Largo (New Jersey), Alejandro Angél, Andrés Arias, y Guillermo Iguaran (los tres de Barranquilla), bueno, y yo, Juan David Escobar (Medallo) que hasta ahora sigo el hilo, y Juan Carlos Pachón (Bogotá) y Ana María Vallejo (Medellín) que están publicando variada vez, y Rodrigo Infante (Atlanta) que lo hace cada viernes, y muchos otros hacedores de videos que hacen una lista más extensa, pero no muy extensa.

Eso, al final del año, cúmplase la meta o no de 1 diario, van a quedar para los usuarios del mundo un montón de video (más de 2 mil debe arrojar).
Alguien me decía por el interno alguna noche que era mucha cantidad, y muy poca calidad y claridad. Y tiene la razón, porque este proyecto debe tener un centro de acopio de toda esta información (#Vlog365), y nombrar bien los videos, y etiquetarlos absolutamente, y claro, en la medida que vamos saliendo de nuestras habitaciones, y llegamos a la sala, a la cocina, a la esquina, a grabar en la cuadra, a conocer el centro de la ciudad, a dialogar con las personas, a eternizar las monotonías, a ser capaz de registrar los absurdos, y tener la maña para las las cosas mágicas, seguro, segurisimo (tengo un palpito) que los videos y los hacedores de los mismos, comenzaran (imposible de todo lo que decimos) a llegarle a ciertos públicos que no han visto videos, pero que sin duda están esperando quién les muestre con imágenes y audio los temas que necesitan para entretenerse, para pensar, para opinar, y para ganar dinero.

Por eso, este año, 2010, es el año del video por internet en español.

Play, y disfrute de nuestra cafetería en los intermedios!

jueves, 14 de enero de 2010

Gol de Palomino

Le grite desde la tribuna, al calidosito de pelo largo, "Metelo olímpico. Olímpico". Otras voces dijeron lo mismo. Es un momento de esos que el jugador va por la pelota que está contra la publicidad puesta en la malla que separa la tribuna de la cancha, y los de sur, los de popular les gritan cosas. Esos momentos te hacen jugador, porque a los 12 años soportar que te griten "nena", o "hacelo olímpico, parcero", o "quiubo, se van a dejar ganar!".

El pelao cogió el balón con ganas, y lo puso en la esquina, y pateo como los mejores.



Olímpico, si señor.

Esta escena me recuerda a mi papá gritando desde la tribuna cosas, y los jugadores peliandole, y los árbitros parando partidos hasta que no saquen "a pillo", e hinchas detenidos por policías, por las bobabas que decía el cucho.

A mi me daba pena estar cerca, pero salí más gritón que él. Fuí barrista furibundo. Fuí jugador que no "comía de nada" cuando me gritaban desde las gradas.

El compañero de al lado, culpable que volviera ver la pony en el 2010 (así sea a ver 1 partido y medio), me contó que un padre, cuando en semifinales (de Bello) su niño metió un gol, era llorando y gritando "mi hijo metió gol".

Por lo menos mi padre gritaban charruras, y no iba animarme y llorar por mis escasas hazañas en los deportes. Unas veces lo culpo de que no me apoyo, otras le agradezco.
Solo una vez me apoyó, y me sorprendió de verdad. Estaba corriendo los 12 kilómetros de la carrera infantil en el calor infernal de Bolombolo. Ya habíamos ido por una carretera linda que se mecía por el vaho de los 35 grados en bicicletas de "Cross" que iban soltando caucho en el pavimento, y cuando faltaba los 500 metros finales, en plena zona urbana de ese caserío famoso, mi papá salio entre la multitud y comenzó a gritar: "A fondo, a fondo, a fondo!!" Mi papá estaba feliz pero serio, y me estaba animando. Llegue entre los 5 primeros. Algún día conté que me dio un tinto después de felicitarme.

Ese día lejano, fue como si hubiera metido gol y mi papá hubiese llorado.

miércoles, 13 de enero de 2010

El oficio del Politólogo

Las primeras entradas del 2010 en este blog, son anuncios de lo que viene, de las promesas hechas, de las misiones que tendré que superar.

La próxima semana vuelven las clases, y al mismo tiempo, todo el trabajo y las necesidades.
por eso hay que sacar tiempo para las tareas, y aprovechar esas tareas para entender por qué se están haciendo las vainas.

Este es un texto para la clase de las 6 de la mañana, y para el Juan David del futuro.

¿El oficio del Politólogo?

Una pregunta que se ha repetido en cada salón que recibo clase, y en cada pasillo donde se llevan conversaciones amistosas (o ruidosas).
Cada vez que la miró, e inicio a responderla, entiendo la importancia, pero también entiendo que sirve como ejercicio personal para preguntarse sobre las fuerzas de las ideas y acciones propias, más que cómo tarea de clase de las 6 de la mañana.

Y como soy más artista que un intelectual, las citas (quotes) e ideas que siguen en este texto, serán las de un joven (aun) que quiere ser un artista en lo político, que se quiere divertir con lo que nos a condenado, que quiere ser experto en materias que no se pueden predecir.

Porque en “las contradicciones que dominan nuestra vida social, hacen de la misión de la inteligencia social, un azar, donde se depende más de las circunstancias o de los contextos sociales en que se mueve”. El profesor Rafael Rubiano menciona en el texto “Responsabilidad y Estudio” conceptos altos, como “ética civil” y también la “responsabilidad social” para lograr una transformación en el qué hacer intelectual (y científico), en tiempos modernos llenos de “prudencias”, “autocensuras”, bloqueos mentales, humanistas sin humanidad, pensadores sociales que hace todo por internet., intelectuales que creen que sus teorías cambian el mundo después del cóctel de su libro.

Como productor de televisión, un técnico de uno de los oficio patrocinadores de la comodidad y el `noimportismo´ de nuestras generaciones, pienso que meterme en el oficio de la politologia, es para una formación interior, para adquirir conciencia de mis cosas y mi mundo social que hasta hoy ha estado dominado por unos conceptos y unos saberes que, supongo, que si adquiero y tomo todo el conocimiento que me alcance de aquí hasta mi fin de mis días, puedo ayudar a determinar la vida publica, las normas y el destino del hombre, desde mis tecnicismos y búsquedas comunicacionales que permitan, ojalá, un entendimiento mutuo de entre la vida y lo político, que hasta hoy se nos ha vendido, en palabras de Ernesto Sábado, como “dos islas Insondables”.

Desde un escepticismo juvenil (aun), conseguir una visión estética de la vida, con herramientas de un oficio social que hasta ahora solo ha facilitado conseguir dinero, status, y posición social.

Entender que el desarrollo, y que nuestra potencias es la cultural, es lo que somos. Y no una vida sin sentido, en un mundo enajenado.
Disfrutar lo humano en todas nuestras diferencias. Eso es nuestro potencia. Porque en el 2010, año que nos prometieron que los carros volaban, y eramos automáticamente felices, aun estamos construyendo nuestras comunidades, negociando las leyes, imaginándonos nuestro futuro.

Esto en algún momento lo entendieron en la ilustración y posteriores pensadores, donde comenzó a ver la luz y ha inventarse la posibilidad de nuestro oficio.
Y siempre estamos recordando a nuestros maestros griegos que influenciaron la cultura que hasta hoy nos domina.
Miramos hacia atrás, no porque seamos un ciclo y nos repetimos, sino porque aun nos podemos inspirar en luchas antiguas, en ideas dichas hace tiempo en las primeras escuelas, en las utopías escritas por soñadores de mundos, para seguir tejiendo el legado de nuestros ancestros en tiempos (siglo XXI) de “Luchas de identidades, etnias, y religiones encontradas de manera más salvaje”, como lo dijo en un texto bonito e inspirador llamado “Sociología e Historia” que escribió Toño Restrepo.

Y otra vez, como hace siglos, que nos inventamos la escritura, y el pensamiento, y la imprenta, y la industria, y los medios de comunicación, hoy tocá volver a entender y contar cómo vivimos, para seguir escribiendo la historia política, pero con las partes que han borrado y desaparecido e ignorado.

Dice “Philip Oxhorn” que la política no ayudo a predecir las ultimas (ni las que están pasando), porque no hay regularidad en la historia y predictibidad en el devenir político, pero que es una “actividad eminentemente humana de cuya creación somos exclusivamente responsables”, y agrego yo, nos la merecemos.

claro que es una actividad de construcción social para hacer un mundo mejor, y que es necesario tanto el conocimiento de muchas ramas y oficios, y los métodos de investigación de las ciencias, como incluir los factores que no nos deja ser libres, y entender los vicios y las herencias de las instituciones y socioeconómicas que nos tienen casi inmóvil, pero sobre todo, usando palabras del mismo texto de Oxhorn “El arte de ciencia política”, saber que la Ciencia Política, el oficio del politólogo, en un mundo en guerra y con una apertura mental nunca vista, es “Más que una “ciencia” en sentido estricto, es en realidad un arte”.


Bibliográfia:

Reponsabilidad y estudio”. `Hacia una construcción de la opinión pública en el mundo universitario´ Autor, Rafael Rubiano.

“Sociología e Historia”. Autor, Luis Antonio Restrepo. Revista “sociología” nº26, sep 2003 Medellín. Universidad Autonoa Latinoamericana.

“El arte de la “ciencia” política”. Autor, Philip Oxhorn.

Leer un autor me hace querer meterme en los libros siempre. Salir a la calle dan ganas de llorar . Escuchar a nuestros lideres me hacen pensar en revolución.

Veremos cómo sale todo. Hay que levantarse todos los días a conseguir la papita, y no esta nada fácil.
Este año toca ser ama de casa, papá de gatos, estudiante de Ciencias Políticas, y realizador, camarografo, creativo y técnico audiovisual.

Deseenme suerte.

lunes, 11 de enero de 2010

Mantequilla, un Pueblito de Colombia

Mientras en Señal Colombia, el único canal de televisión que trata de registrar honestamente esta patria, dan un especial sobre los desplazados, sobre los pobres, y por supuesto de la violencia que sufren los pueblitos más perdidos y maltratados del Cauca, comienzo a teclear un post de esos que anuncian intenciones, me muestran palabras que he ocultado hace rato, que hablan de política revuelta con el amor a la tierra que tengo, a las montañas que perfuman.

De mi infancia recordaba solo la mención del nombre, y con eso, y la ayuda de la Wikipedia y lo que te alcanza a "complementar" la pagina web municipal, tomamos camino hacia Armenia Mantequilla, un pedacito de Antioquia.

Un domingo, por supuesto. Hay que subir hasta San Antonio de Prado, y en el parque a cualquier conciudadano preguntarle lo la ruta a Armenia (o Heliconia), y te dice que derecho por la calle del comando policial, y al final de la calle a la izquierda, y coges camino pequeño de vereda (pavimentado), y un paisaje verde, con campesinos lindos por todos lados, y con estaderos donde venden comida deliciosa. Nos comimos unas arepas de chócolo buenisimas. Doble quesito.
Hágale derecho hasta llegar hasta la Y, a la derecha es para Heliconia. Una bella carretera en curva, parece una culebra envuelta en las montañas. Obviamente, es una serpiente de
pavimento sólido.
Y a la izquierda, como el bosque de la muerte, la boscosa, destapada (y en piedritas) carretera. Nadie iba para Armenia Mantequilla, parece que solo nosotros. Despacio, nos botamos a por los 22 kilómetros de polvo y huequitos que decía el letrero.
Y claro, en esos pueblos perdidos, moribundos, que nunca se debieron fundar tan lejos, y tan desprotegidos y tan condenados a la miseria, pero que están ahí, adentro en las montañas, y que tiene paisajes de encanto, tierras paradisíacas.

Y por supuesto, las mismas promesas de los mismos que luego nos olvidan y nos terminan de enterrar las ganas de "salir adelante".

La idea es puebliar. No sé si conocer los 1101 municipios de la gran Colombia. Pero, por este año, si seria bueno conocer todas cabeceras munipales de Antioquia. Son más de 100. Conozco muy pocas.

Esta señalización es nueva (contrato de estos gobiernos de turno). E increíble que no den con los kilómetros (no había 5 kilómetros. Hay más!!). Yo creía que eso eran gobernantes con subalternos que hacían todo a control remoto por allá en el 88. Pero no.

Después de mucho polvo, lindos verdes, y montañas y montañas de bajada y subida, ahí tenemos a Armenia, que la pusieron Mantequilla para distinguirla de otras, y porque los españoles le vieron algo de amarillo desde lejos. Yo solo amarillo veo la iglesia.

Pueblitos hechos en planicies absurdas (por pequeñas y faldudas). Seguro habían podido construir el pueblo en muchos otros planos atrás. Pero no, es aquí, al sur del occidente.

Mientras nos siguen saqueando, y no se preocupan por ponernos en los mapas, ni de adicionar dos o tres cartelitos donde sea necesario para que la gente sepa que para allá, para esas montañas, y por esos caminos, viven más de 5 mil personas, en un pueblito chiquito, bonito, campesino. Tres cantinas, tres carnicerías, dos almacenes, la plaza de mercado en el parque, y claro, la iglesia que nunca falta en la mitad de todo.

Eso haré. Ir hasta cada pueblo escondido, y me siento en el parque, respiro su aire, doy dos vueltas por sus calles, compro dos o tres cositas (comida sobre todo), y tomo las fotos que me de por tomar.

Cementerio con pocas tumbas ocupadas. Pocas casas de colores muy ocupadas.

Es lo que uno puede hacer, ante la desconexión de este país nuestro. Visitar los lugares, para saber y decir qué es Colombia, y registrar con cualquier medio ese instante y esas realidades, y compartirlo con el resto de privilegiados que de pronto pasan por estas paginas, y que algún día serán o tendrán a su cargo, la decisión de sueños y esperanzas de pueblitos enteros.

Armenia, que queda cerca al Valle de Aburra, es así de, de, humilde, digamos. Entonces, cómo serán los pueblos más alejados. Hay que multiplicar las desprotecciones, las miserias, y ya no tratar de imaginársela, sino ir a pasar un rato a su ritmo, a su realidad.

Eso en palabras simples, se llama puebliar.

viernes, 8 de enero de 2010

Trapeando la casa

Hoy era día de aseo. Así que inunde el patio, y dividí la casa en pedazos, que sistemáticamente fueron barridos y trapeados.

Primero se barre. "Bien barrido"!! Era el grito de madre. Y volvía a repetir: "Muy bien barrido"!!!
Luego, se lava la trapera, y se llena de jabón (azul), y si esta muy cochina la casa y no te da mareos y dolor de cabeza como a mí, usa blanqueador o aromatizantes.
Yo siempre lo hago por partes, por sectores según su suciedad. Un sector sucio: la cocina, con un lugar medio limpio, una habitación. Y a cada pedazo equitativo en trabajo, uno a uno, lo lleno de jabon en la primera pasada. En la segunda lo seco un poco. Y luego otra vez a lavar el palo con unas mechas, y dos pasadas "secas" más, y listo.

Me gusta cuando la baldosa se humedese. Me imagino historias con las formas, y cuando regreso la trapera, borro esa historia, y así se va pasando la mañana, las pasadas, las suciedas. No me gusta dejar pedazos sin humedecer. No soy como mi hermano, que no trapeaba en las cosas que nadie veia.
Cuando niños, nos dividíamos todo. Una manía de mi papá que quiso mostrarnos, supongo que por frustración familia, que todo era por igual: La ración de domingo por igual, la plata que nos ganábamos trabajando por igual, las trapeadas por igual. Mi hermano en el trabajo siempre hacia más. Y yo, en las trapeadas me quedaba con las partes más duras. Y mi mamá (mientras hacia el almuerzo) me escurría y me dejaba bien seco el trapero. Eso era justicia.

No se puede dejar secar el jabón por el viento, porque queda "parchado".
Se debe lavar bien el trapero.
Se trapea todos los días.

En mi casa, y creo que en las de ustedes también, hay muchas reglas para que el hogar quede reluciente. En los lugares que nacimos, y en la modernidad que nos tocó, todo lo bueno es limpio, blanco, aseptico.
Y si, muy bonito, muy limpio, se siente fresco todo, como si fuera acabado de construir, como si no fuéramos animales.
Pero, (siempre tengo peros) está semana precisamente me leía un librito de "circulación gratuita", que hablaba de este tema, de hacer oficio, de las mujeres, de sus derechos, y de la familia, y de revolución hecha desde el mismo fogón.


En una crónica que se llama "Lo dómestico femenino", dice: "Son innumerables las mujeres que al llegar a su casa después del trabajo diario, tiene que encargarsen del lavado y planchado de ropas, preparación de alimentos, cuidado de los niños, aseo general. Muchas de ellas se acuestan rendidas, muy tarde en la noche, agobiadas por la doble jornada, fuente de tensiones y enfermedades nerviosas".

Claro que recuerdo esas mañanas de "oficio", que mi madre nos obligaba a hacer. Claro, para ayudarle con tanta carga de trabajo, a ella que estudiaba y que mantenía la casa, y velaba por 3 pelaos, y que durante mucho tiempo fue ama de casa de casas llenas de gente.
Arte: hacer oficio, este de fregar en casa, que aprendió a las malas de la mano de mi abuela materna (en la infancia), y con la paterna (ya de arrimada) que obviamente le hacia la vida imposible e hizo que mi padre consiguiera un hogar, y que mamá fuera dueña de un espacio para que siguiera fregando, mientras mi padre camellaba.

Sigue Aurita diciendo: "El feminismo propone que el trabajo domestico ha de ser una obligación de todos los miembros de la familia, tanto hombres como mujeres, cuyo desempeño no ha de considerarse una dádiva o una gentil "colaboración" ocasional, sino como la contribución de cada uno a la marcha de la empresa familiar a la que pertenece. Esa es la única formula que sacaría al oficio domestico de su condición de cadena perpetua para la mujer".

Mi mamá sin ser muy académica, en los mismos días que aurita lopez escribía estas lineas, ya en casa impartía la regla en casa. Después de haber fregado mucho, por supuesto. Luego, su mismo trabajo, permitió que tuviera empleada de servicio. Que no es otra cosa que una prima/o amiga cercana, que para pagar sus "cositas" en el almacén, le mete a su trabajo de ama de casa, otra casa, y se gana 120mil, o 150mil (70 dolares, masomenos) al mes.

Cadenas perpetuas, que obviamente es gracias a maridos que obligan a sus mujeres a estar esclavas de partículas invisibles, rutinas matadoras y ridículas, como quitarle las chanclas.

Para mi no fue nunca humillación traerle las "quimbas" a mi papá. Ni trapear de lunes a viernes, mientras era vago, pero si estaba en algún deporte, ya no ayudaba. Y con la empleada, menos que cogía algo para limpiar. Y y cuando viví de "arrimado" mientras estudiaba en la U, solo tenia que tener mis espacio limpio (así sea aparentemente).

La revolución también la debe hacer la mujer desde la construcción de su hogar:



Pero también de los hombres. Cuando me fui a vivir con los parceros, ayudaba algo, me divertía con tener un lugar propio.
Luego, cuando la vida y la novia se juntaron, deje de ayudar. No porque no quise, tal vez solo llegaba muy cansado de trabajar por el triple trabajo que hacía para poder vivir como estrato uno.Tal vez salia a cambiar el mundo, a crear vainas bonitas, y pensé como todos los hombre de aquí para atrás, que era justicia que los que no trabajasen, con su tiempo libre mantuvieran una casa medio limpia. Eso mismo rompió la relación, la destrozó (y muchas más cosas), porque no supimos esa especie de hogar económico, propio, bonito, medio arreglao, pero que es momentáneo, porque suponemos que llegaran los días de muchachas del servicio, e hijos, y de repartición de esclavitud.

Pero nada, hasta hoy que escribo esto, me dio cuenta, a pesar que nuestra casa se asea cada 8 días (y aseo general, cuando mi mamá nos visita), y que de vez en cuando se sopla el polvo, que la chimba que nos vamos a esclavizar, nosotros!! no hemos podido entender, ya sin problema de mujeres, que la casa se comparte, y que se entiende y se le ayuda al que llega de camella. Con justicia, equilibrio entre casa no mugrienta, y vida no esclavizada.

Ya los hogares son otros, pero los mismos líos. Que giran entorno a tradiciones que hasta de pronto son nuestra maldición.

Hay que trapear igual, y aumentarle revoluciones a la vida.

jueves, 7 de enero de 2010

La vecina tenia oriando la cobija peluda

Cuando volvía de la calle, vi el perro de cabezas de la cobija gigante de la vecina que colgaba en su balcón.

Prueba de ello, la foto.

Con la moto prendida, para que no se apague y pueda subir el resto de escalones hasta la sala de la casa, saco mi cámara y le tomo dos bellas fotos a la cobija matrimonial de los vecinos de Sonsón. Siempre hay vecinos por las ventanas, en los otros balcones. Los siento en la nuca mientras abro la puerta y evito que el gato blanco se salga, me devuelvo por la moto y veo los ojos que se mueven en las ventanas y endijas (ojalá algún día cuelguen su cobija, y les tomo , foto), y meto la moto a la casa de puerta blanca, bajo la pata, apago el motor, voy y cierro la puerta, y en mi mente resuena solo una palabra: "Gobelino".

Como 20 años se me devuelve la mente. Y claro, ahí está el gobelino de dos tigres (jugando?) en una pradera decorando la sala de "Lelis", la mamá de Bayron y Leandro.
Eramos como hermanos, porque nuestras madres parecían hermanas.
Pero el de los tigres no me gustaba tanto, como el de un banderillero clavándole esas cosas a un toro fortachón. Tenia más vida, aunque la escena prepara una muerte. O sea, en la sala de mis amigos había dos gobelinos. Lo máximo.

En casa solo teníamos un cuadro con el puente de San Francisco, o que se yo. Pero gobelino no tuvimos.
Bueno, si cobija grande y peluda. Mi papá la llamaba: "la ecuatoriana" (porque la venden los indigenas de Ecuador). Nosotros, mi hermano y yo, simplemente "la peluda". Y teníamos que sacar todas nuestras fuerzas para doblarla en la mañana cuando mi mamá nos ponía a colaborarle en el arreglo de casa. Cualquier cosa, incluso trapear, que doblar esa "oso".

De eso me acordé mientras la frescura de mi casa me recibía a las 12 y media de la tarde.

lunes, 4 de enero de 2010

Compré minisigüi

Era domingo, y los domingo siempre dan ganas de helado.
Y cuando uno tiene ganas, y va y compra el antojo, por supuesto le dan más ganas. Y en mí, las ganas por comer mecato dulce (o salao, lo que sea) son casi imparables, como de niño de 8 años con la plata de la primera comunión.

Del Macflurry me pase a la zona de dulces,

Y en una bolsita de esas que usaba el doctor chapatín, me metieron un quesito dulce Urraeño, una galleta naranja rellena de arequipe (y para mal, de guayaba, que no me gusta mucho), y una bolsita de Minisigüi.

Lo pedí verde, por el Nacional. Azul fluorecente me recuerda al puto de millos, y que esos colores así de locos son malos si o sí.

Qué pensaría la profe de segundo, por allá en el 90, que el minisigüi hasta debía tener invima. Nos mata a cantaleta: "Bien duro que nos toca a las escuelas publicas, y ahora metiendosen con el Minisigüi. Es el colmo!".

No me acuerdo el nombre de la profe. Tampoco les compraba mucho, yo era un niño pobre, que era capaz de aguantarse hasta que en casa compraran fresco Royal, y hacia un montón de minisigüi con azucar, que me dejaba con una sed y una lengua de colores días y días.

Minisigüi también me acuerda de la clase donde vimos la diéresis, y me recuerda sobre todo a Pingüino, o Itagüi. Los que nos creíamos charros, después de los ejemplos básicos, gritábamos: Minisigüi. Y claro que el ejemplo valía.

domingo, 3 de enero de 2010

Anoche me quede leyendo hasta tarde

Hasta muy tarde.

Estaba leyendo mis feeds, y vi un autor que un bloguero me recomendó un día, y entre todos los links, solo estaba de humor para leerlo a él.

El bloguero lo conocí para hacer un pedacito de un programa de TV. Y aun somos amigos, y anoche precisamente le dije que ya no era el mismo que había dicho eso. Estábamos en Girartdot, embutiendonos unas empanadas con gaseosa, para poder ir sin hambre a ver “Julie & Julia”, dos por uno en el Colombo.
La historia trata de esto mismo que ha podido hacer Hernán Casciari, el autor que escribió una novela que me quede leyendo hasta tarde, y un blog que cada vez que lo leo me ilusiona, y claro, otra Blognovela, que leo siempre acompañado de la novia, para ejercitar la lectura, y estar con el amor, y para que ambos sigamos teniendo excusas para seguir apretando “Publicar”.

La novela que me dejo hasta la madrugada riendo, y llorando (porque es como si fuera mi infancia) se llama “El pibe que arruinaba las fotos”. Hasta se da el lujo de “regalarlo” en la red.

Y preciso me llega en días que vengo arriesgando la amistad la familia. Y en días que veo películas que puede ser lo que yo ando haciendo. Y preciso en en momentos que esta de moda (tratar) de contar historias diarias, con video: Proyecto #365. (Y también hay reality en youtube), y claro (la vida es sabia) en tardes que me encuentro (por el mismo bloguero) un autor que hace una vaina que yo quiero hacer: grabar la vida mucho mucho, y después, editar mis videos, y hacer una gran película. Jonas Mekas.
Un autor que se me parece mucho a Harmoni Korine, Pues, los tiros de cámara, las bellezas que buscan y encuentran. Eso de “Gummo”, y de “Julien Donkey-Boy”, que me cambio para siempre.
Aquí en el bolso (ahora me la veo), precisamente tengo la ultima de Harmoni, “Mister Lonely”, que me la presto el parcero, este bloguero que les cuento.

Desde hace unos años vengo (venimos) compartiendo las vidas por medio de cualquier medio. Nuestra forma de trabajar es audiovisual, y quiero contar mi vida, mis problemas vitales (familiares, por ejemplo), y las minucias de todos los días, como escritas para mi mismo, dichas al mundo entero que desde hace rato esta mudito, y que regresen a mi, distintas, cambiadas por la gente invisible y por el tiempo que es implacable.
Son lazos que uno une. Sin sospecharlo, pero que se hace porque se necesita como un putas. Como respirar, como trabajar, como estar feliz.

Y tengo ejemplos con otros parcer@s de la red. Bonitos, irónicos, y casuales que la misma red que uno mando al vacío, le ayuda a conseguir Y por supuesto, le tengo ejemplos con otros temas: políticos, cotidianos, periodísticos, etc. En serio.

Una bloguera desde una isla. Un adolescente desde un cuarto. La misma cosa. El mismo poder, y la misma nítida ilusión.
Eso estamos haciendo como generación. Como generaciones. Lo entendió David Lynch, que pone su dinero y tiempo, tratando de no olvidar las historias de los viejos y de los jóvenes, pues yo también lo puedo entender, (Ciudbolivarences), y tengo derecho a contar la historia nuestra, para que otros se enteren, que se puede, y que el milagro sigue.
Bueno, debemos ser sinceros, y decirnos, son milagros diferentes a los que sucedieron en el siglo pasado, pero al fin y al cabo, milagros.

¡Bon Appétit!

viernes, 1 de enero de 2010

Las 12

Después de escribir el post bajo el sopor de la sala de la casa de mis padres, en silencio empaque la ropa en mi bolso, y no le dije a nadie, y arranque para Medellín. Ciento y punta de kilómetros, para poder encontrar la tranquilidad.

A la casa no le cabe un lujo más, estamos todos vivos (y naciendo), tenemos trabajo, estamos juntos, y nada, todo es un problema, y el ambiente en pleno 31 es maluquisimo. Tal vez no hace falta bultos de dinero, para ser felices.

Fue lo que masomenos le escribí a mi mamá entre lagrimas, ya sentado en mi sala fresca (hasta fría) de Medellín. No sé si le llegó, el celular es raro (aun no lo entiendo del todo). Pero no importa.
Los deje solitos, como siempre. Y como siempre pasarán bueno. Pensé secándome las lagrimas.

Me compre una botella de vino, cuando salí a caminar, y luego espere que diera la media noche. Por primera vez no escucharía “Faltan 5 para las 12”, ni y iba a correr a abrazar a mi mamá....



No me asome a la ventana, no quería ver gente abrazándose. Sonaba muy bueno la pólvora, pero me quede en la tranquilidad solitaria que busque.
Mientras en Internet se celebraba el año nuevo, yo intentaba llamar. Después de media hora me entro la llamada a una de las partes, y en 46 segundos, nos dimos el feliz año. Como siempre: “La virgen lo acompañe”. Como siempre me regaño. Como siempre, le dije que tenia un hijo raro. Como siempre no escuchó.

No somos felices. No lo vamos a estar.
Hay que insistir otras formulas.

Pero bueno, pase bueno este año. A pesar de todas las cosas (malas), a pesar que el ultimo día hice la ultima jugada para el jaque de la soledad.