domingo, 2 de agosto de 2009

Hoy, matricula y llavero

En un sábado normal, de esos de madrugada y de tarde durmiendo, hoy que no he hecho nada,
Hoy, quiero hablar de mi nuevo llavero.

Debo confesar que debería hablar de los 229 mil pesos que me toca pagar para entrar a la U. Porque ese es un paso importantisimo para mi vida.
Pero de eso ya habrá tiempo, y muchas cosas para decir. Como por ejemplo, de donde me voy a sacar toda esa plata.

O, yo debería hablar de mi pruebas Icfes. Mis 292 puntos que saque gracias al conocimiento televisivo, y a un guayabo no muy fuerte que tenia ese Sábado, y el domingo.


Creo que este papel, que me toco sacar porque en Admisiones y Registro me lo exigieron en “físico”, luego lo aprovecharemos para contar las pequeñas historias que pasan en 11 años de estudio, y que se ven, o debería ver reflejados en un examen de 80 preguntas. Si era 80? Ya ni me acuerdo.

Hoy, lo que quiero escribir redundando, con esta forma mía de escribir tan de primerito de escuela, que me compre un llavero para mi nueva llave.

De un banco que ya trae nostalgias. Seguro por el maltrato que nos da Bancolombia, el banco que que compro a la Corporación de Ahorro y Vivienda (suponiendo las siglas).

Yo escuche a la gente hablar maravillas de Conavi. Pero no fue sino hasta que comencé a trabajar en el área de Instalación de Redes Gas. Me fui despacio hasta la oficina de la abejita de la 70, espere, escribí, firme, y por primera vez tuve una tarjeta debido mía.

A esa cuenta entró mucha plata. Ya no sirve. Fue cancelada por el tiempo del no uso.

Luego, por ahí en el 2006, hasta puede ser antecitos, que un día había una mesa en la cafetería de la Universidad Nacional que estaba sacando cuentas de Conaví solo con cedula.
Necesitaba comenzar a cobrar la plata, después de mucho tiempo de recibirla billete tras billete, por banco y tarjeta. Esa tarjeta fue entregada, con tristeza debo decirlo, a bancolombia de la terminal de Norte. Donde termino siendo mi sede de cuenta.

Ya mi cuenta de ahorros de combate no es de Conavi, donde todo era bien hecho, y tranquilo, y con cariño. Una lastima.

Me conformo con tener un llavero que cuelga de mi moto y que alimenta la nostalgia de viejos tiempos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y la universidad en qué para. ¿Entras o no?

Juan David Escobar dijo...

Armienne, pues, estamos a 7, esperemos que de aqui al 12 resulte la platica.

Yo creo que si entro :P

Anónimo dijo...

Pues bien