martes, 5 de febrero de 2008

Un pensamiento de alguien que me gusta cuando estaba chiquito

“tengo la disposición más apacible que se pueda imaginar. Mis deseos son:
Una modesta choza, un techo de paja; pero buena cama, buena mesa, manteca y leche bien frescas, unas flores ante la ventana, algunos árboles hermosos ante la puerta, y si el buen Dios quiere hacerme completamente feliz, me concederá la alegría de ver colgados de estos árboles a unos seis o siete de mis enemigos. Con el corazón enternecido les perdonaré antes de su muerte todas las iniquidades que me hicieron sufrir en mi vida. Es cierto; se debe perdonar a los enemigos, pero no antes de su ejecución.” Heinrich Heine.

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