jueves, 19 de agosto de 2010

Trabajando en la ciudad de fríos corazones

En una mañana refría, subimos al aeropuerto, donde hacia más frío que abajo en el Valle.

Tal vez las cartas del Tarot que nos tiramos charlando en Cali, y que decía que soy un viajero que va a pie, pero que prontico la forma de viajar iba a mejorar, resultó hasta cierto.
No fue caballo, como decía la carta, sino en Avianca.

Es como mi cuarto, o quinto viaje en esos aparatos que vuelan, y me toco, afortunadamente, la ventana

desde donde veía la tierra chiquita, y luego el sol que revotaba en las alas y me hacia cerrar los ojos, y me recordaba que me había acostado tarde, y que antes de comenzar los 4 días en Bogotá, estaba ya mamao.

Llegamos a una ciudad, donde como en las pelis, me recibieron con el papelito y mi nombre

Pensé que ésta vez en esta ciudad de fríos corazones me iba a tratar bien.

entramos al hotel, y volvimos a salir a trabajar, de una.

Y hemos visitado, resumiendo y guardando las historias para lueguito, desde Productoras de Audiovisual, Canales del Clima, restaurantes malucos y caros, y la casa de indicadores economicos, y amigos que hacen humor "negro", y por ultimo, terminamos en la noche comiendo en Chopinar

En la mañana un rico huevito caliente que nos regalan en el hostal, y luego al Tecnoparque, a parlar de videojuegos. Les muestro una foto, porque quedó bacana:

Después, para darle el toque blanco y silencioso, a un hospital para hablar de operaciones roboticas. Y luego, ya cayendo la tarde, hablamos con una artista que hace unas objetos raros, para no dejar de lado las cosas locas.
Y eso que se cancelo la cita a una universidad a ver cómo están revisando/inventando la salud de los pacientes por internet.

Una panadería y algo caliente, un taxi y un trancón, cobijas y hablada, y pollo recomendado por Twitter, y en hasta este instante, 10.10pm, cuando escribo para mi blog, y pienso que nos ha ido muy bien, que el clima a estado benigno, y que la gente se ha portado demasiado amables, serviciales, abiertos.

Bueno, todavía falta dos días más en la capital. Espero que todo marche igual, o mejor. Mientras tanto, me arropare hasta el cuello,y descanso el cuerpo y la cabeza de tanto corre corre, de pasar de un tema a otro sin mantequilla, de viajes y cansancios viejos.

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