sábado, 30 de abril de 2011

ya es abril?

Todavía es jueves. Llueve y relampaguea.
Ya arregle un poco la casa, me quité lo mojado, y tomé chocolatico.

No es raro que llueva cada vez que suba. Y muy duro. Ya me voy aprendiendo la carretera de tanto manejar a ciegas.
Me robé una bolsadita de arena (que se me olvidó comprar en la ciudad) a la orilla de la autopista.

Sufrí el taco de Moravia-Zamora, porque la autopista antes de la terminal del norte estaba completamente cerrada (a diferencia de otros días que solo está saturada), porque parece que mataron a alguienes.... Era larga la escena del crimen. Y el taco de proporciones bíblicas (y uno con sacos, bufanda, impermeables puestos en medio de tanta quietud sofocante, donde apenas llovía suavemente).

Esta semana leyendo a Rilke (el joven que hay en mí debe escribirle una carta a la persona que le rotó el libro), aprendí que la soledad y ser sombrío es un camino duro, no hay que negarlo, pero que a muchos nos gusta ese camino: el difícil.

Que hay que aprender a caminar y a estar muchos kilómetros y horas sin encontrarse a nadie. Que somos soledades. Que siendo así, como niños, caminamos por ahí, sin que nos paren bolas, uno en su mundo, y los otros haciendo sus cosas importantes.
Solo leer esas lineas, puffff! Me abrió la ruta a otros días, aun queriendo no insistir más... pero es que los gatos necesitan comer, y yo necesito algo capacidad económica para no estorbar.

Ahora, en pdf, leo a Thoreau, y su libro de la vida en el bosque (Walden). Tenemos muchísimas diferencias en mi vida de bosque, pues claro! pero ese man escribió ese ensayo exclusivamente para mí, estoy seguro.

Estoy cansado. Me duelen las rodillas y los tobillos. Ya hay mocos. Y como ven, leo y leo cartas y diarios, y no envió las cartas (no hay money), y escribo lentamente en mí computador virulento (cargado en la espalda ida y vuelta) y que publico cada vez que me sobra mucho tiempo y estoy de buen humor (como Rilke, pero sin talento y siglos después).

No tengo forma de retirarme a vivir en el bosque, porque si trabajando de sol a sol estoy en “rines” casi siempre, vivir en alejado de todo lo humano me costaría mi vida. O me la salvaría. No se sabe, porque esta mezcla de ciudad y tristeza huracanada , no deja ver.

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