martes, 4 de marzo de 2008

Estoy vuelto mierda

Muchos días antes de hoy, han sido como hoy, o peores.

Me levanto. Pues, quiero decir, me despierto, la sensación de abrir los ojos y darse cuenta que aun se esta vivo, que se sigue aquí y que mientras se estaba dormido, al cuerpo, ese bulto que esta sobre la cama, le han pasado muchas cosas. Tantas, tantas!

Siempre muevo las manos, mientras pienso lo mierda que me siento y lo podrido que estoy adentrico, enciendo mi celular con radio en altavoz, y escucho la voz o el jingle de la w o de julito o a veces radioactiva, el planeta rock. Miro a la ventana, me muevo, me doy vuelta, estoy despierto pero quiero dormirme para siempre, ¡maldita sea!

Anoche, antes de irme a la cama, como muchas veces mientras me cepillo los dientes, me dije que ya, que no es justo, que no doy más. Y como los drogadictos, me digo que mañana es otro día, que se puede iniciar desde cero, desde despertarse y poner los pies en el suelo, luego desayunar, bañarse, y volverse a dormirse ya en la noche. Y así infinitamente tener una vida igual de mierda como nunca la he querido tener, pero que ahora es diferente, porque ya me hice todo el daño que me puedo hacer, y ya soñé quietecito mientras tiemblo, mientras me siento volando o mientras vomito viendo el desagüe oscuro de la ducha. Ando como en un elástico. Unas veces bien, muy bien o simplemente bien, y otras, muy mal, o simplemente mal.

No creo que cambie, la mala vida me llena de vida, y eso me quitará la vida, seguro.

Ya hoy, después de bañarme, de vomitar y toser como tísico en el baño, y de verme remal y temblar mientras el espejo me muestra una cara con ojeras y esas señas de dolor que llevo dentro.

¡Fueputa, no puedo, maldita sea! Quiero seguir pero se me antoja parar.

Necesito parar, hacedle suavecito, viajar sin ayudas, saltarme esa montaña que es mi timidez y los problemas de todos los días.

Soy un hombre que quiere morir pero que le encanta la vida.

Escribiré en un papelito y lo pegare en la pared o en el techo de mi habitación, no sé, alguna frase que me fuerzas para contenerme, para seguir sin convencerme de lo contrario. Si. “Pase lo que pase, todo estará bien, aunque este mal. No te convenzas de otra cosa que no sea vivir. ¡Dale, dale!”

Mañana o esta tarde, o prontito, cuando vea una luz en el cielo o en los ojos de un niño o en la sonrisa de una mujer linda, seguro me darán ganas de perderme en mi, de saborearme mientras mi cuerpo anda intoxicado. Me darán ganas de tirarme a la calle y perderme sin la posibilidad de encontrarme.

Nada anda como quiero, pero ya me bañe y estoy otra vez con mi cara de niño inocente y bueno, con mi apariencia engañosa, con el brillo en los ojos. Entonces, de nada servirá gritar y escribir, pensar que no puedo, hacerme el fuerte, porque desde adentro, desde mi ser más intimo tendré que entender que soy un bueno para nada, que se invento todo lo de afuera sin cambiar fundamentalmente lo de dentro.

Me merezco todo lo que sueño, pero no tengo cuerpo para vivirlo. Estoy cansado, quiero morirme sin darme cuenta… Quiero otra vida, no mejor, sino distinta, pero solo sé compórtame de esta forma, entonces todo es nada, todo esta perdido. Esperaré mejor a que todo se me derrumbe en la cara, a ver que pasa. Espero no hacer mucho daño, ni molestar a los pocos que quiero y que me quieren.

De ante mano advierto que ya nos soy lo que era, que ya no sé lo que soy, que nunca fui.

1 comentario:

yoyuncigarrito dijo...

Tal vez a esta edad se sientan justo estas cosas. Yo sigo chiquita niña y perdida, en el brillo de unos ojos o en la sonrisa de un hombre lindo.
Solo quiero saber si esas sensaciones pasan ¿se van?