domingo, 3 de octubre de 2010

Hagamos un trato

Todos estos días tienen cara de jóvenes, tienen un aire pesado, melancólico, lento y borroso, como esos días, quizá 10, o más años, donde escribí sobre la contra portada de un diario:

"Hagamos un trato"



este poema de Benedetti que hoy lo encuentro en varias versiones de youtube, por esos años lo copie en un papelito en cualquier biblioteca, cuando pasaba tardes enteras en los anaqueles, buscando información audiovisual (que había poca) y palabras que me mantuvieran a flote.

Yo si siento que estoy como en aquellos días, donde caminaba solo, me enloquecía solo, hablaba solo, aprendía solo, miraba al suelo solamente.

Madurar rápidamente, para luego devolverse en los años, no es lógico, pero parece que es, yo soy una muestra, y seguro muchos les ha pasado, solo que no son capaces de dejar el comentario.

Prometí a alguien que por mucho tiempo estuvo lejos, cada día, cada segundo, que eramos compañeros. Y así, como dice Benedetti, hicimos un puente donde nos acompañamos y nos salvamos un poquito.
Cada tango, cada canción de punk, o de las sicodelicas hechas en tiempos del amor, conmueve y mueven las fibras de dos cuerpos y almas que están lejos, pero que se acompañan.
Días larguísimos, emotivos, silenciosos, tenía, y tengo ahora.

Aquellos los viví, dejando trozos de mí en el camino, creciendo como a mil por hora, sintiendo estar vivo a cada latido, hasta que algún día logre acompañar de veras, y hacer vida, y por supuesto, incumplir la promesa de acompañar y hacer vida.

Somos un loop que suena y se ve diferente cada vez, pero en ultimas es lo mismo. Es la búsqueda de el calorcito, del amor sincero, del acompañamiento -los días que se pueda- sin peros, el planear sueños, el vivir días, el terminar noches.

Así ya el mundo me haya dado mil "vueltas canela", y casi todo sea de otro color y sabor, e incluso la mala suerte parece que está lejos, y ya hay mucho olvido, y de nuevo hay que buscar en los libros (modernos), los pasos que anda haciendo uno, en los amores y desamores y soledades y multitudes que andas hoy.



Mi táctica, la táctica de muchos, es una porquería, pero Benedetti con las palabras la embelleció.
Estar lejos agobia almas, vacía cerebros, pone gris el tiempo.
Estar cerca agota, destroza, inmoviliza, enceguece.

Como dice una amiga, el amor es una cosa muy complicada.

Lo diferente hoy, es que ya se vivió mucho y muy intenso y gustó, y ya no hay posibilidad de "hacer un trato" porque no lo escribí ni lo dije ni lo susurre, y no tengo los días aquellos de juventud para desinflarme en una cama y pasar las penas, ni la posibilidad que un pasaje me lleve a calmar las palabras de amor dichas y escritas, y que ya sé que duele y aprieta el pecho (como una borrachera de Chicha), y que dura años y años, y que no hay si no que esperar y a mi me emputa esperar, pero que entre la táctica y la suerte que me dieron en la vida, solo sé que la rueda de este loop de una vida mal llevada le falta un resto por recorrer, y que nada parce, que uno roto y loco es más complicado, pero es todo un periodo de prueba y maduración en el ciclo de existencia, que los gusanos en su momento sabrán disfrutar muy bien.

1 comentario:

madame web dijo...

sniffffff
tienes mucha razon