martes, 2 de noviembre de 2010

Leyendo a Don Marco Fidel Suárez

En pleno cumpleaños de Medellín yo voy a escribir sobre un personaje de Hatoviejo (al norte del Valle), hoy, Bello.
Lo llamo Don automáticamente, porque en este solar llamado Antioquia, su nombre esta por todas partes, incluso en mi pueblo había una escuela, en zona pobre y de violencia, llamado con su nombre, y aquí en Medellín también hay una, y es donde tiran piedra y fuman y son alumnos sobresalientes en sus estudios (algunos, pues).

Estiré la mano, y agarré un libro café, era el del señor que fue muy pobre, y que estudió y salió adelante y pudo ayudarle a su mamá que toda la vida lavó ropa para sostenerlo, y del mismo que en su ciudad Natal tienen su choza protegida por cemento:


BELLO - ANTIOQUIA

Foto: laloking97 (algunos derechos reservados).

Como inculto que soy (yo debería estar vendiendo papas y yucas, obvio), nunca lo había leído, solo sabia que había sido Presidente, y desconocía que había sido tan letrado.


Estos fueron algunas cosas que leí y se me ocurrieron cuando leía el libro de Ensayos y escritos de Suarez, que publicó Palabras Rodantes.

Y claro, de primero me encuentro un texto sobre "Antioquia". De ahí vienen muchos mitos Paisas, de que somos blancos, hijos de los Españoles blancos, de los boreales de yo no sé donde, y los cántrabros; puras relaciones de apellidos, lenguaje, y las formas de las familias. Y que somos comerciantes, somos los Isralies Colombianos.

Un lindo texto, que con poesía va asociando cuanto bueno conocía en el mundo (escritores, poblaciones, geografías), y lo comparaba con nosotros, los Antioqueños, que vivimos en un tierra diversa en comida, y al final del cuento, somos una revoltura de puras buenas cosas. Será que por eso somos tan malos, a veces? Se preguntó, y ahora la repregunto otra vez.

Ya sé por lo menos de donde vienen los chismes que han contado profesores, amigos y llenadores profesionales de crucigramas, de Marco Fidel Suarez que escribió hace dos siglos!

Luego me encuentro "Pensilvania", un texto de un viaje. De ese paisa que se va para la ciudad, a probar suerte. Hay muchos ejemplos, yo soy uno de ellos.
Y leyendo, me acorde del viaje que hice a Bogotá en Moto. Pensaba miles de cosas, del paisaje, del clima, de todas esas montañas que nos dividen y nos protegen, y uno que de chistoso se pone a salir de la comodidad de la casa de los padres, a veces con tanto afán.

Y el escritor nos recuerda un dicho popular:
"Si las cosas tiene remedio ¿para qué te afanas? Y si no tienen remedio ¿para qué te afanas?"
Y claro, como buen paisa, cambia el dicho, para pensar en trabajar, trabajar y trabajar.

Por él me entero que Sonson (Antioquia), es gracias al sonsonete que uno escucha de las cascadas cuando uno se acerca al pueblo.
Y que Pensilvania (Caldas), es obra y gracia del café y su trabajo y los precios internacionales. Pronosticaba que Pensilvania, que se llama así porque un Ingles que le compró las tierras a los indios (con permiso del rey. Un robo) y se apellidaba Penn, y a eso agregrele Silvania, y que en un futuro iba a tener muchas carreteras por las minas que iban a descubrir, y que seguro una gran ciudad, prospera.
Creo que no ha pasado ni lo uno ni lo otro. Algún día voy por allá a conocer.

En 1926, ya Marco Fidel pensaba que era mejor hacer esos viajes por avión. Definitivamente!

Luego, habla Maravillas de "Gregorio Gutierrez Gonzalez", un poeta que se quedó en las mentes de todos. Ni idea quién fue, qué escribió. Esperamos que el Metro imprima algo de él.

Después, en "El Cáracter" un discurso de 1882, que le echo a los jóvenes del colegio Espíritu Santo. Mero vaciadón! Espero que no haya sido al medio día, porque por más lindo el mensaje, que difícil.

Que así no pueda hacerse a los alumnos más inteligentes, por lo menos la educación, la sabiduría, se hace mejores hombres: Por ejemplo los griegos, los romanos. Hay hombres que eligen el camino de Eruditos.
Hay que dejarlos, digo yo.

Las palabras de Salomón a su(s) hijo(s) al momento de morir: "Ten valor y sé hombre". O sea, "tenga Cáracter!" dice Suárez. En palabras mías: "Sea berraquito pues!"

Si hacemos toda la conjugación estudiar lo que quieres, y hacerlo bien, lo único que debes agregar es:
"Ferendum atque sperandum".

En los Apartes de sus escritos, los anteriores eran ensayos, habla de "Bello y sus paisajes". Yo viví unos años melancólicos en esas tierras, y las montañas, que describe el libro, estaban ahí, bellas con la tarde y las mañanas, y yo la miraba, y otras veces no.

Luego en "De: Oración a Jesucristo" al que le pasó de todo, y al que vienen todos. Nos recuerda que somos los más devotos, porque declaramos ser el País del Sagrado Corazón (hace muchos años ya, en un congreso eucarístico).

Y sigue "si, "hay que trabajar hasta el fin". Morir no es dormir mi ser de piedra; morir tampoco es soñar; morir es llegar al centro del amor infinito"...

Después te entretiene con "El ocaso del sol", de ver las montañas, los nevados en el fondo de la cadena de montañas, tras las nubes. Todos lo hemos hecho. Todos hemos dicho parados en una montaña: "Si, yo veo el nevado. Usted no?".

y al final del aparte de "El Taller" dice: "¡Oh Clase obrera! ¡Oh trabajadores de todos los tiempos, que a veces no estimas la nobleza insuperable de vuestro oficio".

Y en "El lenguaje es Patria" una foto lo dice todo:

Y bueno, otros dos cosas, que en ultimas termina hablando de la poesía, de las plantas, de la belleza de los Libros y su poder:
"En un rincón con sus libritos" aspiraba vivir Kempis.

"Los libros como objetos inmortales".

Y yo que ando escribiendo mi libro digitalmente, también vale Don Marco Fidel Suárez?

Un libro menos para mí, un libro más para ustedes por leer.
Hasta un nuevo libro!

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