martes, 27 de septiembre de 2011

“El Infierno”, de Luis Estrada

Sin duda, el infierno es la vida que vivimos.
Y más en los países que estamos en guerra. Cualquier puta guerra es para sentarse a llorar, todas son horribles y tristes, pero la del narcotráfico es de las peores que hay.

En Colombia lo sabemos desde hace casi cuatro décadas. Un negocio repleto de intermediarios que hacen lo que sea por ganar más, por ser el duro, el caliente, el más chingón! Todo para mantener a muchos habitantes de este planeta en otro mundo.
Muertes y muertes, y más muertes arrasaron con casi dos generaciones completicas (los nacidos en el 70, y los del 80, y ahora se están matando los del 90...) de hombres y mujeres que seguro hubieran reído, luchado, y vivido largo rato a nuestros lado, de no ser por el camino fácil de hacerse rico y poderoso a punta de ser más malo y cruel que el otro.



Siempre digo que como no contamos lo que nos pasó, sigue regándose el virus sin que nadie lo sepa. Tal vez porque fue tan terrible, que nuestros periodistas/intelectuales/científicos/políticos no alcanzaron a tomarle fotos a la barbarie. O tal vez porque queríamos (aún queremos) salir de esa pesadilla olvidandola: Y escribimos casi nada. E hicimos pocas películas. Y casi nulos los programas de tv que analizaran lo que nos pasó. Y como ha pasado en muchos lados, se traslada los pesos de la tensiones del gran negocio de la ilegalidad a otro lugar, y allí están los muertos, los torturados, los huérfanos, los pueblos solitarios y pestilentes.
Ayer fue Colombia, y hoy México, y mañana no sabemos quién pondrá los ejemplos de esta locura inhumana, de matarnos unos a otros, de taladrarle la columna a otro, de descuartizarlo, de desaparecerlo de la faz de la tierra, por tener poder un ratico no más.

Todo por la orden de una capo, de un duro, de un rey.
De eso se trata “El infierno”. De un México en guerra sin cuartel y no saben ni el por qué: la plata se ve, pero no dura. Los muertos son más que los vivos. El miedo es el clima de todos los días. Las vidas fugaces e inútiles por miles se amontonan en cementerios.
Una peli hecha con un cuidado artístico de aplausos. Un humor en medio de todo que te hace decir: “esto es cine latinoamericano”. No es la película que refleja todo el problema del narcotráfico, pero a diferencia de las decenas de películas de mafiosos que se hacen en el pueblo manito y el colombiano, esta si le mete el dedo en la llaga varias veces, y sin miedo, y profundo, y usando la música, los símbolos, la comedia, la verdad como recursos contundentes.

No es una anécdota más de una narco más, sino la historia de un México que se pudre no por la droga, lo pudo haber hecho (y lo hicieron, con el oro, o el petroleo), sino con las ganas de ser mejores, más ricos, más elegantes, más guapos, más cabrones y chingones que los otros. Y bueno, cuando hacemos esto, lo logramos, nos damos, nos daremos cuenta que no vale la pena, porque todos están muertos, o escondidos, o exiliados, o te odian y te buscan para matarte.

Con prontitud hay que seguir viendo las películas de Luis Estrada. Así me sigo haciendo una imagen del ultimo pueblo al norte del continente americano que habla español y que nos ha influenciado mucho en nuestras vidas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo vi esta película hace unos meses...muy impresionante. Hay mucho pensamiento y una muy acertada critica/comentario social. Luis Estrada es muy perspicaz en su tratamiento de este tema que muchos ni siquiera se atreverían a tocar.

Seguro que hay gente en Colombia igualmente capaz de contar lo que pasó (y todavía está pasando) en el país. No sé mucho sobre la cínema Colombiana, pero en la literatura hay un maestro como Sergio Álvarez quien acaba de publicar "35 Muertos", una novela que hace precisamente eso...y con tanta dignidad y mucho arte. Es la historia de Colombia desde un punto de vista diferente que me hizo reír, llorar, y también pensar en el presente.

George de Boston (Gringolandia)

Juan David Escobar dijo...

George, desde ahora comienza la búsqueda por el libro de Sergio Alvarez, qué bueno sería leerlo!

Y, gracias por las visitas y los comentarios, que siempre animan a seguir dándole a la tecla.

un abrazo!