Ver el mar siempre es motivo de
alegría. Supongo que es como los Marines que ven por fin la tierra.
Nos hospedamos en un hotel a dos cuadras del mar de
Bocagrande,
Cartagena:

dimos dos vueltas, tres guaros, una cazuela
gigantezca de Mariscos me trague,

Sudé lo que no había
sudao en una mes, y así
empapadito, y
mamao, a la cama en una habitación caliente, y muy fría si se encendía el aire. Me arrope con las pocas ganas que tenia y con una sabana delgada.
En la mañana, del día lunes, comí huevo revuelto, mucho jugo de naranja, y un taxi rumbo a no sé donde.
En los carros de las partes calientes los vidrios van cerrados, y el aire a toda.

El taxista atravesó la
ciudá con su música a toda mierda (
buenísima en ultimas), y nos llevó a la isla de la Escuela Naval "Almirante Padilla".

Pasamos los controles, sin ningún problema, menos mal (
jajaja), y exactamente
íbamos para el
CIOH, donde hay militares más amables que los que andan en la guerra, porque son científicos.

El capitán, de Bello
Antioquia, con su elegancia y su hablado militar, y nos dio la bienvenida, y nos dio vía libre para grabar su parche.

Aprendí que estudian
quimicamente el mar.

Que observa las costas, las protegen, las
mapean, y las dimensionan.

Que por 4500 le venden un almuerzo
regulimbis, pero
llenador, en la Cámara de suboficiales.
Casi en 300 metros, de regreso al camello, vimos un observatorio de astronomía, o algo así,
y también vimos cadetes (soldados) correr con bolsos encima (40 grados centígrados!) y fusiles de palos, y en fin.
De nuevo buscamos fresquito, y encontramos que tienen estaciones meteorológicas y le avisan a todo el mundo que clima va a tener el atlantico...
y en un ratico de espera, porque la lancha no estaba, porque el resto de gente estaba con el Capital Uribe (el de Bello) en una reunión, me dedique al ver el mar y los barcos pasar, y Cartagena imponente al fondo, y me puse a pensar en las bobadas que le importan a uno.

Nota: Hay un punto negro en la cámara, que no sé qué es, pero hace un rato viene tirándose las fotos. Y más si el paisaje es cielo azul. Estoy que lloro, pero soy
berraquito.
Igual, seguí sereno, sintiendo el viento, pensando que debía buscar el lugar donde a mi corazón lo traten bien. Lo necesito.

Nuestro
miami de indias de fondo, y el mar
meciéndose. Maravilloso.
Llegó la lluvia, entonces a hablar con oceanografos que mapean el mar como Marcopolo, o los romanos de gran imperio. Hay que saber qué tenemos, para defenderlo, dijeron.

Luego, ya que no se puedo ir al Buque de investigaciones por la
lluvía, nos metimos a los Servidores de la
internet de los servicios web y de información de este centro de investigaciones, y luego hable con el gran jefe, qué habiendo guerra, porque meterle a la ciencia y la tecnología?

ya era tarde, en la costa todos salen a las 5
pm del trabajo. Y es justo.

vi
pedacitos a muchos
kilómetros por hora, de esa
Cartagena legendaria y añeja.

y claro, un atardecer lindo, en un taxi que pitaba (todos pitan, todos! hasta el de la bicicleta!).
Un
duchazo lentamente, y de una para la calle,
pal´
malecon a conversar, a hablar de la vida buena, y de lo que soñamos.


Un
Guarito Cartagena?
De paseo fantástico. De trabajo, muy agotador. Para uno vivir allá tienes que ingeniártelas para vivir pasiando y trabajando.
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