jueves, 23 de septiembre de 2010

En la Costa Norte Colombiana, Cartagena (parte 1)

Ver el mar siempre es motivo de alegría. Supongo que es como los Marines que ven por fin la tierra.

Nos hospedamos en un hotel a dos cuadras del mar de Bocagrande, Cartagena:

dimos dos vueltas, tres guaros, una cazuela gigantezca de Mariscos me trague,

Sudé lo que no había sudao en una mes, y así empapadito, y mamao, a la cama en una habitación caliente, y muy fría si se encendía el aire. Me arrope con las pocas ganas que tenia y con una sabana delgada.

En la mañana, del día lunes, comí huevo revuelto, mucho jugo de naranja, y un taxi rumbo a no sé donde.
En los carros de las partes calientes los vidrios van cerrados, y el aire a toda.

El taxista atravesó la ciudá con su música a toda mierda (buenísima en ultimas), y nos llevó a la isla de la Escuela Naval "Almirante Padilla".

Pasamos los controles, sin ningún problema, menos mal (jajaja), y exactamente íbamos para el CIOH, donde hay militares más amables que los que andan en la guerra, porque son científicos.

El capitán, de Bello Antioquia, con su elegancia y su hablado militar, y nos dio la bienvenida, y nos dio vía libre para grabar su parche.

Aprendí que estudian quimicamente el mar.

Que observa las costas, las protegen, las mapean, y las dimensionan.

Que por 4500 le venden un almuerzo regulimbis, pero llenador, en la Cámara de suboficiales.

Casi en 300 metros, de regreso al camello, vimos un observatorio de astronomía, o algo así,

y también vimos cadetes (soldados) correr con bolsos encima (40 grados centígrados!) y fusiles de palos, y en fin.
De nuevo buscamos fresquito, y encontramos que tienen estaciones meteorológicas y le avisan a todo el mundo que clima va a tener el atlantico...
y en un ratico de espera, porque la lancha no estaba, porque el resto de gente estaba con el Capital Uribe (el de Bello) en una reunión, me dedique al ver el mar y los barcos pasar, y Cartagena imponente al fondo, y me puse a pensar en las bobadas que le importan a uno.

Nota: Hay un punto negro en la cámara, que no sé qué es, pero hace un rato viene tirándose las fotos. Y más si el paisaje es cielo azul. Estoy que lloro, pero soy berraquito.
Igual, seguí sereno, sintiendo el viento, pensando que debía buscar el lugar donde a mi corazón lo traten bien. Lo necesito.

Nuestro miami de indias de fondo, y el mar meciéndose. Maravilloso.

Llegó la lluvia, entonces a hablar con oceanografos que mapean el mar como Marcopolo, o los romanos de gran imperio. Hay que saber qué tenemos, para defenderlo, dijeron.

Luego, ya que no se puedo ir al Buque de investigaciones por la lluvía, nos metimos a los Servidores de la internet de los servicios web y de información de este centro de investigaciones, y luego hable con el gran jefe, qué habiendo guerra, porque meterle a la ciencia y la tecnología?

ya era tarde, en la costa todos salen a las 5pm del trabajo. Y es justo.

vi pedacitos a muchos kilómetros por hora, de esa Cartagena legendaria y añeja.

y claro, un atardecer lindo, en un taxi que pitaba (todos pitan, todos! hasta el de la bicicleta!).

Un duchazo lentamente, y de una para la calle, pal´malecon a conversar, a hablar de la vida buena, y de lo que soñamos.

Un Guarito Cartagena?
De paseo fantástico. De trabajo, muy agotador. Para uno vivir allá tienes que ingeniártelas para vivir pasiando y trabajando.

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