Hoy, me compré una bolsita de Chontaduros en la esquina de la “Primero de Mayo” con “Palace”.

Recuerdo que a mi tía le encantaban. Yo creo que porque a ella le encantaban, me comenzaron a gustar. Y desde pelao siempre me gaste la monedita de 200 en un chontaduro con mucha sal. Rico. Delicioso esa textura seca, con un sabor fuerte. Era, soy, capaz de comerme muchos en una sentada.
A veces, muy pocas veces para mi gusto, papá compró el racimo de Chontaduros verdes. Mamá los ponía a cocinar, y comíamos Chontaduros hasta que los dientes eran amarillos, y la diarrea era fuerte.
Ya no son a 200. Ya no los compro en la rueda del parque de mi pueblo. Ya mi tía no los puede comer. Ya mi mama no los cocina. Ya mi papá no los compra.
3 comentarios:
Menos mal lo venden saliendo de alguna parte, donde la negrita al lado del semáforo. Para poder recordar cosas tan bonitas.
!!!!
A mi me sabe muy extraño el chontaduro. Pero me gusta lo extraño.
Oye, que está muy bueno tu blog. Me gustan tus descripciones.
Gracias.
Ana: La señora no era la negrita. es una blanquita, sonriente.
Y hay que comer de todo :P
Armienne: Bienvenida por estos lados, que estan llenos de descripciones :)
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