En un día con el corazón raro por pensar todas las cosas al tiempo, llegue a la oficina corriendo. Me miré en el espejo, me arreglé el pelo, me limpié la cara que siempre está mugrosa por caminar la calle.
Sonó el teléfono de nuevo. Era Mónica preguntándome donde quedaba. Le dije, y comencé a organizar todo para salir en la Televisión.
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